La esposa del gobernador de Nuevo León y titular de la oficina AMAR a Nuevo León, Mariana Rodríguez, ha sido blanco de críticas en los últimos días por mostrar imágenes de los niños de uno de los centros del DIF conocido como Capullos. Este centro, localizado en el municipio de Guadalupe en Nuevo León, alberga 300 niños. Los niños están bajo el amparo del DIF por casos diversos, desde violencia familiar hasta abandono.

Cabe recalcar que es loable la labor que está haciendo Rodríguez. Quizá en otras administraciones se les había olvidado y esta administración ha hecho de este Centro del DIF un estandarte de ayuda a los niños necesitados.

Dice Mariana en alguna de sus publicaciones en Instagram que le extraña por qué la gente crítica tanto su asistencia a este centro si son niños con muchas necesidades. Puede ser que en algunos comentarios que le hacen tenga razón, pero también cabe recordar que la labor de su oficina, según lo que se planteó en el inicio de esta administración, era mucho más amplia que el DIF y más que solo uno de los centros del DIF aunque este sea el más famoso.

Igualmente, Rodríguez debe tener mucho cuidado con los acercamientos que tenga con los niños de este y de cualquier centro del DIF. Ellos tienen un caso desarrollado por trabajadoras sociales , expertas en manejar este tipo de temas. Si se va a acercar a uno de estos niños tiene que entender todo lo que han vivido y cómo los han tratado a través del tiempo. Hasta donde han publicado, Mariana no tiene experiencia en este manejo con niños. Abrazarlos, jugar con ellos y formar un vínculo afectivo puede ser bueno para ellos pero tiene que ser mantenido en el largo plazo. Si esto solo se hace con propósitos “promocionales”, a la larga pudiera ser contraproducente para los niños que se tratan de ayudar.

Mostrar imágenes de niños que están en el DIF puede ser enternecedor pero también es peligroso. Como ejemplo, en los colegios, cuando quieren hacer uso de la imagen de uno de los niños que asiste como alumno a sus instalaciones tienen que pedirle permiso a los padres y firmar una serie de cartas responsivas por uso de imagen. No se puede mostrar imágenes de los niños porque eres la esposa del gobernador o la jefa del DIF o lo que sea. Sabemos que sus visitas no tienen el mismo impacto mediático si no se publican en las redes sociales. Aquí la pregunta es, ¿es publicidad o en realidad es trabajo social?

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Una cosa más que me sorprendió fue que publicaran el golpe que le dio un chiquillo a Mariana. ¿Cuál es la intención de publicar eso? Hasta los niños más normales responden de manera agresiva si ellos creen que el juego es injusto o no lo entienden. ¿Cómo corregir a alguien al que ves de vez en cuando? Para que el cambio de conducta funcione tiene que ser un proceso constante y apoyado por profesionales y por los mismos padres que tienen que aprender a trabajar en los cambios conductuales.

Está bien que Mariana visite el centro Capullos, pero si realmente quiere dejar huella debería de trabajar en un modelo que realmente sea replicable en los demás centros y que proporcione cercanía a los niños y a las familias de estos niños. Dirán los consultores de procesos que Rodríguez está haciendo mucho Micro Managing cuando debería de estar administrando a los que tienen el contacto diario con los niños.

Esperemos que esta ayuda no solo sea para la “foto” y que tengan pensado hacer algo que perdure y que no solamente sirva como promoción. Al final, si quieren ayudar a estos niños y familias tienen que hacer algo que dure y que no sea una moda. Si realmente Mariana Rodríguez va a trabajar en algo como lo que dijeron con lo de AMAR a Nuevo León, es tiempo de que vaya pensando en cómo hacer algo más que mejorar un solo centro de DIF y atender a otros proyectos.

¿Usted qué cree?