La guerra electoral por el poder presidencial, principalmente, en el sentido de los “war rooms” ha iniciado formalmente. Tiene en realidad una lucha política entre el gobierno nacional actual y la oposición, primero fragmentada en cuatro partidos, ahora en un bloque opositor de tres, más un partido diferenciado de la concentración anterior, y teniendo detrás de los primeros a las cúpulas empresariales con sus agremiados, algunas más cercanas y en conjunción, que otras.

Por su poder económico, corporativo y operativo de carácter transnacional y globalizado, destacan la Organización de Empresas Globales, el Consejo Coordinador Empresarial, la COPARMEX, el Consejo de Hombres de Negocios, y a nivel bilateral México-EUA, está el Centro EUA-México del Baker Institute (BI), un think thank (un centro de estudios, de pensamiento) de gran relevancia inserto en la Rice University del Estado de Texas. Ulteriormente abordaremos el informe para sus grandes corporativos afiliados y donantes sobre la situación actual en el gobierno del presidente AMLO, de frente al inicio formal de las campañas en México.

En el bloque opositor que están en pie de guerra, dispuestos a dar la batalla, se detecto una base de partida con tres grandes ejes de respuesta, propuesta y confrontación a lo hecho por el gobierno actual y lo que se proponga el próximo: a) las fallas e insuficiencias en el terreno de recuperación de la seguridad, a través de un combate eficiente y eficaz al crimen transnacional organizado, que desde su perspectiva es un rotundo fracaso; b) la reversión de los cambios operados en la política energética, especialmente en la reconversión de la estructura del mercado de energía eléctrica, en el rescate y reposicionamiento de la industria petrolera, refinanciando la escandalosa deuda heredada de Pemex. Ambos procesos los consideran también un fracaso total; c) la reversión de los cambios en la reglamentación secundaria de los procesos electorales, así como de la estructura funcional del Instituto Nacional Electoral (INE) porque sostienen que el gobierno federal se apresta a intervenir con todos sus recursos en el proceso electoral federal, al grado de que prepara “una elección de Estado” que tres meses antes de realizadas las elecciones, ya denunció en EUA, en España (a través de ella, en la Unión Europea) y en la OEA.

El PRI (maestro de las “elecciones de Estado” por 80 años) y el PAN (con Vicente Fox, recordar el informe del IFE sobre “la elección intervenida” de 2006) hablando de ello, constituye un monumento al cinismo. Y el PRD como comparsa (en 2006 fue a su candidato AMLO a quien le robaron la elección presidencial), conociendo lo anterior, apoyando esta consigna, que atrevimiento más inmoral.

Para ello ha echado a andar una estrategia de “guerra sucia” utilizando como eficaz instrumento un monstruo de mil cabezas llamado “propaganda negra”. Ello significa que no se trata principalmente de contrastar proyectos de nación, ni plataformas programáticas, programas inmediatos, o algo parecido, sino, esencialmente, capacidad de difundir y posicionar propaganda entre las decenas de millones de electores que serán el objetivo de dicha campaña a base de “propaganda negra”, que naturalmente podrá incluir “montajes de videos” de todo tipo.

Hasta hoy esto es lo que hemos podido observar y constatar. Si las cosas cambiaran dentro del bloque opositor para mejorar enderezando una estrategia competitiva y programática de otras características, sería un cambio cualitativo muy relevante dentro del actual proceso electoral. Sinceramente lo dudamos.

Dicha estrategia (guerra sucia) e instrumentos concretos (propaganda negra), no requieren que la candidata del bloque opositor, la ingeniera Xóchitl Gálvez, o sus voceros y aliados, sustenten su dicho, es decir, que al presentar acusaciones, denuncias, imputaciones o rechazar datos existentes, exhiba las pruebas o evidencias que soporte su dicho. No, no hablamos de publicidad sino de simple propaganda, de fijación de ideas con afirmaciones que penetren y perduren en la mente de los que escuchen, para que tales ideas se conviertan en punto de partida de sus valoraciones y decisiones. Lo cual evidentemente, es una forma salvaje de manipulación mental y política que no permite razonar los dichos o denuncias o acusaciones, sino simplemente afirmarlas de una forma tal, con imágenes trucadas, que sean creíbles en la precepción de los electores, que “parezcan verdades” aunque “sean falsedades”. La propaganda negra es la habilidad perversa de mentir sin parecerlo.

El Baker Center Institute es un centro académico de investigación que genera, desde el 2020, un informe anual sobre el estado que guarda la relación entre Estados Unidos y México. El actual es su quinto informe y presenta una prospectiva sobre lo que se puede esperar que ocurrirá con México en el 2024.

Dentro de esta estrategia mencionada del bloque opositor es extremadamente útil un documento que ha sido ya cuestionado (“documento mal hecho”) en la sustancia de la información que presenta, que contiene el “Mexico Country Outlook 2024″ (fechado el 16 de enero, 2024) que fue elaborado por el Dr. Tony Payán, en donde se afirma -según la Dra. Guadalupe Correa docente en universidades de EUA, quien perteneció al centro de estudios mencionado y una vez corroborado mediante su lectura-, que “el grupo en el poder va a estar vinculado al crimen organizado y que tales organizaciones tendrán una amplia influencia en el proceso electoral”, desde luego, y en su resolución, que dará como triunfadora a una u otra candidata, afirmación temeraria que no solo compromete toda la legalidad del proceso de elección mismo, sino la legalidad de las instituciones del país.

El documento es prolijo en inexactitudes sobre el mercado de la energía, el petróleo, el modelo macro económico implementado y sus resultados, la política social, y otros temas. Pero lo más grave es una afirmación como la antes referida desde un autor del poderoso think thank mencionado, debido al conjunto de empresas que lo patrocinan, en donde están las más grandes corporaciones privadas de orden transnacional y global mexicanas, entre ellas, de las que son propietarios los Sres. Claudio X González, padre e hijo, Pero también por el hecho de hacer una afirmación así, teniendo como receptores a los más poderosos empresarios de México, es una inmensa irresponsabilidad y un ataque inusitado al Estado y al gobierno mexicanos.

Además, la citada académica, con mucha valentía y aplomo, sostiene que se trata de afirmaciones estrechamente vinculadas a la disputa presidencial en EUA (noviembre de 2024) en la cual la agenda del Partido Republicano (que todo indica postulará nuevamente a Donald Trump, si no los para el poder judicial) se va a concentrar en las problemáticas fronterizas del sur de su territorio (con México), agregamos nosotros, que son los temas de seguridad nacional, de la estrategia geopolítica y militar desde el comando norte: la inmigración indocumentada desde Centroamérica, el Caribe, Sudamérica y México, y todo lo que se deriva del crimen transnacional organizado y sus alianzas continentales.

Vienen días muy difíciles para nuestro país si gana el Partido Republicano en la elección presidencial, no sólo por los líderes políticos, sino por lo elementos gran militaristas que están al frente. Además, se pusieron de acuerdo los gobernadores de Texas y La Florida, para declarar la guerra a los cárteles transnacionales de la droga, no se conocen más detalles, lo que hace sonar los tambores intervencionistas. Líderes políticos de EUA y todo tipo de opinantes en México, están volviendo a hablar del “Estado fallido”, concepto surgido entre la oficialidad del ejército de EUA en un artículo de la revista militar de dicha institución. Son los de la “línea dura y militar”. No se dan cuenta por ignorancia que usan conceptos como los del Pentágono -la sede del poder militar de la “República Imperial” como la llamó Raymond Aron, de los EUA- cuando empieza a hacer planes de intervencionismo abierto.

Jugar “la carta EUA” es extremadamente delicado, y hasta riesgoso, no debe maniobrarse con eso, porque estimulas fuerzas agresivas que siempre están con la animosidad de un intervencionismo que no se sabe dónde empiecen ni dónde acaben, no sabemos qué sean capaces de hacer y hasta dónde puedan llegar. No olvidemos que, Donald Trump expresó sus propósitos de bombardear áreas de la geografía mexicana en donde sus agencias de inteligencia y seguridad nacional tenían detectados decenas de laboratorios de anfetaminas y opiáceos como el fentanilo, dicho por su secretario de defensa en sus memorias.

Está escrito, no son bromas o humor negro, todo lo cual puede afectar seriamente la nacionalidad, la soberanía y las instituciones de todos los mexicanos, la patria, para decirlo rápido. Jugar esa carta intervencionista desde el norte del continente expresa una inmensa torpeza y miopía histórica. Sólo a un perfecto apátrida se le puede ocurrir y procesar.

En toda Europa (occidental, central y oriental y del sur) han alternado en el poder incluso programáticamente, partidos socialdemócratas y de distintas tendencias de izquierda, progresistas y demócratas en general, también en Japón, y no ha sucedido nada extraordinario. Pero con EUA los temas de la inmigración, que en la actual administración del presidente Joe Biden con el presidente AMLO, han logrado llagar a compromisos para encausar la problemática constructivamente, atendiendo a las cusas más profundas, no veo el riesgo mayor. Pero en el tema de la expansión de las organizaciones del crimen transnacional y su presencia continental y global, sin que en EUA puedan reducir la pandemia de las adicciones (la demanda solvente) y la letalidad en el uso también adictivo de los opiáceos, brinda el argumento perfecto para incubar una actitud cíclicamente más agresiva.

Aquí tenemos un punto de enorme debilidad, a pesar de los grandes esfuerzos hechos, por las decenas de miles de vidas perdidas (incluyendo las de miembros de las fuerzas armadas) y a pesar de los avances logrados hoy en la materia, no obstante, siempre se valorarán en EUA como insuficientes o hasta nimios medidos contra la velocidad a la que han crecido, expandido y penetrado en el tejido social, económico y financiero, y por la extensión territorial lograda de su presencia, las organizaciones transnacionales del crimen organizado.

Volveremos sobre todo esto en la próxima entrega.