“Un original sistema de puntuación. La extraña encuesta de Morena para elegir su candidato a la presidencia de México”.

Ese es el encabezado de una nota publicada en la sección internacional del diario La Vanguardia, de Barcelona, España, uno de los más importantes de Europa. El texto es del reportero Enrique Morán Monroy. Sintetizo enseguida su contenido sin utilizar comillas:

1.- Una simulación de Covarrubias & Asociados da por vencedora a los puntos a Claudia Sheinbaum.

2.- El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el partido del mexicano Andrés Manuel López Obrador, ha ideado un original proceso de selección del futuro candidato a la presidencia por Morena, que descansa en un nuevo tipo de encuesta implementada por el mismo partido político.

3.- Morena tiene una influencia absoluta sobre la política mexicana. Las encuestas revelan que será su candidato, el hombre o la mujer a vencer en las presidenciales de 2024.

4.- Cinco nombres son los que más suenan como aspirantes a esa candidatura y suceder a López Obrador. Y el que gane tiene muchos números para ser presidente y continuar con la llamada Cuarta Transformación. Son:

  • Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México.
  • Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores.
  • Adán Augusto López, secretario de Gobernación.
  • El diputado Gerardo Fernández Noroña.
  • El senador Ricardo Monreal.

5.- La original nueva encuesta se basará en un cuestionario de nueve preguntas, cada una de ellas con una valoración distinta.

6.- El nombre que reúna la mayor cantidad de puntos finales será el o la candidata oficial del partido de izquierda.

7.- Este modelo de selección ha sido elaborado por el propio partido, pero ha contado con la colaboración de empresas de encuestas con el objeto de lograr el máximo de transparencia y credibilidad.

8.- La Vanguardia ha consultado a la encuestadora Covarrubias y Asociados un ejercicio de simulación de cómo funcionaría esta encuesta. El resultado que obtiene parece abrumador:

  • Claudia Sheinbaum obtiene 9.75 puntos, de los 10 posibles.
  • Marcelo Ebrard, 0.25 puntos.
  • Adán Augusto López, 0.0 puntos.
  • Gerardo Fernández Noroña, 0.0 puntos.
  • Ricardo Monreal, 0.0 puntos.

9.- La originalidad del modelo de la encuesta de Morena, es que cada una de las nueve preguntas formuladas tiene un valor distinto. Algunas valen 0.25 puntos. Otras alcanzan los 2.75 puntos.

10.- El criterio sobre la valoración ha sido decidido por Morena y ha sido aceptado por los propios participantes en otras encuestas realizadas desde el nacimiento del partido.

11.- Este criterio de valor es decidido únicamente por Morena.

12.- Estas son las nueve preguntas y lo que cada una vale:

  • Opinión Positiva ¿Y cuál es su opinión sobre esa persona, buena o mala? Vale 2.0 puntos.
  • Honestidad. ¿Qué tan honesto(a) considera a…? Vale 1.0 puntos.
  • Respeta derechos de mujeres. ¿Qué tanto considera usted que... respeta el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia? Vale 0.5 puntos.
  • Cercanía. ¿Qué tan cercano(a) a la gente considera a…? Vale 0.25 puntos.
  • Conoce el país. ¿Qué tanto considera que… conoce el país? Vale 0.25 puntos.
  • Cumple. ¿Qué tanto considera que… cumple lo que dice? Vale 0.25 puntos.
  • Buen candidato. ¿Lo(la) considera buen(a) candidato(a)? Vale 1.0 puntos.
  • Disposición a votar. ¿Usted votaría o nunca votaría para Presidente(a) de México en 2024, por…? Vale 2.0 puntos.
  • Preferencia. ¿Usted a quién prefiere como candidato o candidata de Morena? Vale 2.75 puntos.

13.- Para evitar un margen de error o un virtual empate a la hora de calificar los resultados, se tomará en cuenta hasta la más mínima diferencia en las puntuaciones.

14.- Es decir, si la diferencia entre los contendientes es de tan sólo una décima, el ganador de esa pregunta que se califica, será el que supera al rival hasta con la más mínima diferencia y se llevará todos los puntos en juego.

15.- Aunque la encuesta de Covarrubias y Asociados está basada en el modelo del proceso de selección interno de Morena, la encuestadora señala que podría cambiar tanto en el número de preguntas como en el tipo de ellas, pero eso dependerá de la decisión que tome el propio partido.

16.- Además, con el fin de que exista un consenso entre los participantes en la contienda interna, Morena se encargaría de que todos los aspirantes sepan y estén de acuerdo en la cantidad y valor de las preguntas de la encuesta, para que al final, el resultado sea aceptado por todos y se mantenga la unidad del partido y conserve su fortaleza para las elecciones del 2024.

Violencia política de género contra Lilly Téllez

Todo empezó en el diario Reforma. El analista Jesús Silva-Herzog Márquez cuestionó a la senadora Lilly Téllez. El colaborador del grupo mediático propiedad de la familia Junco dijo de la experiodista:

  • “Retrata bien, tiene una notable facilidad de expresión, es pendenciera, ignorante y elemental”.
  • “En su larga carrera frente a las cámaras no se le ha sorprendido con una sola idea o una sola propuesta”.

Lilly respondió en Twitter calificando de “frívolo” a Silva-Herzog Márquez. Sin duda este es un tipo frívolo y, a diferencia de la senadora, no es un producto de la cultura del esfuerzo, sino del privilegio: nacido rico por ser hijo y nieto de hombres famosos del viejo sistema político mexicano.

Ya entrado en el pleito, el articulista de Reforma dedicó otras duras expresiones a la senadora. En Twitter dijo que Lilly Téllez es la caricatura opositora con la que sueña el presidente López Obrador.

¿Hay violencia política de género en las palabras de Jesús Silva-Herzog Márquez? Creo que sí, por lo tanto deberá disculparse.

Lilly no merecía que se le ofendiera, aunque en mi opinión equivocó la jugada al pretender debatir en términos más o menos intelectuales con alguien que, por más patán que sea, evidentemente cuenta con más preparación que ella. No es culpa de la senadora, sino del destino: Silva-Herzog, junior por partida doble, no tuvo la necesidad de trabajar desde joven —tal vez no ha trabajado nunca: eso de jugar a ser figura de las letras no es precisamente un trabajo—; en cambio Téllez ha tenido que chingarle por la vida desde que se hizo adulta.

Si Lilly Téllez consigue la candidatura presidencial de oposición lo único que no debería hacer —si lo intentara, fracasaría— sería presentarse como una mujer altamente calificada tanto en lo relacionado con sus estudios como en su vida profesional.

No es ilegal carecer de una trayectoria académica. Tampoco descalifica a nadie el hecho de jamás haber tenido un puesto ejecutivo ni en el sector público ni en el sector privado.

Lilly tendría que presentarse como ella es: una mujer que desde los 17 años de edad se dedica al periodismo televisivo y que dejó esta profesión tres décadas más tarde solo porque AMLO le garantizaba llegar al Senado. Las oportunidades hay que aprovecharlas, y Lilly aprovechó las suyas.

Muchos años de tele y unos pocos de Senado. No hay más en el currículum de Lilly; creo que esta es la razón de que Jesús Silva-Herzog Márquez la descalifique tan injusta como vulgarmente: “En su larga carrera frente a las cámaras no se le ha sorprendido con una sola idea o una sola propuesta”.

Pero Lilly Téllez no tiene por qué avergonzarse de ser lo que es: una mujer trabajadora y tan exitosa en su oficio —hablar frente a las cámaras— que llamó la atención de Andrés Manuel López Obrador, quien la llevó al poder legislativo porque intuyó que ella conecta con la gente, por así decirlo.

Le ha ido tan bien en la política que se le incluye entre las personas que aspiran a la presidencia de México. No por el partido de AMLO, a quien traicionó —en política la traición no es una falta, sino una táctica—.

Tiene la senadora Téllez posibilidades de ser candidata presidencial del PAN, el partido que la recibió después de que ella abandonara Morena; desde luego, si lo consiguiera podría ser la abanderada de la alianza opositora.

Pero, ni hablar, si quiere ser más o menos competitiva tendrá que esforzarse para convertir en virtud su falta de currículum.

Creo que Lilly ha fallado al intentar ser lo que no es: una política con un programa de gobierno y con un proyecto ideológico. No puede decir que los tiene porque, ni hablar, definitivamente no los tiene ni los ha diseñado ni entre sus ventajas está la experiencia para una tarea de ese tipo.

Lilly nunca ha profundizado en las ideas políticas ni nunca ha gobernado; ni siquiera ha sido gerente de una estación de TV. Pero no importa, puede rodearse de gente que sí sepa. No la critico porque yo tengo todavía más limitaciones que ella.

La ventaja del jefe no está en su capacidad, sino en el hecho de ser precisamente el jefe, y si Lilly ganara las elecciones sería eso, la jefa, la mera mera, la presidenta.

Es como el chiste de los pericos más caros del mundo. Un magnate va a la tienda donde se venden y pregunta por el precio. Uno de ellos vale 1 millón de dólares porque sabe de matemáticas. El otro perico vale 10 millones de dólares porque sabe de matemáticas, habla varios idiomas y toca el violín como Paganini. El tercer perico vale 100 millones de dólares… ¿Y qué es lo que hace para justificar ese precio?, pregunta el comprador. El vendedor responde: no sabemos, pero los otros dos le dicen jefe.

Lilly ha caído en las encuestas de MetricsMx que publica SDPNoticias —la supera Beatriz Paredes, del PRI— porque insiste en presentarse como lo que no es: una mujer con experiencia de gobierno. La tiene en la TV, nada más.

Imposible para Lilly Téllez competir, por ejemplo, con el currículum de Claudia Sheinbaum. Menciono a la jefa de gobierno de la Ciudad de México porque Lilly frecuentemente se compara con Claudia en Twitter:

  • Claudia es licenciada en física por la Facultad de Ciencias de la UNAM.
  • Tiene el grado de maestría en ingeniería energética.
  • Es doctora en ingeniería en energía.
  • Realizó su trabajo de investigación para lograr el doctorado en prestigiado Lawrence Berkeley Laboratory.
  • Ha estado en el Sistema Nacional de Investigadores y en la Academia Mexicana de Ciencias.
  • Es investigadora titular del Instituto de Ingeniería de la UNAM.
  • En 2007, invitada por el científico Mario Molina, se unió al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU en el tema de energía e industria. Ese año tal grupo recibió el Premio Nobel junto con Al Gore.
  • Ha participado en política desde muy joven, como integrante del histórico CEU de la UNAM.
  • Fue titular de la Secretaría de Medio Ambiente del Distrito Federal cuando AMLO era el jefe de gobierno.
  • Fue la responsable de la construcción del segundo piso del Periférico.
  • Responsable también de la primera línea del Metrobús en la capital mexicana.
  • Vocera de AMLO en la campaña presidencia de 2006.
  • Tuvo un papel central en la resistencia civil surgida después del fraude de 2006 cuando Andrés Manuel la nombró secretaria de Defensa del Patrimonio Nacional del muy respetado y querido gobierno legítimo.
  • Fue fundadora de Morena.
  • Jefa delegacional en Tlalpan.
  • Jefa de gobierno de la Ciudad de México.
  • Ahora mismo encabeza todas las encuestas presidenciales.

¿Puede Lilly competir con el currículum de Sheinbaum? No es fácil; de hecho, es dificilísimo. Pero será imposible si la senadora Téllez sigue intentando hacerse de una imagen que no le corresponde.

Se atribuye al existencialista Jean Paul Sartre la expresión “cada persona es lo que hace con lo que hicieron de ella”. Lilly Téllez ha sido 30 años periodista de la TV —reitero, empezó a trabajar desde muy joven— y apenas empieza una carrera política con todas las limitaciones de su falta de experiencia ejecutiva y académica.

Muchos estamos en su situación. La vida hizo de ella una figura de la tele y AMLO hizo de Lilly una senadora. Ahora —y en esto coincido con Silva-Herzog Márquez—, Andrés Manuel quiere hacerla candidata presidencial de oposición porque piensa que sería la rival más débil de Morena.

Lilly será lo que haga de su persona con lo que hicieron de ella el destino que la llevó a los medios y la intuición de AMLO que la convirtió en política. Diría José José: “Uno no es lo que quiere, sino lo que puede ser”.

Le irá mejor a Lilly si acepta sus limitaciones y decide trabajar la imagen de una mujer sencilla y trabajadora a quien la vida no le dio la oportunidad de desarrollarse ni en la ciencia ni en los cargos ejecutivos. Y a partir de ahí que la gente decida.