Centro a la olla

Por supuesto que dentro del proyecto deportivo, de lo que verdaderamente pasa en la cancha con la Selección Mexicana, el técnico Gerardo Martino es el principal responsable... El principal, más no el único. Tampoco es víctima de las circunstancias y mucho menos es un alma caritativa que dirige al equipo mexicano de manera gratuita.

Cada día que pasa rumbo al Mundial de Qatar 2022 es más un recordatorio de lo que le falta por recuperar a la Selección Nacional, que otra cosa. Y para eso tampoco ayudan los partidos de la Nations League de la Concacaf, para los que el Tata llevó a 23 jugadores de que el 80 por ciento no estará en la Copa del Mundo, así que estos juegos contra Surinam y Jamaica habrá que sacarlos de la ecuación.

Lo que debe preocupar es lo que viene en los meses que quedan antes del Mundial. El amistoso ante Paraguay en Atlanta a finales de agosto, el que seguro tienen que jugar contra Estados Unidos y uno más que venga antes de viajar a España en donde concentrarán previo a viajar a Doha. Ya en tierras ibéricas buscan tener por lo menos un partido más, aunque la opción de Suecia parece tambalearse.

Martino seguirá señalado ante todo lo que suceda con la Selección Mexicana, bueno, regular o malo. Es el villano favorito del futbol mexicano en estos momentos. El puesto que tiene lo pone en la mira de todos y es algo que por supuesto sabe, aunque no por ello deja de haber días en los que muestra mayor enfado que en otros. Es normal. Es condición humana, aunque también sabrá cuáles han sido sus errores.

Hoy lo que más se puede cuestionar al Tata es el llamado o no llamado de algunos u otros futbolistas. Pero casarse con un grupo de jugadores, es parte del privilegio que le da ser el seleccionador nacional con el riesgo que eso conlleva. Hoy por hoy, Gerardo Martino no le tiene y no le va a dar gusto a alguien. Tiene buen definido lo que pretende para Qatar aunque en estos momentos su equipo camina sobre terracería, luego de que en esta era pospandemia, le ha sido imposible recuperar lo que alguna vez tuvo, justo antes del parón por el Covid-19 y la lesión de Raúl Jiménez.

Claro está, que no es el único responsable y que habrá que insistir con los jugadores que hoy por hoy están por debajo del nivel requerido para una selección, pero el lugar que tiene, la silla que ocupa, lo pondrá siempre como el principal señalado de aquí a que termine su participación en Qatar 2022.