Más allá de frases ya muy extendidas, cómo la del versátil argentino, campeón del mundo, analista, entrenador, directivo y escritor Jorge Valdano, que afirma que el fútbol es la cosa más importante de entre todas las menos importantes, o del escritor español Javier Marías, que sostiene que el fútbol es ‘la recuperación semanal de la infancia’, el fútbol va aún más allá, siendo un vehículo eficáz, que transmite un sinnúmero de valores a la sociedad, más que otros deportes, por lo impactantemente masivo y democrático del fenómeno.
Siendo en ocasiones tratado de ensuciar, utilizándolo cómo instrumento político, cómo en la ‘guerra del fútbol’, en medio de las eliminatorias al mundial de México 70, entre El Salvador y Honduras, dónde los gobiernos de esos países asuzaron a la población con ese pretexto para dirimir añejos y complejos conflictos fronterizos, o la realización del mundial de Argentina 78, utilizado por el criminal régimen militar y la junta que lo presidía para intentar legitimarse ante su país y la comunidad internacional; el régimen portugués de posguerra de Salazar afirmaba que su país se regia por la “triple F”: FADO (nacionalismo a ultranza), Fátima (virgen símbolo del catolicismo lusitano) y Fútbol (utilizado de forma populista, en su acepción negativa del término).
Lo cierto es que la influencia del fútbol en las sociedades, en diversos sectores, inclina la balanza y de muy lejos en positivo, el mismo Valdano cuenta que, en su paso por la dirección técnica del Club español Tenerife (isla de vocación eminentemente turística), al final de su encomienda recibió un homenaje por la acosiacion empresarial de dicha Ciudad, por haber puesto en alto, a nivel internacional, el nombre y la marca TENERIFE, sirviendo esto al aumento en el flujo de turistas, tanto nacionales cómo extranjeros.
El triunfo del Cruz Azul
En cuánto al tema que atañe el presente texto, el campeonato de Liga ganado por el popularisimo equipo Cruz Azul mexicano, pudimos ver festejos en el Angel de la independencia, en CDMX, más concurridos aún que no pocos logros de la mismísima selección nacional, y no sólo eso: en prácticamente todas las Ciudades de México la gente salió a las calles a festejar; leía a un importante comentarista deportivo que está catarsis era causada por un logro que había humanizado a los mexicanos por unas horas, ya que la mayoría estábamos independientemente del club de nuestra preferencia, apoyando al Azul, dado sus múltiples descalabros en finales, no sólo las seis de liga, desde su último título, en 1997, sino también algunas de Copa (baste ilustrar esto con la final perdida en el 2001, de copa Libertadores, frente al Boca Jrs. en Buenos Aires, en la fatídica tanda de los penales.
El Presidente López Obrador, dió un mensaje en cuanto a que la perseverancia, así las dificultades sean mayores, algún día rinde frutos.
Pero estos festejos fueron también la catarsis de mucho más, coincidieron con un avance sustancial en el plan nacional de vacunación por la pandemia Covid-19, un porcentaje de “inmunidad humoral” que se acerca en mucho a la ansiada inmunidad de rebaño, que es la meta para prácticamente terminar con el flagelo, y mucha gente se pudo volver a abrazar, a brindar con una cerveza, a gritar, a correr por las calles y reunirse sin el ya desagradable accesorio de la mascarilla y medidas cómo la (¿in?) sana distancia; sin ya una virtual prisión domiciliaria que duró no mucho menos de año y medio, de poder en cierta medida recordar a toda la gente entrañable que ya no pudo vivir eso que parecía imposible a causa de alguna maldición inexplicable: un Cruz Azul campeón de liga.
Vimos videos de todo tipo, dónde la gente sacó todo tipo de emociones que estaban ahí encerradas, ahogadas, atoradas, y que encontraron un buen, ya no pretexto, sino motivo e ideal ocasión para salir en forma de euforia; y bien podríamos decir, que en el segundo partido de la final Cruz Azul Vs Santos Laguna, a finales de mayo del 2021, en el estadio Azteca, se encuentra inscrita una fecha que supone un parteaguas: el día en que el infierno de la peste por el nuevo coronavirus, empezó a ver su final en México.