Ayer asistí a la llamada Marea Rosa en Querétaro. La verdad de las cosas es que la puntada que se aventó la bella Guadalupe Taddei acerca de que si por favor fuéramos tan amables de no usar el color rosa pues ese color le pertenece al logo del INE, desató justamente eso: una marea rosa.

Mi hija de 17 años (lástima, aún no le toca votar) me preguntó cuál era el origen de el color rosa para esta marcha, y es una buena pregunta, los asesores de la imagen de Xóchitl adoptaron ese color para identificarla, jamás para apropiarse de el color del logo del INE por supuesto y porque también, sus mismos asesores le habrán recomendado que no usara ni el azul ni el verde, rojo, blanco o el amarillo. Ya nadie se quiere vestirse de azul,esa es una verdad. Y bueno, mucho menos se quieren vestir de amarillo.

Y así como pude encontré por ahí una blusa rosa y fui con todo el entusiasmo a la marcha.

Nos metimos a desayunar a un pequeño local en el centro y fue un muy bonito momento, porque los que traían algo rosa nos identificábamos unos con otros como hermanos, como ciudadanos unidos, unos con otros nos sonreíamos como si tuviéramos confianza en el de enfrente, sin conocernos.

Después nos fuimos a la Plaza de Armas y me encantó ver ondeando cientos de banderas de México. Gente de todas las edades, sin un solo acarreo. O por lo menos yo no vi un solo camión transportando gente. Tampoco vi tortas o frutos.

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Por supuesto que, la marcha ciudadana por la libertad y la democracia se volvió la marcha en favor de Xóchitl  Gálvez.

A mí en lo personal me hubiera gustado que fuera una marcha apartidista porque mi objetivo personal al asistir a la marcha era defender justamente eso:  a la democracia, a las instituciones, hacer un llamado desde mi trinchera a la unidad de todos los mexicanos.

Hubo un momento muy bonito cuando un señor de la tercera edad le pidió a mi hija adolescente que se amarrara las agujetas pues podría caerse. Y es que eso es justamente lo que todos necesitamos. No nada más gritar arengas en contra de López Obrador o Morena sino en verdad consolidar una unión solidaria entre todos, porque es  justamente solo así como creo que podremos salir adelante.

Por supuesto Querétaro es un estado, yo creo que el que más, que no acepta a Morena ni lo va a aceptar.  Un estado que ya ni siquiera podríamos decir sea absolutamente panista porque muchos están desilusionados y desencantados de ese partido, pero que jamás se volverían morenistas.

La verdad los que fuimos a marchar fuimos muchísimos pero faltó muchísima gente.

Ahí es cuando entro en la desesperación pues me parece que la apatía sigue gobernando a muchos. La indiferencia, el desdén, la falta de confianza o la propia flojera de un domingo, hicieron que muchas otras personas no acudieran a marchar.

Quizá a esos que no fueron a votar es a los que Claudia Sheinbaum aún pretenda convencer, aunque ya la fecha cada vez se acerca más para el día de la votación.

Fue muy bonito y emotivo ver a muchos unidos en un mismo lugar y con un mismo objetivo pero de pronto aparecieron ahí algunos personajes políticos que pues desvirtúan y desmotivan el concepto de la marcha, la verdad de las cosas es que creo se deberían de haber quedado en sus casas para no “contaminar” el ambiente, pero bueno, sabemos que todas las marchas siempre serán usadas por algunos políticos para colgarse de ellas.

Me parece que a pesar de la marcha, el trazo sigue estando definido, es casi imposible imaginar que Xóchitl gane y Claudia pierda.

Y en ese orden de ideas me preocupó su actitud en el debate hacia Xóchitl.

Si uno se empieza a imaginar que Claudia Sheinbaum será la nueva presidenta de este país: ¿Fue correcto su proceder al nuevamente ignorar a Xóchitl. No voltearla a ver ni siquiera por un tema meramente de educación y sororidad, y contestarle de mal modo a sus cuestionamientos sin siquiera llamarle por su nombre?

Es que, es preocupante, porque así como millones votarán por Claudia también hay millones que votarán por Xóchitl, pero entonces: ¿Claudia ignorará a todo aquel que haya votado por Xóchitl? ¿Cómo va a gobernar para los que no votarán por ella?

Me parece que sus asesores le han enseñado que debe de portarse de manera agresiva, cuando no debería de ser así, o cuando Claudia en realidad no es así.

Ya les platiqué en alguna columna por aquí,  el encuentro que tuve con ella hace unos dos años y en donde le dije que yo no votaría por ella (ya era indiscutiblemente la candidata de Morena aunque no se había hecho oficial), pero que si entonces eso implicaría que yo sería una ciudadana ignorada por ella, a lo cual me dio un abrazo y me dijo que de cualquier forma ella gobernaría para mí aunque yo no votara por ella. Fue cálida y amable.

¿Porqué entonces tuvo que ser todo lo contrario con Xóchitl?

Xóchitl también fue agresiva. Pero no sé, pienso que esa forma de comportarse ya es una técnica vieja y desgastada de los debates.

Simplemente con Claudia Sheinbaum vimos que el serlo no es opción.

Claudia ignoró absolutamente cualquier observación, crítica y ataque de Xóchitl, incluso Claudia aseguró que se le estaba provocando y que ella no caería en ello.

Yo nada más vi a dos mujeres divididas entre ellas y eso es muy triste, a mí no me gusta ver esa clase de rivalidad entre mi género.

A Claudia no se le olvidó esta vez aventarle sus buenas porras a su adorado líder, estará complacido el presidente con ello porque sí creo habrá estado de malas todo el día de ayer .

Xóchitl la noté aun titubeante, contenta y confiada por el éxito de la marcha de ese domingo pero aún siento como que todavía no se lo cree. Y es que cómo no, ¿quién querría aventarse un paquete de ese tamaño como es el ser presidenta de un país en donde lo elemental no está funcionando bien, como son los servicios de salud, por ejemplo?

¿Quién ganó el último debate de ayer?

Dos mujeres que se enfrentaron, que se ignoraron yo no podría decir que así es como se gane un debate. Pero habrán los muy fanáticos de una y de otra para asegurar que sí ganaron.

El que perdió fue Máynez aunque esta vez ya no ocupó su sonrisa congelada. Creo que le pidieron que se comportara con más seriedad y lo hizo bastante bien, pero ya nadie lo imagina en la contienda.

Mucho me temo pensar  que el 2 de junio, por la noche, cuando empiecen a arrojarse los primeros resultados del PREP, que es un sistema de operación abierta que proporciona los primeros resultados preliminares en la votación sin que sean oficiales, México estará más dividido que nunca en toda la historia de este país.

No sé si en verdad encontremos calma y paz. Yo lo dudo.

Evidentemente para unos y para otros habrá decepción por los resultados. Y habrá enojo, eso es lo que más preocupa.

Sin duda el tema de la religión no se debe mezclar con la política, me queda claro.

Pero ayer el moderador que guió la marcha (nunca supe quién era) de plano casi se puso a rezar, pidiéndole a Dios claridad y buenaventura para este país.

Y es que pues sí, solo nos quedan dos cosas por hacer: Rezar y salir a votar.

Es cuanto.