—Disculpe, Maistro Torres, pero ¿cree usted que algún día se acaben los pendejos?

—Lo dudo, pues se muere uno y lo cargan cuatro.

Narrado por el Filósofo de Güemez

¿Era necesario que, en una reunión de Zoom, el escritor Héctor Aguilar Camín insultara, llamándolo “pendejo”, al presidente Andrés Manuel López Obrador?

Seguramente andaba borracho el director de la revista Nexos y columnista de Milenio. No hay otra explicación a tan enorme pendejada, indigna de un hombre normalmente brillante, respetado y más que preparado y culto como Aguilar Camín.

Sí, admiro a Aguilar Camín, pero vaya que se pasó de pendejo.

Fue una pendejadota que ocurrió el año pasado, según recuerdo. Sí, en lo duro de la pandemia, cuando se popularizaron las juntas por videoconferencia.

Pero fue hoy, miércoles 16 de junio de 2021, cuando AMLO la dio a conocer esa pendejada del destacado escritor en su conferencia de prensa mañanera.

Lo hizo el presidente para exhibir la pobreza de argumentos de uno de los más lucidos intelectuales mexicanos… es decir, para intentar demostrar que si así razona el más inteligente de quienes se oponen a la 4T, cómo estarán los otros.

Ojalá Aguilar Camín responda y empiece con una disculpa. Quizá se disculpó ya, porque el escritor es un hombre honesto, capaz de admitir sus errores. Lo que sea, deberá ser más contundente al pedir perdón por su pendejada, como paso previo a presentar razones objetivas de su rechazo a la 4T y a AMLO. El escritor nos debe algo más inteligente que el puro insulto.

En fin, don Héctor Aguilar Camín me hizo recordar un artículo, publicado en 2010 en el diario Vanguardia, de Ramón Durón Ruiz, El filósofo de Güémez: este hombre, intelectual como el que más, pero menos pendejo que casi todos, sintetizó la famosa clasificación de los pendejos de Hermenegildo El Maistro Torres. La transcribo para que Aguilar Camín la imprima, le ponga un marco y la cuelgue frente al escritorio en el que se conecte por Zoom con sus amigos o seguidores. Digo, para que ya no le haga involuntariamente al pendejo, o no en público:

Pendejo optimista, quien cree que no es un pendejo.

Pendejo fosforescente, hasta de noche se nota que es pendejo.

Pendejo completo, tiene cara, facha y además es pendejo.

Pendejo campana, es tan, tan, pero tan pendejo, que todos lo reconocen.

Pendejo inútil, ni las pendejadas hace bien.

Pendejo hiperactivo, hace las pendejadas una tras otra.

Pendejo poliglota, dice pendejadas, pero en varios idiomas.

Pendejo esperanzado, cree que lo pendejo se le va a quitar.

Pendejo ignorante, todos saben que es pendejo menos él.

Pendejo añejo, con el tiempo se hace más pendejo.

Pendejo radioactivo, irradia lo pendejo por doquier.

Pendejo vigoroso, no se cansa de hacer pendejadas.

Pendejo ecológico, es pendejo por naturaleza.

Pendejo multifacético, es el que abarca dos o más clasificaciones.

Pendejo invisible, es tan pendejo que nadie lo puede ver.

Pendejo contador, lleva un registro de cada pendejada que hace.

Pendejo hipocondríaco, se enferma de sus propias pendejadas.

Pendejo despilfarrador, hace pendejadas de más.

Pendejo burócrata, sólo hace pendejadas de 9 a 6, de lunes a viernes.

Pendejo ególatra, no hace más que hablar de sus pendejadas.

Pendejo presumido, anda contando a todos su última pendejada.

Pendejo erudito, en cuestión de pendejadas, se las sabe de todas-todas.

Pendejo ermitaño, se retira a hacer sus pendejadas a donde nadie lo vea.

Pendejo equilátero, vista su pendejez desde tres lados, siempre tiene la misma magnitud.

Pendejo cibernético, hace un montón de pendejadas por la red.