A unos días de su segundo viaje oficial a Estados Unidos para participar en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, hay malas noticias para el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

De acuerdo con lo que dijo:

“Vamos bien. Sí funciona nuestro modelo y es sencillo de aplicar, para eso voy a la ONU, sencillo, es una fórmula muy sencilla… Sí, y aplica en todo el mundo, es cero corrupción, cero impunidad, austeridad, honestidad y combate a la desigualdad social, y eso se puede”.

Datos no dichos

Pero, resulta que los indicadores sobre corrupción en México están peor de como los dejó Peña Nieto y, eso ya es mucho decir.

De acuerdo con el Índice Global de Estado de Derecho 2021, que se publicó apenas la semana pasada, México está entre las naciones más corruptas del mundo.

Pasamos de ocupar el lugar 117 en 2019, al 135 en 2021. Entre 139 naciones analizadas a nivel global, México apenas superó a Uganda, Camerún, Camboya y el Congo, mientras que, en la región de América Latina y el Caribe, México fue el peor de 32 países que son analizados.

Al inicio de su mandato, AMLO dijo: “El 1° de diciembre termina la historia trágica de corrupción e impunidad; inicia una nueva etapa sin perdón para corruptos”.

Su discurso retumbaba a lo ancho y largo de la nación, porque el expresidente Peña Nieto perdió en 2018, precisamente por la corrupción que caracterizó a su mandato, entonces la llegada de AMLO parecía una luz de esperanza. Pero, lamentablemente, las cosas no cambiaron, empeoraron.

El índice publicado, nos es politiquería, tampoco es una publicación contra AMLO o contra México, es simplemente un análisis de los indicadores de corrupción en 139 naciones donde se muestra, que México perdió 17 posiciones en lo que va de esta administración.

Es el resultado de las asignaciones directas, de los negocios entre cuates, de las empresas fantasma.

Los datos no mienten: Al cierre de 2020, el porcentaje de contratos entregados mediante adjudicación directa llegó al 80.3 por ciento y los recursos públicos entregados mediante ese mecanismo alcanzaron la cifra histórica de 189 mil 488 millones de pesos. Según señala la Ley, esa figura debería ser la excepción y no la regla, precisamente para reforzar la lucha contra la corrupción y el derroche de recursos.

Para completar el tema de compras gubernamentales, de manera discrecional y sin rendir cuentas, está la figura de compra por invitación restringida, aplicado en 7 mil 549 contratos, es decir, el 5.5 por ciento del total.

El exsecretario de Hacienda, Carlos Urzúa, denunció:

“Me resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública. Esto fue motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de interés”

Víctor Manuel Toledo, exsecretario de Medio Ambiente, renunció después de exhibir públicamente al jefe de la Oficina de Presidencia, Alfonso Romo, y al secretario de Agricultura, Víctor Villalobos, de operar para grandes empresas y por bloquear la línea ambiental, la transición energética y la agroecología.

Jaime Cárdenas, exdirector del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, renunció tras denunciar diversos actos de corrupción como “irregularidades administrativas, procedimiento de valuación que no garantizan los principios del artículo 134 constitucional, mutilación de joyas y conductas de servidores públicos contrarias a las normas”. Cárdenas además denunció al particular de AMLO, Alejandro Esquer, de encabezar la corrupción en el INADEP.

Javier Jiménez Espriú, ex secretario de Comunicaciones y Transportes, renunció luego de que se supo que la empresa de su familia, IDESA, era socia de la empresa Brasken-Odebrebecht en la planta de Etileno XXI, empresas a las que por cierto, aún les siguen otorgando contratos.

Aunque por ley se encuentran obligados, otros importantes funcionarios no declararon sus bienes ante la SFP. Manuel Barltett, no declaró 23 inmuebles y 12 empresas; Olga Sánchez Cordero un departamento en Miami; Julio Scherer, un departamento en Nueva York; Irma Eréndira Sandoval no declaró el valor de sus propiedades, aunque una de ellas asciende a más de 60 millones de pesos; Javier Jiménez Espriú no declaró departamento en Houston, Texas, ni su empresa Houston RelaisReal Estate Inc.

Se sabe también de negociaciones con empresas fantasmas, compra de pipas que nunca se entregaron, otorgamiento de contrato a familiares de AMLO.

Los contratos del IMSS con el hermano de su director, Zoé Robledo y la compra de ventiladores a sobre precio al hijo de Manuel Bartlett. En la Conade, Ana Gabriela Guevara fue denunciada por irregularidades en el manejo de los recursos del Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento.

Rocío Nahle entregó un contrato directo a su “compadre” para acondicionar los terrenos de Dos Bocas y los problemas ya los estamos viendo con paros laborales y manifestaciones que ya costaron la vida de un trabajador.

Manuel Bartlett entregó un multimillonario contrato a Raúl Salinas, director adjunto de IUSA de Carlos Peralta, para más del 80% de los medidores de la CFE.

Pio y Martín López Obrador aparecen en un video recibiendo efectivo de David León Romero, exdirector de Protección Civil y quien por poco se convertiría en el zar de las medicinas.

Pandora papers

Finalmente, algo que ni en la administración de Peña sucedió, se involucraron funcionarios públicos en un escándalo internacional de evasión fiscal y recursos en paraísos fiscales, así lo destapó la investigación de los Pandora Papers, donde aparecen Manuel Bartlett, el exconsejero jurídico de presidencia, Julio Schrerer, el secretario de comunicaciones y Transportes, Jorge Arganis o el senador, mejor conocido como el Rey del Carbón y principal proveedor de este producto a la CFE, Armando Guadiana Tijerina.

Con la 4T, los corruptos del pasado continúan impunes, los corruptos del presente continúan actuando con todo cinismo, sin pudor ni escrúpulos, mientras que los seguidores del compañero presidente, continúan con una ceguera casi cómplice.

¿Con qué calidad moral hablará AMLO en la ONU sobre corrupción?

Manuel Díaz en Twitter: @diaz_manuel