Las compañías aeronáuticas del país están barajando la posibilidad de ingresar a sus filas pilotos extranjeros. Esto no ha pasado desapercibido por el gremio de pilotos, quienes ni tardos ni perezosos, ya han puesto el grito en el cielo… Y con toda razón.

En la última Asamblea General Ordinaria del Colegio de Pilotos Aviadores de México (CPAM) su presidente, Ángel Domínguez Catzín, declaró que esto sería “un terrible error”, y coincido plenamente, pues en nuestro país tenemos el suficiente personal que egresa año con año de las escuelas de aviación para cubrir las vacantes de las líneas aéreas nacionales.

La declaración la recoge el medio A21, en la que el presidente del CPAM afirmó: “Además de ser una flagrante violación a la concepción (sic.) política de los Estados Unidos Mexicanos, y a su artículo 32 que puntualmente dice que los comandantes y los tripulantes de barcos y de aeronaves que ostenten la bandera mexicana tienen que ser nacidos en el país”

Y pensemos, Mexicana de Aviación a través de sus excelentes pilotos, y ya con el gobierno administrando el Centro de Adiestramiento a Tripulaciones (CAT), se pueden forjar a los nuevos profesionales que el país necesita; no se requiere de mano de obra extranjera, sobre todo de países con los que algunas aerolíneas ya tienen lazos de negocio.

Incluso, no solo contamos con el CAT, también tenemos al Centro Internacional de Adiestramiento de Aviación Civil (CIAAC), entidad adscrita a la Dirección General de Aviación Civil, cuya función es la formación, capacitación y adiestramiento de los inspectores, verificadores aeronáuticos e investigadores de accidentes; es decir a la formación de todo el personal aeronáutico que se requiere.

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Pensar que la contratación de pilotos con nacionalidad extranjera es la panacea es un error. Sí, es cierto, tenemos problemas serios, y no podemos ocultarlos, pero los verdaderos frenos están, por ejemplo, en Medicina de Aviación, dependencia que lleva mucho tiempo “improvisando”, pero no han podido poner orden. Todo lo contrario, los trabajadores de la industria aeronáutica cada vez con mayor frecuencia se ven obligados a contratar un “gestor”, porque hasta sacar una simple cita para el examen médico es un viacrucis.

Y no hablemos de las licencias; hay quienes llevan más de 6 meses esperando a que les liberen la suya. Y lo diré con todas sus letras: hay escuelas de aviación que tienen un “negocio de licencias”; curiosamente esas sí salen rápido y generalmente algunas de estas escuelas privadas son las encargadas de “dotar” de nuevo personal a ciertas aerolíneas.

Evidentemente, el personal que no tiene relación alguna con estas escuelas de aviación privadas, se ven afectados por el atraso de miles de licencias. Sería muy bueno que, en este ejercicio de que las escaleras de la corrupción se limpian de arriba para abajo, se ponga atención en este mega negocio que están haciendo con las licencias.

El problema no es menor y se ha ido recrudeciendo en los últimos años. Antes, las escuelas privadas de aviación no tenían injerencia alguna, ni en Medicina de Aviación ni mucho menos en el área encargada de la Expedición de Licencias al personal aeronáutico. Los atrasos enormes que hoy se presentan -y que cada vez es más complicado ocultar- deben revisarse a fondo, y que se aclare por qué ciertas escuelas tienen preferencia, incluso por encima del personal que ya vuela en aerolíneas comerciales, pero sus papeles están “detenidos” sin mayores explicaciones.

Este es un punto pendiente de la recién nacida Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC). Por eso es importante que cuente con un presupuesto que le permita reforzar el tema del CIAAC, al igual que modernizar el área de licencias, No podemos depender de una sola máquina que imprime las licencias, y que lleva meses “descompuesta”. Pero cuando se trata de sacar las licencias de ciertas escuelas, “milagrosamente” funciona.

Nuestro país, año con año saca a miles de pilotos y sobrecargos que están en espera de una oportunidad en alguna línea aérea; así que la solicitud que realizan ciertas líneas aéreas de permitirles contratar personal extranjero, en realidad es por la posibilidad de pagar menos.

Los que hemos laborado en la industria aérea sabemos que es de lo más volátil, y que todo le afecta, tanto si baja el dólar como si sube, pero también hay que ser muy puntuales al señalar que el costo operativo del personal no rebasa el 10% del costo total de la operación. En pocas palabras, no es de los trabajadores donde las empresas de aviación van a generar más ahorros, eso es falso.

Se dijo en la Asamblea Ordinaria del Colegio de Pilotos, que están muy interesados en impulsar una escuela de aviación pública, recordando que, a nivel mundial, los pilotos mexicanos son reconocidos como los mejores y debo decirles que eso es verdad.

Parece una frase chauvinista, pero no es así. Las aerolíneas extranjeras saben de la capacidad que tienen los pilotos mexicanos, pues -por decirlo de manera coloquial-, nuestros pilotos “en cualquier lado se rifan”; son de verdad excelentes, y debo presumir que tuve la oportunidad de volar con los mejores.

Me parece sumamente importante no desperdiciar todo este talento, y no solo con los pilotos, sino con sobrecargos, mecánicos y oficiales de operaciones; todos ellos pueden ser excelentes instructores y, además, grandes ejemplos de vida a seguir, que motiven a las nuevas generaciones y entiendan el apasionante mundo que es la aviación.

Dejo en claro que las aeronaves del país, deben de ser operadas por mexicanos; no necesitamos extranjeros. De lo que sí requerimos es de una completa modernización dentro de la AFAC, para empezar, antes de estar buscando allende las fronteras espejitos brillosos, y soluciones mágicas.