El mundo vive una crisis migratoria en diversas regiones, desde las fronteras orientales de la Unión Europa con Bielorrusia, hasta el Canal de la Mancha o Norteamérica. Algunos líderes autocráticos han hecho uso de esta problemática para ejercer chantaje a sus rivales económicos para el levantamiento de sanciones. Tal es el caso de Vladimir Putin en relación con el tránsito de migrantes desde Oriente Medio hasta Polonia.

México, por su parte, no está exento de los vaivenes migratorios. Con datos del mes de octubre del presente año, el gobierno de AMLO ha detenido a más de 228 mil migrantes centroamericanos y caribeños, como resultado de la triplicación del número de indocumentados desde 2019. Por otra parte, alrededor de 123 mil personas han solicitado refugio en nuestro país a lo largo de 2021.

La tragedia reciente acaecida en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, donde murieron 55 personas (hacinadas en un camión con 160 pasajeros) ha puesto de manifiesto la crisis humanitaria que sacude la región centroamericana, y en la cual, lamentablemente, México participa.

Estos migrantes buscan atravesar el territorio nacional para luego transitar ilegalmente hacia los Estados Unidos, donde, sin embargo, no les espera un futuro halagüeño. El gobierno de Joe Biden detuvo, en los primeros meses de su administración, a 1.7 millones de inmigrantes que intentaban llegar a suelo americano desde la frontera sur.

¿Cuál es la relación de los mexicanos con los migrantes extranjeros? Derivado de factores geográficos y económicos, México no ha sufrido directamente del impacto del arribo de migrantes, como ha sido el caso de países como los Estados Unidos y los miembros de la Unión Europea. En tanto que país de tránsito, los indocumentados no suelen permanecer permanentemente en territorio nacional. Ello ha eximido al país de sufrir el aumento de la oferta de trabajo, y por ende, el desplome de salarios en las áreas productivas de baja rentabilidad.

Derivado de lo anterior, la crisis migratoria y el arribo de las caravanas migrantes procedentes de Centroamérica no han adquirido aún un cariz político al interior del país. No hemos escuchado – al día de hoy- a la oposición acusar reiteradamente al presidente AMLO y a su gobierno de conducir erróneamente el asunto migratorio. Lo consideran -así parece- como una asignatura ajena al interés general de la mayoría de los mexicanos.

Sin embargo, ante el recrudecimiento de la política migratoria en Estados Unidos (con vistas a las elecciones intermedias del próximo año) miles de migrantes podrían optar por residir en México, lo que conduciría eventualmente a la politización de la asignatura, y con ello, a la conversión de la crisis migratoria en un asunto de relevancia hacia los próximos comicios.

En suma, la crisis migratoria ha quedado -aún- fuera de la órbita política de la oposición en contra del presidente AMLO. Sin embargo, el devenir de los acontecimientos suscitados por el incremento incontrolable de migrantes en México bien podría provocar un viraje. Al tiempo.

José Miguel Calderón en Twitter: @JosMiguelCalde4