IRREVERENTE

Les platico: Debo empezar esta columna narrando una anécdota para tomar distancia de los especuleros u oraculeros que confunden la opinión “basada” en lo dicho por otros, con el análisis que se apoya en datos comprobables por las fuentes citadas. ¡Arre!

Corriendo en la Calzada del Valle del municipio que “gobierna” un conato de alcalde llamado Miguel Treviño, conocí a Tatiana Clouthier.

No sé si alguna vez ella me consideró su amigo, pero yo sí.

Llevado por esa creencia, un día que me invitó a desayunar a su casa de la colonia sampetrina de Mirasierra, me presentó al connotado publicista Santiago Pando.

Con él como testigo de calidad le dije que su apellido era una marca que debería capitalizar para buscar la alcaldía de San Pedro Garza García.

Recién había renunciado a la diputación federal que ejercía por el PAN y al mismo partido también.

A poco más de un año después, en el año 2009, Tatiana compitió por la alcaldía de San Pedro y fue arropada por el nefasto PANAL, el partido de la igualmente nefasta “maestra” Elba Esther Gordillo.

Se enfrentó a Mauricio Fernández -por el PAN- y a Juan Carlos Pérez Góngora, del PRI.

Gilberto Lozano, Jefe de campaña de Tatiana en 2009

No lo van a creer, pero el jefe de campaña de la hija del Maquío fue ni más ni menos que Gilberto Lozano, el que luego fundara FRENA para convertirse en martillo de AMLO.

En un desayuno en el Club Industrial -en plena campaña- volví a intervenir ante Tatiana y le dije que Gilberto en vez de ayudar, le estaba estorbando, debido a su estilo pendenciero.

Seguro no fue por mi comentario, pero a menos de un mes, Gilberto quedó fuera de la campaña.

Esa vez, Tatiana perdió feo la contienda: Quedó en 3er lugar, detrás del candidato ganador, Mauricio, y del priista Pérez Góngora.

Cuando se dio la oportunidad de hacer un recuento de los daños, volví a la carga por 3a vez y le dije como feedback que su principal error fue basar su campaña en el slogan “¿A quién le confiarías a tus hijos, a mí o a Mauricio?”

Lo menos que le dije fue que los sampetrinos queríamos a una alcaldesa, no a una nana para nuestros hijos.

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Cuarta oportunidad y las mismas 10 yardas por avanzar...

La última vez que me dio oportunidad de externarle mis cosas, le hice saber -ya no nos hablábamos- que era un error vincularse a Poncho Romo y a cierto periodista que hipotecó su medio de comunicación al “señor de los caballos”.

Gracias a no hacerme caso, llegó a ser nombrada jefa de la campaña presidencial de AMLO y en uno de mis artículos escribí que ella no era necesaria, que solo la estaban usando para explotar su pedigrí, tal como lo hizo Hugo Chávez cuando nombró para dirigir su campaña en Venezuela, a un prominente empresario con apellido de abolengo.

Poncho Romo tronó su relación con el mentado periodista y después, él mismo fue tronado por las intrigas palaciegas. Se acabó su romance con López Obrador al “aceptársele” su renuncia como jefe de la oficina de la presidencia.

Luego, siendo diputada federal plurinominal por el Estado de Sinaloa -siendo que ella presumía 25 años de vivir en NL- le hizo la vida imposible a Clara Luz Flores, porque ella quería ser la candidata de Morena a la gubernatura de Morena.

Tatiana siguió en la brega de la 4T y como premio de consolación le ofrecieron la secretaría de Economía, que le heredó a la “doctora” Márquez.

El día de su asunción a ese puesto le dediqué otro artículo diciéndole que ahí cavaría su tumba política.

Y así terminó siendo, porque el bochorno que le tocó vivir en la mañanera, donde -emotiva hasta las lágrimas- “jugó” analógicamente al beisbol -el deporte favorito de AMLO para decir que se pasaba ahora a las filas de las porras.

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La diferencia con Urzúa

Sale sobrando ahora si renunció porque se lo pidió el tirano que ocupa la presidencia o si ella se dio cuenta de la tormenta que se avecina por estar México incumpliendo flagrantemente con los compromisos del TL-CAN, y prefirió poner pies en polvorosa.

El hecho es que a diferencia de Urzúa -que le espetó en su cara a López Obrador por qué abandonó su gabinete en el 2019- Tatiana se arrugó, se agachó y hasta las gracias le dio al presidente.

Y cuando se acercó a abrazarlo, el vengativo presidente fingió estar aplaudiendo para que sus manos estuvieran ocupadas en eso y no en corresponderle como el caballero que no es, al conmovedor gesto de una dama, que ella sí es.

Tres años después de haberle tirado el arpa a López Obrador, Urzúa es un acreditadísimo y muy buscado consultor y profesor de la alta escuela en su especialidad.

En cambio, a dos días de su salto a las filas de las porras de la 4T, Tatiana sufre ya la ignominia resultante de haber aceptado un puesto para el que no estaba preparada.

CAJÓN DE SASTRE

“Y para ella, aún falta lo peor”, remata la irreverente de mi Gaby.