Hoy en la encuesta de ClaudiaMetrics de SDPnoticias, en uno de los cuestionamientos hechos a la opinión pública se les preguntó acerca de qué opinaban con relación a qué debería de hacer Claudia con la oposición: El 26.3% de los encuestados piensa que es bueno que la futura presidenta tenga un acercamiento con legisladores de la oposición.

Un alarmante 20% de los encuestados piensa que Claudia Sheinbaum no debería de preocuparse por la oposición ni tener acercamiento con ellos, piensan literalmente que pues no hay necesidad.

Pero hay un esperanzador aunque mínimo 7.8% de los encuestados que considera que Claudia debe de reunirse con sus críticos.

Me parece muy bien que Claudia tenga un acercamiento con los gobernadores que no son de Morena, por ejemplo.

Lo ha intentado y al menos ha logrado tener un acercamiento muy positivo con el que es hoy por hoy catalogado como el mejor gobernador de México: Mauricio Kuri, de Querétaro.

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También ayuda mucho la posición que toman los gobernadores de la oposición para crear una buena participación entre presidencia y ellos.

Recordemos que hubieron algunos gobernadores que se le pusieron medio altaneros a Andrés Manuel López Obrador durante su sexenio: El ex gobernador Pancho Domínguez, de Querétaro, y Enrique Alfaro, ex gobernador de Jalisco.

Ambos le declararon a la guerra al presidente, pero al final de cuentas, Pancho Domínguez, que fue el más agresivo, actuó de manera inteligente y se quedó calladito; su retiro fue de lo más silencioso. ¡Qué raro!

Y no se diga de Enriquito Alfaro que también atacó al presidente y ayer le dio la bienvenida a él y a Claudia Sheinbaum casi llorando de emoción y pues por supuesto la gente lo abucheó. Y es que cambiar así de posición y de forma de ser no gusta y la gente no lo cree.

Por eso, en esta encuesta, yo me sumaría a optar por lo que  opina el 14%: Que Claudia sume a su gabinete a gente de la oposición.

Por supuesto que creo que esas personas agregadas al gabinete y que eran o son de la oposición tendrían el rechazo de muchos por pensar que lo hicieron por dinero nada más.

Esos mismos opositores deberían de darse a la tarea de ser observadores permanentes de la gobernanza de Claudia Sheinbaum y de apuntalar hacia sus logros y las cosas bien hechas que en sus fallas que por supuesto tendrá, como todos los presidentes.

Esa debería de ser la función ahora de la oposición.

Porque destrozar a Claudia a través del odio ya es demasiado duro si tomamos en cuenta que muchos de nosotros llevamos cargando inconformidad y corajes con los comentarios y fallas del presiente ya saliente.

Y Claudia a su vez debería de tener esa apertura, sin caer en enojos ni miedos, para permitir escuchar esas observaciones que le tengan que hacer; son útiles... son necesarias.

Soy de la idea de que todos somos maestros de todos. Que venimos a este mundo a aprender del que nos rodea, con las personas que convivimos, con las que trabajamos. Y quizá también uno puede enseñarle cosas a esas mismas personas.

Ya les he contado en columnas pasadas el encuentro que tuve con Claudia Sheinbaum hace unos dos años. Tuve la oportunidad de decirle que sinceramente no votaría por ella, porque tenía pánico de que fuera una repetición del obradorismo, pero que quería saber si aún así si algún día me volvía a topar con ella querría saludarme. Al principio pues como que no me sonrió mucho que digamos pero cuando entré a un baño, al salir de él me dijo que ella gobernaría para mí también y me dio un abrazo. Lo sentí sincero.

Pero entendí que a Claudia le cuesta trabajo que le digan cosas que no quiere oír, pero ese día entendí que ella tiene esa capacidad de poder recibir con respeto comentarios con respecto a ella y a su función como presidenta.

Ojalá las mañaneras sean, a diferencia de las de López Obrador, unas mañaneras que llamen a la unidad y a la paz entre todos.

Yo le rogaría a Claudia que omita de su vocabulario todas esas palabras que uso el presidente para atacarnos. No las pongo aquí porque por supuesto que las tenemos muy presentes.

Tiene que haber un cambio en la Presidenta, pero también en los ciudadanos.

Es cuánto.