“La corrupción, la incompetencia, la destrucción especulativa de las ciudades y de los paisajes naturales, la multiplicación alucinante de obras públicas sin sentido, el tinglado de todo lo que parecía firme y próspero y ahora se hunde delante de nuestros ojos: para que todo eso fuera posible hizo falta que se juntaran la quiebra de la legalidad, la ambición de control político y la codicia —pero también la suspensión del espíritu crítico inducida por el atontamiento de las complacencias colectivas, el hábito perezoso de dar siempre la razón a los que se presentan como valedores y redentores de lo nuestro—.”
ANTONIO MUÑOZ MOLINA
Con absoluta honestidad
Adiós Federación. Así, sin adjetivos. Adán Augusto López dejó de ser secretario de Gobernación federal para convertirse en un pésimo promotor de sí mismo.
La 4T pide el 10% de capacidad y el 90% de honestidad y el funcionario responde siendo absolutamente honesto —como se dice, le salió del alma— al decir que los tabasqueños son más inteligentes que los norteños. Luego se dio el lujo de escribir en Twitter: “Aunque quieran compararnos, la realidad es que no somos iguales. Compraban voluntades, chantajeaban, mentían: nosotros dialogamos y llegamos a acuerdos por el beneficio del país.” ¡Claro! El secretario dialoga llamando estúpidos a los habitantes del norte del país…
Inolvidable su desprecio al responder a ‘madres buscadoras’: “yo tampoco confío en ustedes”. Suficiente tienen las pobres señoras con estar buscando a sus vástagos, para que venga el que está a cargo de la política interior — quien se supone debiera ser faro para sus inquietudes— y les conteste de dicha forma.
Cuando dejó el gobierno de Tabasco para convertirse en secretario federal, había quienes le consideraban un político serio; alguien que podía ser un interlocutor ecuánime entre la 4T y la oposición. Mas Adán decidió pronto dejar a un lado esa oportunidad de construir por México y ha demostrado que solo sabe mentir y actuar de forma partidista.
Mentir de forma contumaz
Adán Augusto miente cuando dice que Guanajuato y Jalisco (gobernados por la oposición) le recuerdan los “baños de sangre”. Las entidades que encabezan la lista de homicidios dolosos en México (cifras oficiales del Sistema Nacional de Seguridad Pública) son: Colima, Zacatecas, Baja California, Sonora, Michoacán y Morelos. Todos ellos sin excepción gobernados por Morena.
Señala que no hay fiscal en Nuevo León, olvidando que la designación de este sigue un proceso dada su autonomía. Doble rasero, pues se queja precisamente de lo mismo que López Obrador realiza —a conciencia— con los órganos constitucionales autónomos; el presidente suele dejarlos acéfalos o sin la totalidad de sus consejeros (tan necesarios para operar adecuadamente).
Despotrica de una crisis de seguridad en Nuevo León y al mismo tiempo dice que quién lleva esa tarea en la entidad es la Guardia Nacional. Se da un disparo en el pie y en el proceso deslegitimiza el trabajo de la Guardia, esa que se supone él quiere defender.
Otro haciendo proselitismo electoral
Ahora, en su gira partidista (donde actúa como candidato del partido en el poder), miente cuando dice que los críticos al régimen cuestionan a la Guardia Nacional y a la vez solicitan sus servicios.
No, secretario. Así NO son las cosas. Lo que se cuestiona es que la corporación esté bajo mando de la Sedena y que no se dé mayor impulso a la capacitación de la GN en seguridad pública desde y con el monitoreo de instancias civiles. Adán Augusto, igual que su superior jerárquico, deforma las cosas.
Por eso se le hizo natural, luego de estar en CDMX haciendo proselitismo electoral junto con la jefa de gobierno, volar a Baja California (entidad gobernada por Morena) y desde allí criticar y grillar a la oposición de Nuevo León y de Chihuahua.
Sabido es que seguirá con su gira partidista por todo el país, con la excusa de invitar a los congresos locales a ratificar el cambio a la Constitución para que la GN dependa de la Sedena. ¿Sus propósitos reales? Hacerse de la Presidencia y minar la unión de la entre estados en lo que es nuestra federación.
El odio por bandera
A Adán Augusto se le nota molesto y agresivo; muy a la defensiva. Quizá creyendo que con su mal genio le hace un favor a Claudia Sheinbaum, pues mismo ella se le ve más dispuesta al diálogo. Se está equivocando. Lo que logra es reafirmar que con Morena no se puede dialogar, ni llegar a acuerdos. Que el propósito del Movimiento es denigrar a quienes no simpatizan con este.
Imita a López Obrador en las mentiras; va por mal camino pues, de antemano, mina su función gubernamental.
Fortalece la percepción de que se trata de una persona egoísta y que ve por él mismo.
Es menester denunciar al titular de Gobernación. No cumple con su obligación de buscar formas de unirnos como mexicanos, de hacerse de similitudes y de limar asperezas. Azuza, en cambio, los ánimos de una buena parte de la población de nuestro país. Adán en modo AMLO.
Cuenta con que los tabasqueños, norteños o cualquier otro mexicano sean “agalambao” (tonto) o “anaguado” (pazguato). Y aunque Adán le guste llorar como una mojina (otra frase en tabasqueño), lo cierto es que mentir es corrupción; actuar de forma partidista, también es corrupción. Eso es exactamente lo que hace Adán Augusto hoy por hoy.