No. No es una frase de Supermán. No es el título de la próxima película de La Liga de la Justicia. Y tampoco es un nuevo cómic. Se trata de la envalentonada frase con la que el canciller Marcelo Ebrard, anunció este lunes en redes sociales su partida hacia Washington para reunirse con 50 cónsules mexicanos a fin de cumplir la encomienda del Jefe del Ejecutivo, quien le ordenó iniciar la defensa de México ante las críticas de congresistas republicanos quienes acusan a su gobierno de proteger a los cárteles de la droga.

Y es que, a Andrés Manuel López Obrador, no le causó ninguna gracia que en el Congreso estadounidense se presentara una iniciativa a través de la cual se plantea que su Ejército ingrese a territorio mexicano para combatir a dichos grupos delincuenciales. De hecho, consignó que la acción de los republicanos es “prepotente” y subrayó que los cónsules mexicanos informarán a los connacionales de esto para que no voten por sus candidatos y negó que México sea productor de fentanilo a la vez que acusó que proviene de Asia y “entra una parte por los puertos del Pacífico”.

Lo cierto es que del otro lado de la frontera norte consideran es manifiesta la incapacidad y negligencia de la administración del presidente tabasqueño para combatir organizaciones criminales, lo cual se agudizó con el secuestro de cuatro ciudadanos estadounidenses en Matamoros, Tamaulipas el pasado viernes 3 de marzo, y el posterior asesinato de dos de ellos. Aunado a lo anterior, los videos que circularon respecto al momento en que se observa cómo los cuerpos inertes de algunos de ellos son arrastrados y luego arrojados a una camioneta, así como a una mujer siendo violentada, incrementaron su enojo y desbordaron su furia.

La noticia fue abordada en prácticamente todos los medios de comunicación de los Estados Unidos de América, y los comentarios y planteamientos tanto de conductores de televisión como de sus entrevistados fueron en el sentido de que su gobierno tenía que actuar en contra de los carteles, haciendo hincapié en la falta de acción por parte del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

A partir de entonces, el Gobierno de la Casa Blanca, congresistas, y particularmente los medios de comunicación subieron el tono de sus reclamos, señalamientos, y hasta amenazas hacia México.

Legisladores republicanos, como su líder Kevin McCarthy y Lindsey Graham, han dicho que México debe ser considerado como enemigo, si el Gobierno de López Obrador no actúa contra los cárteles de las drogas que operan en su territorio, aunque matizaron, la intención de su propuesta no es invadir a México, sino destruir los laboratorios y redes del narco.

Según lo argumentado, el punto de inflexión que los llevó a acelerar esta acción ha sido el auge del fentanilo, que en 2021 le quitó la vida a más de 71 mil estadounidenses, de acuerdo con la agencia antidrogas.

El planteamiento de inmediato fue rechazado por el Jefe del Ejecutivo mexicano al considerar que se trataría de una invasión y un acto injerencista.

Pero no quedó ahí, AMLO recriminó que “solo vean la paja en el ojo ajeno y no en el propio”. Y no le falta razón al tabasqueño siendo que del lado estadounidense no se conoce de detenciones de narcotraficantes propios -que los debe haber- y se concretan a apuntar sólo hacia el sur cuando se trata de buscar a los responsables de la venta y distribución de fentanilo que arroja decenas de miles de muertes principalmente de jóvenes estadounidenses.

El que también respondió con enojo a las críticas fue el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, quien afirmó: ‘’México nunca permitirá que su soberanía nacional sea violada. Somos un socio clave de Estados Unidos y debemos ser tratados con respeto’'.

Esto luego que William Barr, ex fiscal General de Estados Unidos publicara un artículo en The Wall Street Journal sobre México, donde afirma que el Gobierno es un ‘facilitador de cárteles de la droga’.

Barr habría llamado a Estados Unidos a realizar esfuerzos mucho más agresivos en México tras lo ocurrido en Matamoros. Sobre esta petición, Ebrard aseguró que su propuesta para combatir al crimen organizado es una violación al derecho internacional y que además desconoce nuestra historia.

En todo este contexto es que SuperMarcelo emprendió este lunes 13 de marzo el viaje rumbo a Washington. En punto de las 7:44 horas colgó un tuit para informar que ya se encontraba despegando rumbo a Estados Unidos para reunirse con la diplomacia mexicana.

Despegando hacia Washington. México será defendido”, afirmó.

Un día antes, SuperMarcelo dio una entrevista en Acapulco Guerrero en la que ofreció mayores detalles sobre su viaje y su posicionamiento respecto a la medida promovida por Dan Crenshaw.

“Un senador del partido republicano propone el uso de la fuerza sin nuestro consentimiento, yo le contestaría: sobre mi cadáver. Jamás permitiremos que se use fuerza de otro país en nuestro territorio”, dijo.

Además, adelantó que solicitaría a los cónsules se reúnan con todas la comunidades mexicanas y norteamericanas de cada ciudad para informarles sobre la situación " y decirles que es una injusticia que traten a México así, y que no nos vamos a dejar”.

Y si bien admitió que las declaraciones del republicano no representan la opinión de todo Estados Unidos “más vale reaccionar a tiempo”, apuntó.

Será pues muy interesante observar qué resulta de esa reunión de Ebrard con los diplomáticos mexicanos en Estados Unidos, a quienes por instrucciones del presidente Andrés Manuel, deberá comunicar la “manera alevosa, prepotente”, con que están actuando legisladores republicanos.

Lo que no deja de llamar la atención, es que no son pocos los mexicanos que estarían de acuerdo con una intervención como la que se planteó en el Congreso estadounidense, y eso debería preocupar aún más.

Por cierto, en redes sociales aconsejaron a SuperMarcelo no viajar tan lejos. “El enemigo está en casa”, le dijeron. ¿Será tal vez que sus rayos equis en Palacio de Gobierno no funcionan bien?

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