La palabra inglesa cash procede del vocablo francés caisse, que a su vez se origina en el provenzal caissa, el italiano cassa y el latín capsa.

En nuestro idioma lo correcto es usar la voz efectivo. Es la razón por la que el Diccionario panhispánico de dudas de la Real Academia Española afirme que “no debe usarse, por innecesaria, la voz inglesa cash”.

¿Por qué la exesposa de César Yáñez utilizó cash en vez de efectivo en su libro redactado con el único propósito de golpear a AMLO? A sus editores —y a quienes la financiaron— les debe haber parecido, mercadológicamente hablando, más atractiva la palabra en inglés.

Esa es una manía de gente que estudió en Estados Unidos. En cualquier conversación, vengan o no al caso, recurren a expresiones inglesas.

Todavía recuerdo el “no traigo cash” de Ernesto Zedillo. Lo dijo este hombre cuando era presidente de México, cierta vez en que una mujer pobre pobre se le acercó para venderle algo.

Como Zedillo, para ayudar a la gente que vive en la pobreza otros presidentes no han tenido dinero —ni en efectivo ni en cheque ni en ninguna de sus manifestaciones—.

Pero, desde siempre en nuestro país, a los gobernantes les ha sobrado cash para entregarlo a periodistas.

Como eso se ac acabó en el gobierno de AMLO, sobran comentócratas en la prensa mexicana felices por el libelo El rey del cash de Elena Chávez, excompañera de César Yáñez, una de las personas más cercanas al presidente López Obrador.

Los chismes personales que doña Elena cuenta no sé si sean ciertos. Me consta, claro que me consta, la falsedad de lo que ella dice acerca de financiamiento ilegal al movimiento de AMLO entre 2006 y 2011.

Los verdaderos reyes del efectivo son los y las periodistas que celebran tantas mentiras contra AMLO. Reyes sin poder ahora mismo porque el cash ya no lo reciben, la 4T se los quitó y de ahí tanto enojo.

No solo critican, sino insultan y calumnian a Andrés Manuel y a la 4T para llevarlo a aceptar la validez de la máxima de un famoso periodista británico: “Nunca subestime, presidente, la efectividad de un soborno directo en efectivo”. Es decir, si el presidente López Obrador quiere que cesen los cuestionamientos en su contra, ya lo sabe: cash, cash, y más cash. Es lo que busca la comentocracia con su agresividad: que se le tranquilice como se hacía antes, con dinero, dinero y más dinero.

Y es que los y las periodistas están realmente hasta la madre de que, cuando piden privilegios a la 4T, AMLO les recite la zedillista: “No traigo cash” y después los ignore.