Un desayuno tabasqueño

Mientras desayunábamos en un restaurante de Villahermosa hace un par de lustros, un conocido maestro de la música popular y funcionario cultural afirmó muy seguro:

—Los tabasqueños somos egoístas, envidiosos, tontos. De no ser por eso, ya tendríamos a dos presidentes de la república.

—¿Dos, de dónde?; no los veo.

—Pues ahí tienes a Madrazo y a Andrés Manuel.

—Bueno, tal vez, pero a Carlos Madrazo “se lo echaron al plato”.

—¡Nooo, no Carlos, Roberto, el hijo! Se hubieran puesto de acuerdo Roberto y Andrés, uno tras de otro y te aseguro que llegan a la grande.

—Uy.

Por respeto no quise decir lo que me provocaba su ocurrencia. ¿Equiparar, tener en un mismo concepto a “Lord Berlín”, al “amafiado” de las medicinas (en su futuro estaba patrocinar Latinus, de Loret de Muela -García Vilchis dixit- y Brozo), al mentiroso defraudador y saqueador de Tabasco, con un luchador social como AMLO? Quise explicármelo considerando que, hasta 2012, el estado había sido gobernado sólo por el PRI (en 2012 obtuvo el triunfo el PRD, gracias al impulso de López Obrador), que la mayoría de la burocracia estaba habituada a ello y no les caería nada mal dos presidentes nativos. Sin importar trayectorias, ideologías, programas. De lo que se trata, en estos casos, es de mantenerse en el presupuesto público. Pero mejor atribuirlo a la ingenuidad incluso antes que al cinismo o al mero chovinismo.

Hay diferencias en favor de Adán López Hernández comparándolo con Madrazo Jr., aunque su raíz, su formación esté en las peores entrañas del PRI y su renuncia al mismo haya sido tardía. No obstante, desde que se pasó al PRD y Morena, ha sido consecuente en su relación con López Obrador, incluso a pesar de su desempeño precario en el gobierno de Tabasco; lo convirtió en un Primor.

Desde que López Obrador “destapara” a López Hernández en una conferencia matutina (fue él, porque no “pintaba” en las encuestas, sólo Ebrard y Sheinbaum; extraño movimiento del presidente) y se convirtiera en aspirante a candidato, ha cometido varios errores. El principal, querer mimetizarse con AMLO, querer imitarlo en todo, ser como él, decir a los votantes potenciales que es uno mismo con el presidente, su hermano (como le ha llamado, sí, López Obrador), y por tanto, el que merece o debe sucederle en el cargo presidencial. Otro error nada menor ha sido recurrir a las viejas y dinosáuricas prácticas priistas de las cuales se nutrió es su amplia carrera en ese partido: acarreo y golpeteo político contra oponentes, mentir a la gente mediante la simulación, reaccionar con intolerancia y aun violencia cuando es “acosado” por el pueblo (queriendo imitar grotescamente a AMLO, le sale el verdadero carácter irascible; le llaman “Patán López”), cooptar a youtuberos (que incluso publicaron un libro sobre él), utilizar su posición de exsecretario de Gobernación para el uso y manipulación de programas públicos y funcionarios, como en el reciente ejemplo de Baja California, donde fue exhibido. Y algo imperdonable, usar a un “showman”, un “estandopero”, un Chapoy del más bajo chisme politiquero, como Alfredo Jalife, para promoverlo durante todo el sexenio en el programa Telereportaje y en foros pagados en Tabasco y, en particular, para golpear a Claudia Sheinbaum porque es la líder de las encuestas. Y porque es de ascendencia judía, desde su odio, pues. Incluso tuve un pleito con Jalife en twitter por ese odio tenaz contra la exjefa de gobierno de Ciudad de México; claro, él y sus fanáticos “engañados-bobos” se me fueron al cuello.

Como quiera que sea, Adán López siempre ha estado en tercer o cuarto lugar de las encuestas, pese a lo que él y su payaso digan. Y lo más importante es conocer qué distancia guarda este candidato (y los otros también) en relación al Proyecto de Nación encabezado por López Obrador: esto es lo esencial.

El Proyecto de Nación es lo que importa, no la persona

No son las personas. El hombre o la mujer: El Proyecto, es lo que importa.

Pronto se levantarán las encuestas para elegir a quien muy seguramente sucederá a López Obrador en la presidencia; los intereses y objetivos de la mayoría de los mexicanos tienen que estar muy claros a la hora de votar en la encuesta.

En mi caso, no votaría por Claudia sólo porque es mujer; de ser así, en la oposición hay figuras femeninas tan desacreditadas como Gálvez, Paredes, Téllez, López Rabadán, las Gómez del Campo y la Campos de Chihuahua. No, no por ser mujer: por su cercanía o distancia con el Proyecto.

No votaría por Marcelo por ser “el carnal” AMLO durante mucho tiempo. Aunque en los dos primeros años de este gobierno me agradó la posibilidad de que fuera el sucesor, por su buen desempeño, por su alta congruencia. Pero errores puntuales como su vínculo con ciertos personajes como Ricardo Monreal, sus prácticas neo-priistas y su errática campaña, lo distanciaron de la simpatía de la mayoría de los votantes pro-AMLO; las encuestas reflejan esta situación. Y no, no por ser “Carnal”: por su cercanía o distancia con el Proyecto.

No votaría por Adán sólo por ser tabasqueño como el presidente (yo mismo soy tabasqueño); eso es absurdo, nada garantiza. Ni mucho menos por su fallida y grotesca imitación, por desear clonarse con él. Por las mañas descritas párrafos arriba. Tal vez el maestro músico del que hablé esté pensando ahora que López podría haber sido el tercer presidente nacido en Tabasco. Pero no, no por ser tabasqueño: por su cercanía o distancia con el Proyecto.

La distancia o cercanía de estos tres personajes con el Proyecto de Nación abanderado por López Obrador ya la establecí auxiliado en mi argumentación con la consideración del Prof. Rodolfo Lara Lagunas, maestro de AMLO en la secundaria y figura importante en su formación ideológica (formación que le llevaría a romper con el PRI en 1988, a ser congruente desde entonces con la izquierda electoral no trasnochada y sus valores ligados a la historia política y social de México). Se puede leer en julio pasado: “Lara Lagunas, maestro de AMLO, sobre las ‘corcholatas’ de Morena

En síntesis, la equidistancia de los tres personajes en relación al Proyecto que impulsa la mayoría de los mexicanos (según las múltiples encuestas que aprueban al presidente incluso hasta en un 80%) está como sigue; reproduzco del texto de julio pasado:

A. Con Ebrard, en vez de profundizarse el cambio de izquierda, se regresaría al centro. El Prof. Lara colige esta idea a partir de lo simbólico del nombre del partido fundado por Ebrard en 1999: Centro Democrático. Se “correría” al centro y hacer esto es detener el proceso de transformación y, agrego, sería acercarse a lo que se combate: el neoliberalismo corrupto y corruptor.

B. López acaba de realizar un mitin en Minatitlán con “los charros de Aldana”, dice Lara. Ricardo Aldana, el sucesor de Romero Deschamps como “líder” sindical de Pemex y coautor del “Pemexgate”. “Esto es muy simbólico y no le ayuda porque sigue reflejando la mentalidad priista, no representa a la izquierda, es priista, otro no hubiera hecho la reunión con Aldana; la mentalidad priista, neoliberal y corporativa no va profundizar la revolución, la va a detener”. El profesor se refiere al encuentro entre López y Aldana en abril pasado en que, entre sobadas mutuas, el ex gobernador de Tabasco habló de su aliado: “Y miren, dicen algunos que los líderes de ese tamaño son aves de tempestad, pues se equivocan, porque en el caso de Ricardo es una gente serena, firme cuando se trata de defender a los trabajadores del país y firme, también, cuando se trata de defender y apoyar a la empresa. Es un hombre, un mexicano de instituciones. Es un verdadero dirigente”. Vaya metáfora: “Ave de tempestades”, vaya eufemismo para nombrar al corrupto.

C. Sheinbaum lleva ventaja porque “montó el toro” más difícil de todo el país, la ciudad de México. Y aunque llegó tarde a la izquierda, matiza el maestro, siempre ha estado en los momentos contestatarios. Tiene una trayectoria de rebeldía ante las injusticias que hace confiable que ella va a ser parte de la continuidad en el cambio. “Me inclino por Claudia, en este momento ella es la indicada”.

Aquí, una amable corrección de datos históricos para el profe Lara que no los tiene precisos. Se equivoca al decir que Sheinbaum “llegó tarde” a la izquierda, pues no pudo haber llegado al sitio donde siempre estuvo. En tanto que Ebrard militaba felizmente en el PRI neoliberal y corporativo (como le llama Lara) desde 1977 a 1995; en tanto que López 2 (a él le gusta colocarse como el segundo del presidente) militaba felizmente en ese PRI neoliberal y corporativo de 1976 a 2001; y mientras López 1 (Obrador), -con todo y la formación política social de la que hablé al principio- aún estaba en el PRI en 1988, Sheinbaum hacía activismo universitario contra las amenazas del neoliberalismo desde el CCH Sur y en Ciudad Universitaria en la Huelga de 1987; y después siguió con Cárdenas y el obradorismo hasta llegar al presente.

Es Claudia

Recapitulando, al inicio de la campaña de los contendientes a enarbolar el Proyecto de Nación liderado por AMLO, con base en argumentos y conceptos claros, y ante la conducta irregular de candidatos como López, Ebrard y Monreal (los tres tratando de golpear a Sheinbaum y violando acuerdos), decidí “romper lanzas” por Claudia. Y no porque sea mujer (en su caso, es un elemento favorable), sino porque es la más cercana tanto al presidente como al Proyecto de Nación, y quien probablemente profundizará en el mismo para beneficio de la democracia en México. Y el momento ha llegado.

Héctor Palacio: @NietzscheAristo