Cuando se trató de las manifestaciones de millones de migrantes que salieron a las calles en Estado Unidos para protestar contra la política migratoria, la oposición, fieles a su estilo, culpó al gobierno de México. Además de ello, arremetieron diciendo que, detrás de ello, personajes de la cuarta transformación alentaban la protesta abierta en las avenidas. Fue, sin, duda una narrativa muy irresponsable de parte de la derecha porque, además de restarles más credibilidad, deja al descubierto el grado de veneno que están dispuestos a inyectarle para tener injerencias en los temas de la agenda en las que han permanecido pasmados y ante la sombra del dominante paso de Claudia Sheinbaum.
Entonces la oposición, sin motivos, continúa abriendo la metralla en contra del gobierno que encabeza Claudia Sheinbaum. Ahora, por si fuese poco, la culpan de las medidas que ha tomado el departamento de comercio de los Estados Unidos de elevar el impuesto a un producto elemental que se exporta como lo es el tomate. Eso, queda claro, no depende de Sheinbaum, sino de las políticas que adopta el vecino país. Desde luego que son instantes de tensión que, como en otros casos, sabrá inhibir el impacto la jefa de Estado. Ella, de hecho, se sigue inclinando por la vía del diálogo para encontrar puertas de acceso y nuevos acuerdos a los tratados comerciales que, en retrospectiva, se firmaron con EU y Canadá. Nadie ha dicho que sea una tarea sencilla negociar con los funcionarios de EU al más alto nivel.
Ahora resulta que esto, dice la oposición, es culpa de Claudia Sheinbaum. Eso es, a todas luces, un hecho que repudiamos todos, sobre todo porque son momentos de solidaridad y unidad con el gobierno mexicano. Hay que recordar que, en buena medida, nuestra economía depende mucho de los productos exportados a otros países a sabiendas del potencial natural con el que contamos. Por esa misma razón, desde hace varios días, un equipo negociador se trasladó hasta Washington para tratar directamente los asuntos relacionados a los temas comerciales. Recordemos que la población estadounidense, al igual que nosotros, sentirán el impacto del 17% de aranceles al producto del tomate porque son altamente consumidores. Así lo destacó un comunicado que divulgó la Secretaría de Economía y Agricultura, que están trabajando a marchas forzadas para encontrar una salida que no tenga afectaciones en los mercados nacionales.
Se seguirán buscando salidas diplomáticas a través del diálogo. Hace poco, Claudia Sheinbaum visitó la frontera del norte del país; dejó muy en claro la posición que adoptará el gobierno. De nuestra parte, comentó, continuará existiendo voluntad para coordinar trabajos. Nuestro territorio, que tiene en sus manos personales cruciales para negociar los tratados comerciales, se han hecho sentir con su presencia. Hay que tener un poco de paciencia para que las aguas vuelvan a su cauce. Recordemos que, como tal, Sheinbaum tiene el apoyo incondicional de más del 80% del pueblo mexicano. El resto, que sigue conservando esa política punitiva, se concentra en menos del 20% de ciudadanos que, sobra decirlo, se encumbran en la oposición. Están en su derecho; sin embargo, no se vale escupir tanto veneno para que a México le vaya mal. Hay que tener plena conciencia de lo que pasa, pero sobre todo la convicción de que, pese a las adversidades, saldremos adelante como siempre lo hemos hecho.
La piedra angular, o el elemento común, es y seguirá siendo el diálogo: una herramienta infalible que ha servido no solamente para alcanzar acuerdos, sino para encontrar la reconciliación con los socios comerciales. Eso, de antemano, es de vital importancia para ambas naciones. Sabemos, con exactitud, que este gobierno nos ha llevado a encontrar nuevas áreas de oportunidad a través de esa política de Bienestar. El Plan México, sin duda, es una de las apuestas más ambiciosas que vendrán a revolucionar, especialmente porque cuenta con un componente de progreso y desarrollo para todos los sectores, específicamente para aquellos que más requieren atención.
Por eso lo que ofrece México, básicamente diálogo y conciliación, son elementos que continuarán abriendo camino para que nuestro país siga afianzándose a nivel global. Para allá vamos, aunque la oposición, cegada por su impotencia, diga lo contrario. Ellos, sin pudor, rezan porque México tropiece con esa falta de empatía y solidaridad. Ni falta hace, repito. Somos millones los que respaldamos ciegamente el proyecto que abandera la presidenta, Claudia Sheinbaum. Ella, echada para adelante, se inclina por el diálogo. Hace bien. No son tiempos para generar polarización, sino para producir unidad.
Claudia está a la altura de todas esas circunstancias, retos y desafíos.