Qué en México existe un segmento de la población profundamente racista, clasista e injustamente privilegiado no es noticia. En redes sociales les llaman “whitexicans” y ya es una especie de deporte nacional el exhibir su supremacismo y discriminación en redes sociales.

Una cosa es que entre mexicanos resolvamos la profunda deuda social que han dejado siglos de discriminación racial que sufrimos millones de connacionales por parte de un grupo de personas que se sienten “fifís”. Otra es que esta falta de sentido común afecte a personas de otros países.

El vergonzoso caso del conductor del programa de telebasura de Azteca, “Venga la Alegría”, Patricio Borghetti, ya ha tenido repercusiones internacionales. La actriz Halle Bailey, mujer afroamericana que interpreta a Ariel en la adaptación con actores de “La Sirenita” de Disney tuvo que escuchar las tonterías que muchos mexicanos escuchamos día con día de parte quienes se sienten amos y señores en nuestro país en virtud de su falta de pigmentación en la piel comparada con el 95% de los mexicanos de a pie.

Ya suena en publicaciones especializadas en cine y espectáculos que Bailey pidió a los directivos de Disney que la próxima vez que asista a un evento en México -si es que regresa- no la entreviste un whitexican racista, sino que lo haga una persona preparada en temas de discriminación racial.

Borghetti, que es lo que pasa por “blanco” en nuestro país, con todo y su apellido de origen extranjero dijo, según el halagando, que “nadie de los que estábamos en esa sala (de cine) ayer, estábamos viendo el color de tu piel”. Vaya “halago” por parte de un mequetrefe a una actriz internacional que, por cierto, interpreta a un personaje mitológico cuyo “color de piel” no debería ser ningún problema.

Pero bueno, la ropa sucia se lava en casa y mientras no erradiquemos estas conductas en televisoras comerciales cómo Azteca, de la que es propietario el evasor fiscal Salinas Pliego, las cosas no cambiarán mucho...