Conforme fui avanzando en la audición de sus boleros, me fue conquistando cada vez más. Sentí el impulso de compartir una gran cantidad de ellos: una interpretación envolvente que alcanza por momentos la seducción con el íntimo acompañamiento de bellas orquestas para una voz de contralto del canto popular. Elvira Ríos, olvidada también en el presente como otros artistas que hemos visto en este sitio, posee distinguibles cualidades vocales y de belleza interpretativa, diferentes a las de otras cantantes de su tiempo. Como contralto dramática –como potencial operístico– tenemos a Toña la Negra, con una voz más profunda, amplia y brillante, la de Elvira es la de una contralto lírica, con mayor intimidad y tersura que la de Toña.

Conocía poco a esta cantante y no me había convencido el hecho de que, desde mis sentidos, le faltara una suerte de tensión dinámica proactiva en su canto. Al contrario de los no pocos que la consideran y le llamaron “La pasional”, me parecía demasiado pasiva por momentos. Su canto no desarrolló a fondo sus posibilidades para materializar esa pasión además de mostrar una tensión nerviosa hacia el final, al cierre de las frases, cierta rigidez en la mandíbula que le provoca un estrés en el vibrato que puede llegar a ser ligeramente capretino.

|“La última noche”, bolero mambo de Bobby Collazo|:

Sin embargo, la audición nocturna, en silencio (sin alcohol de por medio que potencializara la sinestesia) y en la interpretación de los bellos boleros de Lara, Curiel, Ruiz, Pous, Velázquez, Ferrés, entre otros, me convencieron de que se trata de una artista que, no por su biografía exitosa sino por su sensibilidad, vale mucho la pena escuchar y ver en los fragmentos de sus películas; valorar los boleros famosos en su versión y los que no lo son, disfrutarlos en su condición única. Obtuve la sensación de intimidad de un cabaret de los 30’s y 60’s de la Ciudad de México, pero también la sensación de lo nocturno en desvelo más sin sufrimiento, de la resignación en solitario.

|“Pensaba que tu amor”, primera grabación con Agustín Lara, a dueto, igual que “Cachito de sol”, en 1936|:

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Esa intimidad a la que estaba tan acostumbrado Agustín Lara y que una vez más disfrutaba cuando fue a escuchar a una desconocida Elvira Ríos al pequeño antro nocturno de la ciudad en que cantaba. En oposición a la versión de que el reconocimiento inicial vino del fundador de la XEW, la mayoría de los testimonios indican que esa noche “El flaco de oro” quedó bien impresionado por la interpretación de la joven cantante y, sobre todo, cautivado, quizá divertido, por la imitación que de él (su canto, su voz) hiciera Elvira; que de inmediato la invitó a visitarlo al día siguiente a su casa: fraguaba ya sin dudo otro prospecto de éxito. En realidad, pudo haber sido una combinación de posibilidades: digamos, Agustín la lleva a la célebre radiodifusora y es contratada.

|“Desesperadamente”, de Gabriel Ruiz; toma de la película Ven, mi corazón te llama, rodada en Argentina, protagonizada por Ríos en el papel de Sombra Rey; Manuel Romero dir., 1942|:

Pero es claro que a Lara le gustaban las voces femeninas graves, profundas si posible. La muestra no sólo es Elvira, sobre todo, Toña y más allá, su domadora mayor: María. Otro punto en favor del planteamiento de que él fue quien impulsó inicialmente a la cantante, es que en 1936 ella grabara sus dos primeros sencillos a dueto con Agustín –“Pensaba que tu amor” y “Cachito de sol”– y de inmediato se colige el porqué de que ella pudiera imitarlo: cantan en el mismo registro vocal y con un color y timbre de voz semejantes.

|“Noche de ronda”, de Agustín Lara, la canción interpretada en Esos hombres –Rolando Aguilar, dir., 1937–, que la impulsó al éxito; aquí un fragmento en vivo|:

A partir de ese encuentro musical y artístico, Ríos se convierte en una de las cantantes favoritas del cantautor –una de las varias favoritas que tuvo; así de gracioso era el Flaco–, interpreta sus canciones con cierto arrebato sensual encarnado en una mujer espigada, elegante, atractiva, acaso misteriosa a quien, en medio de una canción –mientras en el puente musical transcurría una coreografía–, podía la cámara seguirla al camerino, junto al escenario, mientras ella encendía un cigarrillo. De allí quizá le venga el segundo sobrenombre: “La voz de humo”, a menos que esa voz lánguida tenga alguna semejanza imaginativa con la bocanada íntima; hay que agregar que un autor registra un tercer apodo francamente absurdo: “La mujer barítono” (“Elvira Ríos, ‘La emocional’. Inolvidable cantante y actriz mexicana”; Óscar Botero Franco, Hasta que el cuerpo aguante, agosto de 2024).

| “Noche de luna”, de Gonzalo Curiel|:

El de Botero y otros testimoniales (muchas veces se repiten unos a otros) confirman lo que dice el reconocido Jaime Almeida: “Fue la primera en atreverse a cantar boleros cuando este género estaba considerado como de los arrabales y de personas no recomendables” (“Elvira Ríos, atrevida y temperamental como ninguna”; Jaime Almeida, Milenio, 17-11-13). Afirmación que tendría que verificarse con rigor en términos históricos, pues en este espacio se ha hecho el registro de que tanto Ana María Fernández, como Ana María González y Toña la Negra (otras favoritas del “Músico poeta”) ya cantaban boleros desde 1929, 1934 y 1932, respectivamente, y asimismo lo hacían con Lara, quien también “las había descubierto y lanzado al estrellato”: parecía ser un modelo de procedimiento. Es decir, esas tres artistas, al menos, preceden la primera grabación de 1936 entre Elvira y Agustín.

|“Caminos de ayer”, de Gonzalo Curiel|:

Lo que puede confirmarse sin sombra de duda es tanto el triunfo musical internacional como cinematográfico de Ríos. La primera cantante mexicana en lograrlo en su época, establecen los testimonios, a la par de cantantes masculinos como Ortiz Tirado, Arvizu o Varga, por ejemplo.

Aunque Almeida, Botero y otros han señalado dificultades de temperamento y personalidad, “su extraño carácter, difícil, explosivo y temperamental, le dio una reputación que frecuentemente le cerró puertas”, tras el éxito mexicano, Elvira Ríos (María Elvira Gallegos Ríos, 1913-1987), fue tras los internacionales y los alcanzó. Como cantante y actriz protagónica actuó en Estados Unidos (Hollywood y Nueva York) y en Argentina. También actuó en Brasil y España. Grabó alrededor de 400 canciones y filmó nueve películas.

|Un bolero casi feminista, diríamos hoy, “Franqueza”, de Consuelo Velázquez|:

Botero Franco, que es un periodista e investigador musical colombiano escribe algunos trazos de esa trayectoria internacional. Dice que, después de la exitosa interpretación de “Noche de ronda”, de Lara, en la película Esos hombres (Rolando Aguilar, dir., 1937):

Fue “llamada a Hollywood… [para que] actuara en Tropic Holiday. En 1939 es contratada por la poderosa cadena radial NBC de Estados Unidos, teniendo el acompañamiento la orquesta de Frank Hodeck y en New York es llamada por el centro nocturno La Martinique, donde hizo memorables actuaciones. Fue así como la disquera Decca se interesó en hacerle grabaciones. Luego estuvo trabajando en el Miami Baltimore Hotel, teniendo el marco musical de la orquesta de Maximillian Bergere. Posteriormente, 1942, viaja a la Argentina y participa en la película Ven…mi corazón te llama y en 1948, al lado de Alberto Castillo y Aníbal Troilo, hace parte del elenco de El tango vuelve a Paris. Al año siguiente, 1949, es requerida en España para trabajar en el centro nocturno Casablanca de Madrid, siendo su actuación tan apoteósica que el diario ABC la calificó como una ‘deslumbrante presentación’…. [país donde] aprovechó la ocasión para grabar algunos discos a 78 RPM para la Columbia española, fue en 1950”.

|“Hoy que faltas tú”, de Miguel Pous|:

La carrera de la artista fue prolongada y ha dejado un amplio testimonio tras de sí. Como intérprete, considero que antes que cantar, Elvira Ríos tenía una forma muy personal (no peor, no mejor) de decir la lírica de las canciones, íntima pero que podía alcanzar algunos arrebatos pasionales. Característica que le forjó un estilo reconocible que gustó entre el público de su tiempo y que aún hoy puede conquistar cierta audiencia.

|El noveno bolero de esta sesión, “Acércate más”, Oswaldo Ferrés; de la película Ven, mi corazón te llama|:

ELVIRA RÍOS (1913-1987)

Héctor Palacio en X: @NietzscheAristo