Hace un par de días Marina del Pilar Ávila, gobernadora de Baja California, anunció el nacimiento de su segundo hijo. Felicitaciones para ella y su familia.

Lo que a estas alturas me parece de una pésima óptica es la decisión y el anunció, con bombo y platillo, de que el infante no nació en México, sino en el pequeño poblado de Brawley, California. Es decir, la gobernadora de un estado soberano de la República Mexicana viajó al extranjero a dar a luz.

Los defensores de esta costumbre racista y discriminatoria dirán que es “normal” que en la “frontera” las personas viajen a Estados Unidos a tener hijos con “doble ciudadanía”. Sin embargo, esto es falso.

Aún en ciudades fronterizas grandes como lo son Mexicali, Tijuana o Juárez, es mínimo el porcentaje de la población que tiene “papeles” o un visado para cruzar libremente a los Estados Unidos. La decisión de los padres de que sus hijos nazcan allá es un privilegio, que nadie diga lo contrario.

Peor aún es la óptica de una gobernadora que apuesta a que su hijo tendrá “mejores oportunidades” en un país que lleva dos años al borde del colapso económico, sanitario y social. ¿Tan poca confianza tienen en su país?

Si tanto aman a los Estados Unidos, personas como la gobernadora Marina del Pilar y el resto de privilegiados que llevan a sus hijos a nacer a Brawley, a San Ysidro, a Yuma y al resto de las ciudades del sur del país vecino deberían hacer todas sus vidas en aquella nación, incluyendo sus carreras políticas. La diferencia es que allá no pueden, ni podrán jamás, tener las facilidades y los privilegios que les damos aquí. Y aún así, siguen con esa costumbre discriminatoria de tratarnos como una nación de paso de segunda.

Veremos si cuando la descendencia de Marina y de muchos otros cumpla la mayoría de edad, en un par de décadas, su decisión de apostarle a los Estados Unidos sirve para algo, principalmente porque con el curso acelerado de los acontecimientos, nada asegura que dicho país permanezca de una forma reconocible ya no digamos en dos décadas, sino a fines de esta.