Quisiera contarles una historia que tiene que ver conmigo y con el Cruz Azul.
En realidad más que una historia mía, fue y es y será una historia literalmente de amor entre mi hermana y ellos.
Tuve una vez a la mejor amiga que alguien pueda tener en la vida. Ella era mi única hermana. Me llevaba 13 años y se llamaba Adriana.

Hizo el rol de madre, hermana y amiga conmigo.
Yo miraba desde que era niña, asombrada, cómo mi hermana se embelesaba viendo jugar al Cruz Azul, no importaba quien fuera el rival.
Como fuera, se ponía su playera y disfrutaba los partidos de principio al fin. También los sufría. Generalmente los sufría.
Pero los amaba. Amaba a cada jugador y amaba cada jugada. Y amaba cada partido.
Un mal día de hace 6 años el cáncer llegó a su vida revolviéndolo todo. Ya no había mucho por hacer pero quedaba un sueño por vivir y era conocer a su equipo.
La magia de twitter, de mucha gente que intervino, el milagro de Dios, la fe de ella, hicieron que un día yo tuiteara que a mi hermana le quedaba poco tiempo de vida y que quería que el Cruz azul estuviera con ella.
De un día para otro mi hermana, aún no tan mermada de su salud, estaba en La Noria viendo el entrenamiento, y los jugadores de aquel entonces, Torrado, el Chaco, y varios más deteniéndose con ella para tomarse fotos y firmarle su playera.
Ella se fue agravando cada vez más. Pero a pesar de ello no dejaba de ver ningún partido por televisión.
Pensé que quizá, sí el Cruz Azul otra vez estaba con ella, le daría más vida, de esas cosas absurdas a las que te aferras para que no se vayan los que amas.
Así que otra vez me volví a mover con mucha más suerte, porque el equipo acudió a su casa.
Ahí estuvieron alrededor de su cama, en su recámara, rodeándola de amor, de sonrisas, fotos…
Mi hermana claro, como toda verdadera fanatiza del Cruz Azul, les daba instrucciones para su propio juego, como si fuera la Directora Técnica.
Chaco Jiménez, el jugador favorito de mi hermana
Todo pintaba de maravilla esa tarde, pero alguien Justo ese día no había podido asistir y era el Chaco Jiménez.
Claro, el jugador favorito de mi hermana.
Con cierta desilusión de no verlo pero con el corazón lleno de alegría mi hermana estuvo con su equipo en su recamara.
Pero faltaba Chaco.
Una vez estando yo con el equipo, les supliqué a todos que por favor le pidieran a Chaco estar con mi hermana.
A los dos días llegaba Chaco a casa de mi hermana, él solo…. Para estar con ella.

No le dije a mi hermana que llegaría, fue sorpresa, y de pronto él entró a su recámara y mi hermana se echó a llorar.
Estuvieron ambos riendo y charlando durante más de una hora y media calculo sino es que fueron dos.
El Chaco estaba feliz con ella. Y es que así era mi hermana. Todos la amábamos.
Aquel que la conociera aprendía a amarla. Era simple y era buena. Era perfecta.
Después de esa visita mi hermana se agravó cada día más.
Un viernes por la noche, un día antes de su muerte, el Chaco le marcó. Ella ya no pudo tomarle la llamada. Le dije que quedaba poco tiempo y me dijo:
“Dile que me espere, que iré a verla el Domingo y haremos un asado”.
Mi hermana murió en su casa, el sábado durante una noche lluviosa.
A raíz de ahí el amor que ella le tenía a ese equipo lo hice mío. Amar al Cruz Azul era como tenerla conmigo.
El día que murió, pedí que le pusieran su playera autografiada del Cruz Azul.
Por supuesto que ha raíz de la muerte de mi hermana y de haber “adoptado” entonces yo por ende al equipo, sufrí y he sufrido cada derrota pero también el año pasado goce tanto del triunfo por el campeonato… solo Dios, mi hermana y yo sabíamos lo que eso significaba, así que yo no paraba de llorar y creo que lloré toda la noche de alegría. También llore toda la noche de tristeza cuando hace dos años perdieron contra el América.
Mi hermana después de todo y a pesar de que la vida no había sido buena con ella, no sabía de rencores ni odiaba a nadie, aunque decía que “le caían gordos los del América”, pero no pasaba de ahí su comentario.
Al Cruz Azul le hace falta un líder
Ayer después de la goleada que le dio éste equipo al Cruz Azul, más que dolerme me hizo reflexionar muchas cosas y ojo que para nada soy analista de deportes:
- Al Cruz Azul le hace falta un líder.
- Ese era Chaco y se fue.
- Al Cruz Azul lo empezó a iluminar con su pasión y carisma el hijo del Chaco y se fue…
- Al Cruz Azul le hace falta que los que ahí juegan tengan pasión por el equipo. De lo contrario nada pasará. Si tan solo juegas porque ahí te toco y te pagan, nada pasará.
Mi amor por el Cruz Azul vivirá conmigo hasta que yo me muera. Mi gratitud, mi reconocimiento, porque más que goles en la tabla, habían grandes seres humanos que se detuvieron a regalarle su tiempo a mi hermana.

Hoy mi hermana no está y es como si estuviera.
Y segura estoy sigue sintiendo el mismo amor por su equipo desde donde está.
Ojalá que cada jugador aprenda a jugar con la misma pasión y amor que en vida mi hermana tuvo para su equipo. Si aprendieran un poco de ella, cada jugador de ese equipo, entonces sí, hablaríamos de triunfos y dejaríamos atrás las desilusiones.
Como sea y pase lo que pase siempre amare al Cruz Azul tanto como lo amo mi hermana.
Gracias Cruz Azul para siempre.
Es cuánto