El Zócalo de la Ciudad de México es una agradable verbena permanente, el espacio físico no solo es la caja de resonancia de la vida política en el país, tiene concentradas a miles de profesoras y profesores provenientes de más de 15 estados de la república.

Las profesoras y profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación se instalaron, como cada año, el Día de la Maestra y el Maestro; es una fecha importante si reconocemos que la historia de los trabajadores de la educación en México también es la historia de la vida política y de la participación democrática.

Las maestras y maestros no sólo han estado presentes en los grandes procesos nacionales por los derechos democráticos, también han luchado contra el corporativismo priista más reacio que ha tenido el país. Y han sido protagonistas de los movimientos armados más recientes, Lucio Cabañas, Genero Vázquez o “El Güero” Medrano son ejemplos de ello.

Las demandas que hoy convocan esta gran movilización de maestros y maestras en la Ciudad de México tienen que ver con problemas estructurales que no se resolverán en los próximos días con solamente el dialogo: abrogación de la Ley del ISSSTE, aumento salarial y democracia sindical.

En el 2007 el neoliberalismo había logrado reducir el tamaño del Estado a un nivel tal que no podía mantener la misma seguridad social de épocas pasadas, cuando el Estado mantenía en su poder a las empresas sociales y de prestación de servicios mas grandes del país,

Las columnas más leídas de hoy

Si Felipe Calderón estaba dispuesto a terminar con la seguridad social que el Estado brindaba a los trabajadores afiliados al IMSS, ¿por que iba a mantener los privilegios de ser empleado del Estado, cuando este mismo estaba destinado a desaparecer?

Diez años antes, en una muy mala copia de los sistemas de pensiones y ahorro para el retiro de otros paises, Salinas de Gortari había puesto fin al ahorro colectivo, a la obligatoriedad patronal y al financiamiento estatal. En su lugar creo un sistema de ahorro que, en teoría, daría a los trabajadores la posibilidad de administrar su retiro, pero que acabo siendo un botín especulatorio de la banca privada.

La movilización que hoy paraliza las calles de la ciudad tiene muchas demandas, pero a una de ellas hay que darle cauce inmediato: reformular una ley de seguridad social acorde con la situación real de los trabajadores y trabajadores al servicio del Estado.

Una ley que tenga clara la nueva conformación etaria de la población, la mayoría tenemos más de 50 años, pronto seremos más viejos que jóvenes, la tasa de mortalidad por edad cada vez es menor, el número de pensionados será cada vez más alto y el Estado no es lo suficientemente grande para garantizar el ahorro efectivo de los trabajadores y trabajadoras; así que no es fácil, no será fácil implementar una nueva ley que garantice los derechos de las trabajadoras y los trabajadores actuales, las futuras y futuros pensionados.

Los maestros y las maestras integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación tienen una forma de entender la lucha, el movimiento, su movimiento; pero también tiene una forma de entender el proceso y desarrollo democrático de las mexicanas y los mexicanos. Hay una idea que vaga por la cabeza de todas y todos los trabajadores de la educación: la constitución de un sujeto social histórico que profundice y extienda la lucha por mejores condiciones de vida en el país.

La CNTE tiene una gran responsabilidad y no es solamente decidir si levantan o no levantan el plantón, aceptar o no el aumento salarial que les ofrecen, o dar paso a la elaboración de una ley de pensiones que permita recuperar los logros alcanzados por el magisterio durante décadas.

La tarea de las maestras y maestros va más allá de las negociaciones con el Estado, tienen que volverse un instrumento de ejercicio democrático de las mexicanas y mexicanos; su lucha por la democratización en la primavera democrática de los ochentas empujó la gran transición electoral que consolidó los primeros triunfos electorales de la izquierda.

Y la confrontación desigual que durante años llevaron contra Elba Esther y sus lugartenientes hizo posible el fortalecimiento de un movimiento que logró desplazar al PRI y después al PAN de la presidencia de la república.

No es posible, no es aceptable, que exista un sindicato y una coordinadora; si el sindicato no tiene razón de ser hay que darlo de baja, si la coordinadora es la representante de las trabajadoras y los trabajadores de la educación, esa deberá ser la verdadera representación sindical y esa es la tarea que les toca a las maestras y maestros, esa será una tarea que también redituará en transformaciones que seguramente no serán visibles a corto plazo, pero que en términos de inversión democrática formarán nuevas estructuras educativas democráticas y más cercanas al pueblo al que les toca educar.

Cuando las demandas son tan generales, tan volátiles, con tan pocas posibilidades de concretarse, los movimientos sociales se vuelven esfuerzos estériles en los que nadie gana y todos pierden, es evidente que las maestras y los maestros no tienen la misma visión que la derecha mexicana, años de lucha lo han demostrado, porque si alguien sabe y conoce de la lucha de las izquierdas son las maestras y maestros, pero, el ciudadano común, el de a pie, el que votó mayoritariamente por un proyecto, por dar un rumbo distinto al país, no alcanza a entender porqué ahora pueden coincidir, en los hechos, planteamientos de derecha y de una izquierda históricamente combativa.

El magisterio es valiente, pero es mas inteligente.