De tener una adecuada visión, en cualquier parte del mundo, ya se tendrían formados grupos de trabajo enfocados en aprovechar al máximo la oportunidad que el nearshoring ofrece a México, pero, tal parece que este no es un asunto prioritario o peor aún, que ni siquiera les preocupa.

No es casualidad

El gobierno cree que basta con su suerte -que es resultado sólo de la vecindad con Estados Unidos- para que lleguen las empresas, algo para nada correcto, los mexicanos llevamos años trabajando para convertir nuestro marco jurídico en facilitador de este tipo de inversiones. Hemos desarrollado mano de obra capacitada, rutas logísticas, esquemas de integración de las cadenas de suministro y, por supuesto, el T-MEC y el programa IMMEX.

Las ventajas competitivas

Entre las ventajas que nuestro país ofrece están bajos los costos de la mano de obra calificada, además de contar con personal altamente capacitado para ocupar puestos en las diferentes áreas de la manufactura y la tecnología. Tenemos, además, profesionales certificados en las diversas ramas, tales como robótica, ingeniaría, logística y el desarrollo de software, donde México ha logrado colocarse en una posición bastante competitiva.

Los acuerdos internacionales de comercio facilitan a las empresas tanto la inversión, como su entrada en funcionamiento.

Contamos con una reglamentación que garantiza la protección de la propiedad intelectual de las empresas líderes en innovación.

Años preparándonos

En términos generales, México tiene años desarrollando una infraestructura gracias a la cual las empresas extranjeras tienen acceso a zonas industriales que reúnen los servicios básicos necesarios y acceso a carreteras, puertos, trenes y aereopuertos para una interconexión de calidad.

Algo muy destacable es que, por nuestra ubicación geográfica, se acorta la cadena de suministro, pero también se acercan a otras maquiladoras para sumar a la cadena de insumos para elaborar el producto final y así, disminuir los costos de transporte, además de que llegan más rápido a los mercados.

Los retos

En el contexto actual, la búsqueda de las empresas por reducir tiempos y costes ha propiciado una gran demanda por acercarse al mercado principal; la crisis de contenedores, de microprocesadores y la geopolítica hacen de nuestro país el candidato a recibir estas empresas que se mudan de Asia.

Sin embargo, México, aún tiene importantes áreas de oportunidad que, para no quedarse rezagado y aprovechar esta gran oportunidad, deben ser atendidas.

Entre los principales retos que enfrentamos están la falta de seguridad en las carreteras y la sobresaturación de estas.

Una complicada militarización que hace que las aduanas se vuelvan en un verdadero “cuello de botella”, porque la falta de personal especializado obstaculiza su función como facilitadoras, y por el contrario, se convierten en una “traba”.

La falta de capacidad y experiencia en la Secretaría de Economía afecta a la promoción de las ventajas, facilitación y promisión que, a pesar de todo, aún ofrece nuestro país.

La escasez de energía, provocada principalmente por los obstáculos que la actual administración ha puesto a la autogeneración, lo que, aunado a la robotización de la producción, hace que las plantas se muden para establecerse en Texas y no en México.

El súper peso

Aunque hemos tenido la suerte de tener un peso fuerte, esto obedece a que las remesas se han mantenido altas, a que el turismo ha repuntado luego de la pandemia; a la migración de los llamados “nómadas digitales”, los altos costos del petróleo, el lavado de dinero y a las altas tasas de interés que ha mantenido el Banco de México; sin embargo, al no ser condiciones del todo estables, en cualquier momento todo esto puede acabar, es por ello que la apuesta tendría que ser a las exportaciones y la razón por la que no debemos buscar fomentar y atraer más inversiones productivas.

¿Tendrá la 4T la capacidad para capitalizar esta oportunidad? ¿entenderá el gobierno la importancia de fortalecer el comercio exterior mexicano, o seguiremos dando prioridad a las ocurrencias o a ver cómo dificultarlo?

El reto está ahí y, sin duda, deberá ser la visión de los que aspiren a encabezar el próximo gobierno, sea del color que sean.