Las elecciones del pasado 5 de junio le otorgaron varios triunfos a la coalición Juntos Haremos Historia, conformada por el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), PT y PVEM. Y aunque la oposición compuesta por el PAN, PRI y PRD se dice ganadora de los pasados comicios, la realidad es muy distinta, porque demostraron que no pueden ir juntos en todos los frentes pese a sus necesidades, pero también por sus intereses, porque no son capaces de contener a sus liderazgos en pro de una causa común, no olvidemos lo que ocurrió en tierras hidrocálidas con el PAN al inicio del proceso electoral, o la agitada batalla interna del PRI por el Estado de Hidalgo que finalmente conocerá la alternancia. La oposición no tiene claro su papel; su mayor defensa contra la 4t es ser completamente reaccionarios y críticos a la agenda del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO); en San Lázaro consiguieron un asalto a su favor en contra de la reforma eléctrica, pero eso no bastó para detener la maquinaria guinda que hoy permea en más de 20 estados a lo largo del país. El huésped de Palacio Nacional los conoce bien, incapaces de visualizar sus errores y grandes caídas en los últimos tres años, el panorama para la alianza Va por México está comprometido al siguiente proceso en el Estado de México y Coahuila.
¿Realmente hay tiro?
Los cuadros más sobresalientes de la alianza Va por México, son entusiastas y expresivos, afirman que se le puede ganar a la coalición del presidente AMLO por la compleja situación en la que se encuentra el país en todos los ámbitos desde lo económico hasta lo social, y la respuesta es que: ¡hoy no lo hay! deben darse muchos cambios para que suceda. Basta con ver los resultados de las pasadas elecciones, un buen juego hubiera sido un resultado 3/3 de los 6 estados en contienda, sin embargo, únicamente se consiguió un 4/2. Oaxaca, Quintana Roo, Tamaulipas e Hidalgo fueron los estados que ratificaron con cierta facilidad de operación que tiene la coalición, versus un Aguascalientes disfrazado de alianza pero que es un triunfo panista y un Durango priista bastante cerrado con la candidata de Morena y que se fue separando en el transcurso del conteo.
Datos oficiales dan cuenta de otros dos ganadores, aunque menos plausibles y vistosos pero presentes. Como lo es Movimiento Ciudadano (MC), que logra mantener sin alianzas su registro en los 6 estados donde compitió y el abstencionismo de casi la mitad en todas las entidades de la competencia, esos tampoco son números alegres para el movimiento del presidente y sus aliados que han perdido terreno en el ámbito legislativo.
Una nueva era es la etapa de las mujeres que está presente como nunca en la vida democrática del país, tenemos nuevas gobernadoras y gobernadoras electas; este quizás podría ser un factor decisivo o no, en las próximas candidaturas del Estado de México y Coahuila.
Finalmente, si eliminamos las alianzas; Morena es sin duda el gran ganador y los derrotados que regresan a casa son el PRI y el PRD, que en el caso de este último se queda sin registro en algunos estados de la República y cuyas reflexiones deberán ser aún más profundas; porque en el partido amarillo, el sol ya no brilla más, de hecho, está pronto a apagarse por completo.