Es muy probable que esta semana se reúnan los delegados que nombró el Consejo Político Nacional de Morena, con el dirigente del partido guinda, Mario Delgado. Sabemos que, hasta ahora, estamos rebasando más de la mitad de las asambleas de información y, en esa coyuntura de organización y planeación, restan exactamente cuatro semanas de recorridos territoriales que, sin duda, serán intensos o, quizá, veremos la mejor versión de cada uno antes de concluir para generar el mayor efecto posible entre la población civil.

Antes de que eso suceda, Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, se reunirá con los seis aspirantes que conforman este proceso de información. El tema, nos cuentan, es realizar un corte de caja sobre el informe de gastos. Será muy interesante conocer el punto de vista de cada uno de los delegados. Si bien cada uno hace una función en las asambleas informativas, es innegable no poder mencionar lo que acontece en el transcurso, especialmente cuando se vuelve una práctica común en todo el territorio nacional.

Hablo de la maquinaria de publicidad que sigue circulando por todo el territorio nacional. Se han contabilizado miles de espectaculares en alusión a la imagen de algunos aspirantes a la coordinación. Sin entrar en más detalles, Mario Delgado, sabe perfectamente del tema. Confiamos en que, esa situación, sea uno de los puntos a tratar porque la responsabilidad recae en él; mediar el ejercicio previo es una tarea que Delgado debe poner en práctica, máxime que hay acuerdos firmados desde el Consejo Político Nacional que, todos sabemos, no se han cumplido al pie de la letra, ya que no hay consentimiento oficial para colocar anuncios a mansalva.

En defensa de ese tema, las propias bases del partido, y la misma militancia, han levantado la voz para exigir que las condiciones sean parejas. Y quien debe asumir esa responsabilidad es Mario Delgado, sobre todo por las decisiones que tomará el mecanismo de la encuesta y todo lo que envuelve el proceso sucesorio presidencial. Incluso, en este mismo espacio de opinión hemos hecho hincapié una y otra vez que, desde hace dos años, el curso ha sido inequitativo cuando nos referimos al favoritismo y la exclusión.

No es lo mismo luchar a contracorriente, como lo ha hecho Ricardo Monreal, que tener el impulso y los mecanismos de posicionamiento. Es verdad que a Monreal se le incluyó, sin embargo, ese lapso que vivió durante más de veinte meses le impidió posicionarse a la par de los demás. Ese fue uno de los temas que más resonancia tuvieron desde que inició al proceso sucesorio adelantado, hasta la fecha. Aun así, el zacatecano ha manifestado públicamente que acatará la decisión que tome la encuesta y, de paso, se sumará desde su trinchera si los resultados no le favorecen, como una muestra de fidelidad a la causa que encabeza el presidente López Obrador.

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Y alguien que enfrenta todo tipo de adversidad y sortea los contratiempos, merece ser considerado para la silla presidencial porque ahí se demuestra la fortaleza. De hecho, el presidente Obrador sabe lo que significa el rigor de una guerra sucia; lo vivió en carne propia y, al igual que Monreal, resistió cuando más se agudizaba el clima hostil. Aquí es donde puede haber un giro a la estrategia que ponga al zacatecano en la antesala de la candidatura presidencial. Hay razones para realizarlo: Monreal ha estado ligado a la misma causa del Andrés Manuel durante décadas; es precursor y pieza clave en la construcción del proyecto de la 4T, sin olvidar que, hoy por hoy, es el único que tiene un programa de nación de una dimensión importante que propone profundizar las políticas públicas del país.

Y de Morena, ya lo dijimos, es el único que se apega a las reglas que estableció el Consejo Político. Es decir, se concentra en informar, encauza la unidad y, de paso, ha propuesto alternativas para fortalecer la transformación del país. Todo ello sin la necesidad de aparecer en publicidades costosas.

Por esa razón, Mario Delgado tiene que realizar un llamado enérgico a respetar los acuerdos una vez que se reúna con todos los aspirantes de Morena, considerando que, el punto de partida, es la unidad. Y, una vez que realice un corte de caja o establezca un balance, el único que ha cumplido al pie de la letra es, no hay duda de ello, el exlíder de los senadores de Morena, Ricardo Monreal.