El mundo civilizado ha condenado sin cortapisas la invasión premeditada de Rusia a Ucrania y la tragedia ocurrida en la ciudad de Butcha, localizada en los suburbios de Kiev. Según ha trascendido en los diarios internacionales, soldados rusos habrían cometido asesinatos en masa contra la población civil de la ciudad. A partir de estos abominables sucesos, más de 145 diplomáticos rusos han sido expulsados de Europa.
México, por el contrario, no ha actuado en consecuencia. Legisladores de Morena y del PT, no conformes con el silencio de AMLO y la ausencia de sanciones económicas contra intereses rusos, conformaron hace unas semanas el “Grupo de Amistad México-Rusia”. En este contexto, el pasado 4 de abril, la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, tras la iniciativa del diputado demócrata Vicente Gonzalez del estado de Texas, envió un comunicado al secretario de Estado Anthony Blinken, por el cual expresan su desagrado ante la neutralidad del presidente AMLO y ante la decisión de su partido político de dar la espalda a la comunidad internacional.
En la carta aparecen los nombres de los legisladores mexicanos Alberto Anaya Gutierrez, Gerardo Fernandez Noroña, Augusto Gomez Villaneuva, Armando Contreras Castillo, Margarita Garcia Garcia, Nelly Maceda Carrera, Pedro Daniel Abasolo, Armando Reyes, Alfredo Porras, Miriam Perez, Maria Rosalia Jimenez, Eraclio Rodriguez, Manuel Huerta, Oscar Gonzalez, Francisco Huescas, Reginaldo Sandoval, Santiago Gonzalez, Angel Benjamin Robles, Jose Luis Garcia, Jesus Fernandez Garcia y Ana Laura Bernal.
Hacia el final de la carta, los parlamentarios estadounidenses exhortan a los secretarios Blinken y Mayorkas, titulares de los Departamentos de Estado y de Seguridad Interna, respectivamente, a no permitir la entrada de personas que apoyen públicamente a Moscú.
La formación del referido grupo es una vergüenza para México y para la denominada democracia parlamentaria, especialmente tras los sucesos en la ciudad de Bucha y ante las eventuales consecuencias que Vladimir Putin deberá enfrentar ante las acusaciones de crímenes de guerra.
AMLO, desde luego, no ha reaccionado ante la vergüenza internacional. Ni siquiera ha condenado la formación del grupo parlamentario, Es una pena para México y para el prestigio de nuestro país en el concierto de las naciones.
José Miguel Calderón en Twitter: @JosMiguelCalde4