Lo que sucedió ayer en el Senado de la República no es cosa menor, trasciende a la gobernabilidad, porque lo que está en juego, no sólo es el hecho de que se militarice el país sino el empoderamiento autocrático del presidente y la posibilidad de que imponga su reforma electoral sin que le muevan ni una coma y así lograr hacerse del control absoluto para de una vez, romper con el principio constitucional y democrático de la división de poderes.

El chantaje como estrategia

El presidente hace lo que tanto criticó de sus antecesores, pero aún peor, ha intentado comprar a los legisladores y si no funciona, los amedrenta, amenaza, coacciona y chantajea.

Algunos ejemplos están a la vista de todos. El primero, es Alejandro Moreno Cárdenas quien, junto a su bancada del PRI, endureció su postura en torno a la reforma eléctrica, gracias a lo cual, la iniciativa que nos habría hundido no pasó.

AMLO reaccionó calificándolos de “traidores a la patria”, la acusación más grave que se le pueda hacer a un político y para después ir por el presidente del PRI advirtiéndole, a través del secretario de Gobernación, Adán Augusto y del senador Manuel Velasco, que mejor pactara, porque si no, se irían con todo en su contra.

Dicho y hecho, la impresentable gobernadora Campeche, Layda Sansores, cual espía de la KGB, se dedicó a difundir audios comprometedores sobre la corrupción de Alito. Lo curioso, es que, aun conociendo todos los detalles, ni el gobierno de AMLO ni el de Campeche iniciaron acciones legales, solamente lo chantajearon. En respuesta Alito afirmó que a él lo podrían meter a la cárcel, pero no a toda su bancada. Como con eso no se “dobló”, fueron por su esposa y su madre y finalmente cedió.

Lo mismo con el senador yucateco por el PAN, Raúl Paz Alonso, quien cuenta con un accidentado historial personal y, para salvar a su hermano de ser enjuiciado por un presunto feminicidio, cambió el sentido de su voto y de su conciencia independientemente de los manejos nefastos de Marko Cortes.

Hubo otros senadores como el beltronista, Manuel Añorve y la hija de Manlio Fabio Beltrones, Silvana Beltrones, que actuaron faltos de dignidad y convicción, o quizá bajo amenazas o cooptados a punta de billetazos.

Por otra parte, estuvo la coacción de los gobernadores para buscar influir en los senadores de sus estados, como el caso del exgobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz que abiertamente señaló al senador del PRI Mario Zamora Gastélum, quien se ha manifestado en contra de la propuesta.

Mientras, el gobernador morenista de Hidalgo, Julio Menchaca también pidió a los senadores priistas Miguel Ángel Osorio Chong y Nuvia Mayorga, “hacer patria” y votar a favor de la reforma.

En medio de la discusión del presupuesto de la Federación, AMLO también hizo un llamado a los gobernadores, premiando y castigando con los recursos, para que se expresaran a favor de extender el uso de la fuerza militar en tareas de seguridad.

De qué tamaño será el miedo la gobernadora de Chihuahua de extracción panista, Maru Campos, que afirmó: “mientras haya miedo en el país tenemos que contar con la Guardia Nacional”.

Pero otros senadores, entre ellos Claudia Ruiz Massieu, Miguel Ángel Osorio Chong, Nuvia Mayorga, Mario Zamora, Beatriz Paredes, Kenia López y Lilly Téllez, se comportaron “firmes y dignos”.

Discretamente, para no enfrentar la ira de su patrón, en los morenistas hubo notables ausencias. Al menos tres senadores no asistieron por estar en franco desacuerdo con la iniciativa de AMLO, el compadre de AMLO, Félix Salgado Macedonio, Ifigenia Martínez y la exguerrillera, Néstora Salgado. Félix y Nestora no tendrían cara si votan a favor de la iniciativa, luego de que ambos han sido reprimidos por el Ejército, en cuanto a Ifigenia, luchadora e impulsora de la Corriente Democrática junto con Porfirio Muñoz Ledo y Cuauhtémoc Cárdenas, no tendría justificación alguna.

Lamentablemente esto no termina. A través de sus senadores incondicionales AMLO logró mañosamente aplazar una semana más la votación de la iniciativa, es decir, una semana para ver a quién más logra doblar.

Mucho trabajo les espera a Adán Augusto, Alejandro Gertz, Pablo Gómez y al general Audomaro Martínez Zapata, director del Centro Nacional de Inteligencia y creador de los expedientes y espionaje con los que AMLO “convence” uno por uno a sus adversarios.

Seguramente, durante esta semana podremos ver la ira, la venganza y la actitud autoritaria de un presidente que desesperado hará todo lo posible por imponer una Ley que no es viable para México, pero que necesita para intentar tapar el mayor de sus fracasos, el combate a la inseguridad.