Qatar 2022 será un Mundial atípico. Por muchas razones. Desde el shock cultural, el alojamiento y la increíble cantidad de aficionados concentrados en un espacio relativamente pequeño lo convierte en un torneo de diferentes desafíos.
Sin embargo, hay otro que he tratado de abordar en varias ocasiones y que definitivamente estoy ansioso por ver qué sucederá: ¿Cómo se va a mover el comportamiento estadístico con un Mundial a finales de año?
Durante mucho tiempo, la Copa del Mundo se ha jugado en verano en lo que corresponde a México. Mediados de año. Y para intentar explicarlo, tendré que dividir esto en dos grandes partes.
Primero, y no me voy a detener mucho aquí, es que en el tema estadístico, la muestra “será alterada”. Como elemento fundamental para evitar sesgos en la recolección de datos y generar pronósticos, las muestras deben ser consistentes para no comparar “peras con manzanas”. Después de tanta recopilación de datos a mitad de año, ahora pasamos a finales, lo cual supone una variación. Quizás no para descartar los datos, pero si para poner un asterisco.
¿Por qué? Eso me lleva al segundo punto. Hemos visto todo tipo de selecciones europeas, con grandes expectativas, con grandes jugadores, caer en las primeras de cambio: la fase de grupos. Francia, Alemania, Croacia por citar ejemplos. Y uno de los puntos más importantes que han estado presentes es que las Copas del Mundo “veraniegas”, suceden justo después de las extenuantes Copas Europeas, y los jugadores élite llegan extenuados de los largos torneos y copas, y justo después de un breve periodo de recuperación. Cosa que no sucede con los equipos americanos, que solemos contar con torneos cortos y algunas otras particularidades como arrancar los torneos antes que Europa, o como en el caso de los Brasileños que mantienen competencia hasta con torneos regionales. Sin embargo, esta será la ocasión en que podamos ver a los jugadores europeos en pleno ritmo. No extenuados por la acumulación de partidos, los veremos justo a la mitad de su viaje, y eso es algo que quiero ver. ¿Los europeos serán más fuertes? ¿Veremos las mismas tendencias que en los mundiales pasados? ¿Cómo afectará que en lugares donde se juegan torneos cortos se estén compactando las fechas? Muchas incógnitas.
Al final, todo pudiera reducirse a la capacidad que las selecciones tengan para amalgamarse y conformar un equipo y no solo un grupo de jugadores de la misma nacionalidad que juegan futbol. Hacer el mejor equipo posible. Y para hacerlo, la plenitud de capacidades individuales siempre viene bien. Y es ahí donde nace mi pregunta ¿Qué pasará con los jugadores que militan en Europa? ¿Cómo llega su ritmo? Esto aplica para los jugadores americanos en ligas europeas donde es obvio que Brasil y Argentina también podrían beneficiarse. México depende de que los jugadores se vuelvan habituales en los cuadros titulares para tener ese efecto en la Selección Mexicana.
Pareciera que los europeos podrían tener una ventaja con este calendario para evitar el calor del desierto en Medio Oriente. Hay muchas cosas que va a mover este Mundial, y estoy esperando por ver cómo los países participantes las van a resolver. ¿Estoy esperando que aparezca un equipo que cambie todo? Es muy complicado, las “grandes potencias” las veo en las instancias. ¿Entonces porqué me inquieta este tema si creo que llegarán “los de siempre”? Porque simplemente el cómo lo hagan supone una incógnita. Si los europeos y las potencias llegan con sus jugadores a plenitud, la posibilidad de sorpresas se puede reducir. Menos posibilidades de caballos negros y más posibilidades de partidos menos igualados. No lo sabremos hasta que suceda, pero no lo podemos descartar. No existe una referencia contemporánea y eso al final, puede condicionar lo que veamos en noviembre y diciembre.