Calificada como la madre de todas las batallas, el proyecto de Reforma Eléctrica muestra en este momento, desde cualquier ángulo o ponderación, señales que sostienen un trabajo avanzado de cabildeo, pláticas y negociaciones no solo con la oposición, sino con los sectores empresariales involucrados.

Por esa razón, se han estado generando puntos de encuentro desde distintos ángulos; asimismo, diferentes liderazgos responden al llamado del presidente López Obrador y, con los sectores involucrados en esta materia, hacen una revisión minuciosa de los alcances, beneficios, regularización e innovación en los mecanismos que suele ser parte de la esencia porque- hay que promover garantía en los suministros de empresas ya que será, el propio Estado, quien tome en sus manos la rectoría para beneficio de la población civil tanto en el equilibrio de pagos de consumo, como la decisión de erradicar los contratos que han provocado desconfianza por los abusos.

En virtud de ello hubo necesidad de hacer un planteamiento a la par con el legislativo. Quizá eso explique el número importante de congresos, ponencias, entrevistas y conferencias. De hecho, ha trascendido que, desde la oficina de Bucareli, se ha canalizado una estrategia para acelerar el interés del presidente en materia Eléctrica.

Así, se prevé que muy pronto comiencen los trabajos en San Lázaro. A pesar del número significativo de legisladores de la fracción de Morena, y por supuesto de los aliados, es insuficiente. Será la propia oposición quien tenga la última palabra; entonces, es un cambio constitucional sujeto a la voluntad del bloque que sumó PAN, PRI y PRD.

Asimismo, no hay que menospreciar los votos de MC más allá de que, relativamente, son pocos; ellos pueden marcar la diferencia y, paradójicamente, ser un punto de apoyo que coadyuven para acceder a la mayoría calificada.

Con esa premisa, Morena se concentra, por un lado, primero en organizar la divulgación que ahonda en el punto fundamental del proyecto del presidente López Obrador. En segundo lugar, es indispensable, casi casi trascendental convencer a la oposición para tener el aval.

En otras palabras, Morena necesita a la oposición para aprobar esta iniciativa. La razón es sencilla: acceder sin contratiempos a la Reforma Eléctrica. Tanto en San Lázaro como en la Cámara Alta, no habrá futuro sin los votos necesarios.

Eso justifica la postura, pero también la manifestación desde distintas voces de aquellos que tienen presencia y poder de convocatoria. Por ello se explica la paciencia e inteligencia, lo mismo una estrategia para persuadir a un grupo de contención de oposición que se resiste, aunque no se precipita porque hay legisladores que, con tranquilidad, dicen que analizarán a fondo el proyecto.

Justamente esa puede ser la llave de acceso. Si Morena y los aliados proponen un marco adecuado de análisis y discusión, y existe voluntad para negociar alguna que otra modificación para evitar ruptura- entonces sí, estaremos hablando de un éxito total.

Salvo que pase algo no previsto, no tengo duda que, tanto la Reforma Eléctrica como Electoral, serán muy pronto una realidad. Y encarrilados en esa dinámica y, a estas alturas, habrá margen para incluir el tema de la Guardia Nacional a fin de incorporarse a la Secretaría de la Defensa.

Y, para terminar, suena una Ley Federal del Trabajo con condiciones incluyentes para jóvenes. Al mencionar ello, se abre el compás de mayores oportunidades para un tema preponderante en el campo.

Se vienen tiempos claves en la Cuarta Transformación. Hay que estar atentos.