Lo mejor de Jorge El Güero Castañeda es que no se enoja nunca. O casi nunca. Solo dos veces lo he visto muy molesto: la primera, hace bastantes años, en el sexenio de Vicente Fox, por una nota muy vulgar publicada en Milenio Semanal, revista ya inexistente. Y ayer, por el desafuero de Xóchitl Gálvez, tan inexistente como aquella publicación.

El Güero publicó en Nexos el artículo “El desafuero de Xóchitl”. Carlos Salinas diría que Castañeda incursionó en el género de la política ficción. Yo añado que Jorge lo hizo sin éxito.

¿Cuál desafuero? ¿Dónde chingaos está el desafuero? Castañeda dice que ya lo vio venir su amigo Héctor Aguilar Camín. ¿En serio?

¿En qué se parecen Castañeda y Aguilar Camín?

  • En que los dos son muy inteligentes.
  • En que ambos odian con odio jarocho a AMLO.
  • En que uno y otro han perdido la objetividad al analizar a la 4T, a Morena y al presidente López Obrador.

El muy querido Jorge Castañeda me envió por WhatsApp su escrito de Nexos. Desde luego, le agradezco que mande todas sus colaboraciones periodísticas y espero que nunca deje de hacerlo.

Como respuesta al envío de ese texto, le pregunté a Castañeda, por supuesto burlándome —amistosamente, que quede claro—, si también iba a decir que el inexistente desafuero era una jugada maestra, de jaque mate.

Y es que El Güero Castañeda, en su momento —cuando se dio el muy real y absolutamente autoritario desafuero de AMLO— me llamó por teléfono para decirme, burlándose, que con eso Fox había puesto en jaque mate a Andrés Manuel.

En su sexenio, Fox sí se lanzó a matar a López Obrador —políticamente hablando—, pero no logró su propósito. Aunque el poder judicial de aquel tiempo legalizó tamaño ataque a los derechos políticos de AMLO, la gente dijo otra cosa y todo el establishment se rindió.

Cuando hablo de todo el establishment me refiero a todos los grupos de poder de entonces: grandes empresarios, grandes medios de comunicación, el PRI, el PAN, la presidencia, el poder legislativo, el poder judicial —se documentó que el entonces ministro presidente de la SCJN, Mariano Azuela y Güitrón, fue cómplice de Fox en el desafuero—.

Hubo un magistrado que no vio —y no lo vio porque no existía— la supuesta violación a un amparo que justificó el desafuero de AMLO, Alberto Pérez Dayán, pero este jurista quedó en minoría.

Sugiere Castañeda —repitiendo las falsedades de Aguilar Camín— que AMLO fracasará en su intento de desafuero de Xóchitl porque la SCJN lo impedirá.

Querido Güero, con todo respeto te digo que todo eso es pura tontería.

¡¡¡La corte suprema no invalidará el desafuero de Xóchitl porque no existe ese desafuero!!! Desde luego, si existiera tal desafuero la SCJN actual lo invalidaría porque en la democracia de la 4T el presidente de México no controla al poder judicial; Andrés Manuel crítica a ministros y ministras que rechazan sus proyectos, y ya. Del coraje no pasa.

Brillan por su independencia quienes integran la corte de hoy; les menciono porque es justo reconocer su trabajo; lo hago porque si en algo no estoy de acuerdo con AMLO es en sus críticas, por lo demás totalmente legítimas, a la SCJN:

  • Norma Lucía Piña Hernández
  • Arturo Zaldívar Lelo de Larrea
  • Juan Luis González Alcántara Carrancá
  • Ana Margarita Ríos Farjat
  • Yasmín Esquivel Mossa
  • Javier Laynez Potisek
  • Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena
  • Loretta Ortiz Ahlf
  • Alberto Pérez Dayán
  • José Mario Pardo Rebolledo
  • Luis María Aguilar Morales

Las cosas no eran así en la democracia mexicana en tiempos de Fox —en cuyo gobierno Castañeda fue canciller y Aguilar Camín proveedor de revistas y asuntos intelectuales varios—.

Todavía en el sexenio foxista el presidente mandaba en la corte suprema. El tal ministro Azuela y Güitrón actuó como empleado de Fox —y empleado de segunda— en el desafuero de AMLO. Una vergüenza.

La locura criminal de la comentocracia que odia AMLO

Pero bueno, es menos peligroso en términos sociales el argumento de campaña electoral de Castañeda contra Claudia Sheinbaum y Morena —el inexistente desafuero de Xóchitl— que la locura criminal de López Dóriga, Riva Palacio, Alazraki, Pagés y Loaeza que anuncian un nuevo caso Colosio solo para debilitar al principal activo del partido de izquierda, el presidente López Obrador.

El desafuero de Xóchitl no se dará porque eso no existe o, dirían en matemáticas, es un asunto jurídico indefinido. Y nadie lo va a definir, esto es, nadie lo llevará ni al Senado ni a la Cámara de Diputados y Diputadas ni a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Por cierto, ayer en una agradable reunión alguien mencionada cierta dificultad jurídica relacionada con la palabra indefinido. En matemáticas, donde las cosas suelen ser mucho más complejas que en el derecho, ese problema no existe.

En muy pocos casos, en el análisis matemático las palabras significan lo mismo que en el diccionario. Indefinido es uno de esos casos. Otros dos casos tienen que ver con los vocablos indeterminado e infinito. Recomiendo la lectura de este artículo, que sintetizo solo como una curiosidad:

  • “En matemáticas, como en cualquier ciencia, se usan términos cuyo significado es muy preciso (lo ideal es que sea cuanto más preciso mejor) y eso comporta que palabras ‘corrientes’ tengan significados distintos en ciencia”.
  • “Pero en el caso de indefinido, indeterminado e infinito, no tenemos ese problema”.
  • Indefinido: que no se sabe qué significa porque no hemos dado una definición de ello”.
  • “En matemáticas, diríamos que 1/0 es indefinido o que no existe, porque no se puede dar una definición a la operación dividir por cero”.
  • Indeterminado: que no se sabe su valor concreto porque puede variar. A veces vale una cosa y otras, otra. Por ejemplo, cuando decimos que el lugar de una reunión es aún indeterminado, eso significa que sabemos que habrá una reunión, que para hacerla habrá que elegir un lugar donde reunirse, pero que aún no hemos dicho dónde va a ser”.
  • “En matemáticas, decimos que el resultado de una operación es indeterminado cuando puede variar según las circunstancias de cómo se llega a esa operación”.
  • “Por ejemplo, Por ejemplo, 0/0 es indeterminado porque a veces da ∞, otras da 27, otras 𝜋/4″.
  • Infinito: No tiene fin, que no se acaba nunca… Es quizás, de las tres palabras, la que menos parecido tiene su significado en matemáticas con el del lenguaje corriente”.
  • Algo infinito, en español, es algo que no se acaba nunca, que no tiene un final pero, en matemáticas, con infinito simbolizamos algo que es mayor que cualquier número que podamos imaginar, por grande que este sea”.
  • “Por ejemplo, en matemáticas decimos que limx→0 (1/x) = ∞ porque cuando calculamos el valor de 1/x para números x cada vez más próximos a 0 vemos que el resultado de la división crece cada vez más, de forma que haciendo x tan pequeño como queramos, conseguiremos que 1/x se haga más grande que cualquier número que podamos imaginar”.

El desafuero de Xóchitl no existe y, además, jurídicamente hablando no está definido porque nadie ha planteado sus términos para un proceso en el poder legislativo que lleve a tal consecuencia.

La que sí es infinita es la creatividad de quienes apoyan a Xóchitl y están desesperados ante lo que dicen tres encuestas recientes de vivienda: la de De las Heras Demotecnia, la del diario español El País y la de Buendía & Márquez.

En los tres estudios, en los careos, la ventaja de Claudia Sheinbaum sobre Xóchitl Gálvez es de alrededor de 30 puntos —la de Marcelo Ebrard sobra la candidata de la derecha empresarial es menor, de alrededor de 20 puntos, tal como mostraba ayer El País—.

Eso es una goleada o una goliza. Lo admite El Güero Castañeda en su artículo de Nexos y lo presenta como una especie de posible antídoto para que AMLO no proceda contra Xóchitl con el inexistente desafuero, pero después afirma que ni la enorme ventaja de Claudia sobre Xóchitl detendrá a Andrés Manuel.

Increíble que un intelectual normalmente tan objetivo, pierda la capacidad de analizar las cosas con seriedad solo porque odia al presidente de México. Cito a Castañeda:

  • “¿Que López Obrador jamás se atreverá a ir tan lejos?”
  • “¿Que la reacción de la sociedad civil, del empresariado, de Estados Unidos, sería gigantesca?”
  • “¿Que la maniobra no prosperaría en los tribunales?”
  • “¿Que AMLO no tiene necesidad de recurrir a tanta perversidad, dada la enorme ventaja que Sheinbaum ya tiene en las encuestas?”
  • “¿Que se le revertiría el ‘compló’ y sólo fortalecería a su contrincante?”
  • “¿Really? Yo creo que nunca hay que subestimar la maldad de López Obrador, ni su absoluta obcecación por no perder la continuidad de su proyecto (cualquiera que este sea)”.
  • “No se necesita creer que Xóchitl va a ganar —no existen las condiciones hoy que lo sustenten— para entender que López Obrador se espantó”.

Güero, Güero, no te pases de iluso. ¿Conoces a Andrés Manuel? ¿En serio crees que Xóchitl lo espantó? No hay tal cosa. AMLO vio en Xóchitl —y en la campaña de marketing político que le armó la derecha— la oportunidad de consolidar a Morena, y lo hizo.

¿Xóchitl era el personaje más popular que Claudio X. González encontró para retar a la izquierda? Ya demostró AMLO que la vendedora de gelatinas es multimillonaria, y sembró la duda acerca de si ella ha disfrutado, o no, de contratos con el gobierno —el actual incluido— mientras ha sido funcionaria en el poder ejecutivo o en el legislativo, es decir, mientras ha sido una persona influyente en la política por la relevancia de sus cargos.

Envalentonada —y seguramente asesorada por intelectuales como Castañeda— Xóchitl respondió a las acusaciones con algo que les pareció una genialidad: “Soy tan chingona como empresaria que hasta el gobierno de AMLO me contrata”. Es decir, confesó el más que probable conflicto de interés.

Y ya, ese debate acabó. Gente menor de Morena ha denunciado a la candidata de la derecha empresarial, pero se trata de denuncias políticas, esto es, tan inofensivas —excepto para fines propagandísticos— como las numerosas y publicitarias denuncias de Xóchitl a AMLO apoyada por el Consejo Nacional de Litigio Estratégico, otra organización controlada por el profascista Claudio X., quien es el presidente de su consejo consultivo.

La infinita estupidez de ese columnismo mexicano

Volviendo a las palabras del análisis científico que significan lo mismo que en el lenguaje corriente, vale la pena recordar la muy famosa frase atribuida a Albert Einstein: “Solo hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana, y no estoy muy seguro de la primera”.

En efecto, es infinita la creatividad de los enemigos de AMLO para inventar mundos irreales para intentar contrarrestar la ventaja de 30 puntos de Claudia sobre Xóchitl en las encuestas.

Uno de esos mundos, el del desafuero, es inofensivo. Pero el otro, el del nuevo caso Colosio, es muy peligroso. Quienes buscan un atentado como acto de campaña para perjudicar a Morena y a AMLO demuestran que Einstein tenía razón: “La estupidez humana es infinita”.

¿El universo es infinito? A lo mejor sí, a lo mejor no. Pero vaya que no tiene límites la estupidez de quienes proponen un atentado político —hasta lo nombran como otro caso Colosio—, gente ya enferma de odio como López Dóriga, Riva Palacio, Alazraki, Pagés y Loaeza… y quienes se sumen a semejante insensatez —hoy lo hace, por cierto, Carlos Marín en Milenio—.