La mayor preocupación de la oposición, a estas alturas, es la poca conexión que tienen con hombres y mujeres. De entrada, no han sabido aprovechar las coyunturas para tener ese contacto con la ciudadanía. Hace poco, en efecto, la coyuntura internacional, sobre todo en medio de un clima de protestas, hubiese sido un marco perfecto para mostrar solidaridad con los millones de paisanos que viven en el vecino país. Lo terrible para ellos, no para la nación, es que eso, una vez más, ha puesto al descubierto la mezquindad con la que actúan. Todo eso, en concreto, le aleja más de la población civil que, como lo ha manifestado últimamente, se aparta por completo de esa narrativa. Si nos guiamos por la perspectiva de las encuestas, estamos hablando de ese 20% que no apoya las políticas públicas de la Cuarta Transformación. La otra cara de la moneda, por supuesto, alude al 80%.
Ese grueso de la población del que hablamos, mes con mes, sigue ratificando en todos los estudios de evaluación su apoyo incondicional a la presidenta de México. Dicha proporción, que se estima entre el 78 y 80% de aprobación a favor de Sheinbaum, tiene la plena confianza de lo que se está llevando a cabo. Desde luego que se respeta ese pequeño contrapeso de la ciudadanía; pero, de manera general, esa proporción se encumbra en la oposición. Eso, por una parte, refleja lo disminuida que está la derecha, y la falta de liderazgos que tiene. Hace poco, a propósito de ello, hablábamos de personajes impresentables del conservadurismo que, ante esa impotencia de atraer la atención mediática, han salido a flote por la guerra sucia que personifican a través de distintos mecanismos perniciosos. Aludimos a personajes que, en su momento, fueron figuras públicas, específicamente del gobierno fallido de Felipe Calderón. Uno de ellos, en definitiva, Roberto Gil Zuarth.
Del propio Roberto Gil Zuarth, que un día arremete contra el gobierno y el otro también, ha trascendido que muy pronto saldrán señalamientos contra él, especialmente por incurrir en algunas situaciones al margen de la ley. Mientras tanto a él, sobra decir, podemos atribuirle parte de esta guerra sucia contra el gobierno y otras figuras del gabinete de Claudia Sheinbaum. Ahora se sabe, por los testimonios que vemos a diario, que esa oposición que mencionamos es la que ha salido salpicada. Por eso estamos en presencia de un conservadurismo en detrimento. Su forma tan abrupta de actuar, sumado a su soez narrativa, se apega a la realidad que actualmente viven. Todo cuadra a la perfección; hay corrupción y un manojo de prebendas muy groseras.
Ya que hablamos del propio Roberto Gil Zuarth, que hace poco se unió a esa camada de “críticos” de la Cuarta Transformación, ha trascendido que recibió millones de pesos por asesorías jurídicas en el gobierno que encabezó Cabeza De Vaca. Por eso se nota su resentimiento con aquellos que han desnudado la magnitud de esos actos. Vaya despilfarro de los gobiernos panistas que, déjenme decirles, nunca han estado a la altura de la necesidad que aqueja al pueblo. Por es a corrupción, que se ha quedado grabada en la mente de ese 80% del que hablamos en esta columna, no tienen ni la más mínima intención de votar por el PRIAN. Y con una oposición desvalida, que no se esmera por aprender de los errores, tiene destinado un fracaso profundo. La misma guerra sucia que propagan, por ejemplo, se diluye con las benditas redes sociales y, de paso, con el mayor órgano de información que es la mañanera.
La oposición no está de pie como quieren hacernos creer. Sigue convulsionando con ese tipo de personajes. Ellos, a propósito, son parte de ese 20% que no aprueba la gestión de Claudia Sheinbaum. Supongamos que ese porcentaje, queda claro, es una mínima proporción que se encumbra en las filas del PRIAN. No podemos generalizar ese 20% como detractor de la administración. Hay, por así decirlo, gente que no le interesa en lo más mínimo la política. Por eso los contrapesos son tan endebles en México. Eso, que no es culpa de Morena, sino de la mala planeación de Marko Cortés y Alejandro Moreno, es el fruto que han cosechado.
Y con una oposición que se cae a pedazos, somos testigos del otro 80%. Esos números, con nombre y apellido, respaldan las políticas públicas de la Cuarta Transformación. Ellos, que únicamente se benefician con los programas sociales, y no con la corrupción, son el pilar que ha llegado a esos niveles.
Notas finales
La relación que sostiene Claudia Sheinbaum con el secretario de economía, además de cordial y franca, ha ido consolidándose con el paso de los meses. No hay fracturas ni pugnas en las estructuras internas. Lo que sí existe, sobra decirlo, es mucho diálogo y comunicación para coordinar tareas. Es bien sabido que Marcelo Ebrard, a la par de detonar las estrategias de desarrollo económico, es una pieza crucial para allanar la buena relación bilateral con el vecino país. Justamente ese tema, entre otros aspectos, se abordaron en la charla que sostuvieron en privado el pasado viernes en Palacio Nacional. Hasta donde sabemos, fue una reunión amena para realizar un balance de los avances sustanciales del Plan México. Ahí, por mucho, se resaltó el impacto que ha tenido esta campaña que se ha divulgado de Hecho en México. Eso, que es una insignia que pone muy en alto la mano de obra de millones de mexicanos que elaboran productos a diario, es un andamiaje que se aprovecha al máximo, eso sí, de mucha calidad.