Hay de despistes a despistes diplomáticos: El de Marcelo Ebrard, intencionado a consagrarse como influencer con la selfie en el funeral de Isabel II, muy irrespetuoso y de mal gusto; el de su homólogo estadounidense en México, visionario y demostrando que el mensaje del presidente ha quedado en el subconsciente, aunque por disciplina deba negarlo. Salazar quedó bien con una amplia mayoría que apoya a la jefa de Gobierno en sus aspiraciones.

Ken Salazar dijo: “Con la ayuda de la presidenta Claudia Sheinbaum y el gobierno aquí y los vecinos vamos a llegar a un tiempo donde sí se puede abrir” refiriéndose a la construcción de la nueva sede de la embajada de Estados Unidos en México, en la alcaldía Miguel Hidalgo. La sonrisa de la jefa de Gobierno fue discreta pero no podía ocultar la sorpresa por la mención, que fue corregida al ser cuestionado aclarando que “a veces a las alcaldesas les dicen presidentas.”

Aunque aseguró que él no se mete en la política mexicana, es innegable que el mensaje que se va enviando rumbo a la sucesión de 2024 se resume en que #EsClaudia. Probablemente porque se ha reiterado en la prensa o posiblemente porque en las pláticas de sobremesa de alto nivel así lo mencionan.

Lo dijo este lunes 19 de septiembre, durante la conferencia en la construcción de la nueva sede de la embajada de Estados Unidos en México, ubicada en la alcaldía Miguel Hidalgo, Salazar: “en esta embajada, todavía no tenemos el día fijo cuando se vaya a abrir, pero ojalá con la ayuda de la presidenta Claudia Sheinbaum y el gobierno aquí y los vecinos vamos a llegar a un tiempo donde sí se puede abrir”.

Y si, las palabras son muy importantes, como para entender los significados tan poderosos que en el inconsciente internacional parecen sonar al mismo ritmo que en el México incrédulo: una mujer podría ser presidenta y una confusión vale más que mil explicaciones. Probablemente, aunque al embajador Ken Salazar no le interese involucrarse en la política interior, bien dice el presidente que “no hay mejor política exterior que la interior”. Al menor, ningún Jefe de Gobierno previamente había recibido la calificación de “Presidenta” como Claudia Sheinbaum en un discurso. Discreto pero contundente.