Este jueves 5 de octubre la academia sueca anunciará al Nobel de Literatura de este año, en el que, por primera vez en la historia, una mujer mexicana es colocada en la lista de favoritas por parte de la crítica literaria y revistas especialistas para ganar el Premio.

Aunque por estatutos de la Academia organizadora no se puede conocer los datos de las nominaciones hasta 50 años después, al día de hoy se le enlista como una de las periodistas y ensayistas mexicanas que, siendo mujer de latinoamérica en un espacio dominado por hombres europeos, destaca por sus letras, su crónica y principalmente, por su popularidad y papel en la narración de momentos dolorosos en la historia mexicana como la matanza de Tlatelolco en 1968.

Antes de Elena Poniatowska tan sólo existe certeza de una sola mujer nominada al Nobel desde que este reconocimiento surgió en 1901 y hasta 1966, se trata de la poeta veracruzana María Enriqueta Camarillo, quien compitió con grandes autores como José Ortega y Gasset, Winston Churchill como consta en la lista de nominados al Nobel de Literatura de 1951 incluida en los archivos del galardón.

La élite en el mundo de autores está conformada por el estereotípico grupo de hombres, blancos, europeos que acumula también la mayor cantidad de Premios Nobel, entre los que poco a poco se han infiltrado autores de América Latina. Tan sólo 17 mujeres, de 118 galardonados, han logrado el reconocimiento contando a Annie Ernaux, la francesa que en 2022 logró este reconocimiento. La chilena Gabriela Mistral es la única autora latinoamericana, la primera iberoamericana, que logra este Premio. Ojalá entre estas listas se asomaran mujeres como Alma Delia Murillo en un futuro cercano.

El Premio Nobel de Literatura es un prestigioso -y masculinizado- premio internacional que se otorga anualmente a escritores, poetas, novelistas y dramaturgos que han producido una obra literaria excepcional o que cuentan con una aportación relevante, popular y determinante. Fue establecido por el testamento de Alfred Nobel, el inventor de la dinamita, y se otorga desde 1901. Este premio busca reconocer la contribución al mundo de la literatura, teniendo en cuenta tanto la calidad artística como el mensaje de la obra.

Este año, Elena Poniatowska aparece en la lista de “Escritores favoritos para WMagazín”  junto a Dacia Maraini (narradora y ensayista italiana), Mircea Cărtărescu (poeta y narrador de Rumanía), António Lobo Antunes (narrador de Portugal), Anne Carson (poeta, narradora y ensayista de Canadá), Maryse Condé (novelista, cuentista y ensayista de la isla de Guadalupe), Liudmila Ulítskaya (novelista y guionista de cine de Rusia), Adonis (poeta de Siria) y César Aira (narrador y ensayista de Argentina), quien se encuentra involucrado en una dinámica muy divertida en la que en el caso de ganar, Daniel Mecca devolverá el dinero a quienes hayan comprado su libro “Aira o muerte”. La campaña #PagaAira se refiere a que Aira es el eterno candidato favorito de Argentina  que nunca ha recibido el premio a pesar de sonar cada año, tal como sucedió a otros grandes escritores que nunca ganaron un Nobel como Kafka o Borges.

Hasta septiembre de 2021, varios escritores de América Latina han recibido el Premio Nobel de Literatura. Algunos de ellos son:

  • Gabriela Mistral (Chile): Ganadora en 1945.
  • Pablo Neruda (Chile): Ganador en 1971.
  • Miguel Ángel Asturias (Guatemala): Ganador en 1967.
  • Gabriel García Márquez (Colombia): Ganador en 1982.
  • Octavio Paz (México): Ganador en 1990.

Nuestro país ha tenido tres ganadores del Nobel: Alfonso García Robles, Premio Nobel de la Paz en 1982, José Mario Molina Henríquez, Premio Nobel de Química en 1995, y tan sólo a uno de Literatura, Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura en 1990.

El premio es otorgado por la Academia Sueca, basándose en recomendaciones de un comité de selección que revisa las nominaciones y propuestas. La elección del ganador es confidencial hasta el anuncio oficial.

La relevancia del Premio Nobel de Literatura radica en que representa uno de los honores literarios más prestigiosos a nivel internacional, pero también constituye un espacio de batalla ideológica en el que las letras africanas, asiáticas, latinoamericanas y diversas pelean un lugar frente a la hegemonía eurocentrista que excluye las experiencias de personas cuyas letras son esbozos de realidades, valores, construcciones culturales, significados y significantes tan distintos como, en ocasiones, incomprendidos.