“If you wanna be with me

Baby, there's a price to pay

I'm a genie in a bottle

You gotta rub me the right way

If you wanna be with me

I can make your wish come true

You gotta make a big impression (oh yeah)

Gotta like what you do

I'm a genie in a bottle, baby

Gotta rub me the right way, honey

I'm a genie in a bottle, baby

Come come, come on and let me out.”

CHRISTINA AGUILERA

El espectáculo antidemocrático —y a ratos ilegal— de Samuel García por un momento nos hizo desviar la atención. Pero una nueva encomienda cedida a los militares nos hace regresar la mirada a dónde debe estar. Una encomienda acompañada, naturalmente, de un incremento en el presupuesto para las Fuerzas Armadas.

Claudia deberá brillar, brillar como el sol, pues mientras su campaña no dé color, más y más será el apego de López Obrador a ese otro poder. Se sabe, su corazón late verde olivo…

El referido presupuesto fue de 20.2 mil millones de pesos en el 2018, algo así como el 3% del total del gobierno federal. Lo presupuestado para el 2024, supera los 156 mil millones de pesos y abarca el 20.2% del presupuesto federal. Si se suma lo presupuestado para el Tren Maya (vía Secretaría de Turismo) y lo de los aeropuertos (vía la SCIyT), el total obviamente es mayor. Cifras reveladoras para quien dijo mandaría a los militares a sus cuarteles…

Si la cantidad ingente de dinero que ahora se destina al Ejército y a la Marina, y la nula información que el gobierno da al respecto (absoluta opacidad en relación a los recursos públicos), no muestra que la militarización de la vida pública de nuestro país va viento en popa, no sé entonces qué lo haga. Militarización en marcha; es más, a paso redoblado.

Esta militarización tal vez sea una de las herencias más complicadas que deja López Obrador al finalizar su sexenio (y eso que hay muchas de dónde escoger). Un Ejército crecido, empoderado; con mucho dinero y con control en puntos neurálgicos del país, y sin saber si acatarían las órdenes de una mujer presidenta...

Las columnas más leídas de hoy

El poder que detentan las Fuerzas Armadas no querrán devolverlo a los civiles así sin más. Y no es que lo asegure yo, lo constata la historia del mundo mundial.

Vale la pena un recuento somero de lo que está en juego:

√ La administración de aeropuertos: AICM, AIFA, Tulum, Puebla, Palenque.

√ La administración y manejo de todas las aduanas del país. (¿Se imaginan? Basta que no permitan dichas acciones por un par de días y quiebran a México).

√ Manejo de todo tipo de carga, bienes y productos, sean vacunas, libros de texto o gasolina.

√ Próximo manejo de la farmaciota y de la distribución de las medicinas a nivel nacional.

√ La construcción y manejo de hoteles en diversas zonas

√ La construcción del Tren Maya

√ Los encargados de Mexicana de Aviación (bueno, cuando renten los aviones, tengan los permisos de aviación, etcétera)

Ya lo ha dicho, para el mandatario el Ejército es “el ángel de la guarda” de los mexicanos. Antes era “solo” pueblo uniformado y no poco antes de eso, cuando él era oposición, los militares merecían regresar a los cuarteles de manera fulminante.

Pero más allá de cómo quiera llamarles, si hoy AMLO habla de riesgos de golpes de Estado —cuando se refiere a la situación en Nuevo León— debería ver que él está sentando los elementos para que se dé uno a nivel federal. Unas Fuerzas Armadas sumamente empoderadas y hasta conformadas como una empresa, al más puro estilo ‘facho’ neoliberal… Se trata del Grupo Aeroportuario Ferroviario, de Servicios Auxiliares y Conexos Olmeca-Maya-Mexica, SA de CV (tiene como socios de esta Sociedad Anónima, al 99% al Ejército y el otro 1% de la propiedad recae en el Banco Nacional del Ejército, Fuerza Aérea y Armada).

López Obrador ha dejado instrucciones para que la militarización en el país continúe, ¿lo sabían ustedes? Ha solicitado que se continúe incrementando su presupuesto y su participación en la vida civil del país. Más allá de que le hagan caso, aun queriendo quitarles privilegios, en especial a los altos mandos militares, ¿podremos hacerlo?

Igual que el genio de la lámpara, volverles a encuartelar será sumamente complicado.

Giro de la Perinola:

El Ejército tomó 171 mil millones de pesos de un fideicomiso de aduanas. ¿Para qué? Para costear, sin auditar, sus obras; unas que nada tienen que ver con las aduanas. Al mismo tiempo, los fideicomisos que NO desaparecieron y que nadie menciona son los que tienen los militares. Se calculan montos que suman más de 99 mil millones de pesos.