Bienvenidos amantes de la gastronomía. El festival Cacao para Todos” regresa en su treceava edición en un lugar más que emblemático: el Museo Anahuacalli, ubicado en la Colonia San Pablo de Tepetlapa, que además de museo es un centro cultural.

El cacao está presente en nuestra cultura desde tiempos prehispánicos, cuando sus semillas eran usadas como monedas, además de ser usadas para preparar la bebida “xocolatl”, que después daría paso a su nombre castellanizado “chocolate”.

Como había varias semillas, las de más alta calidad eran para elaborar esta deliciosa bebida, y las que tenían algún defecto se usaban como moneda corriente.

Imaginen ustedes, la importancia que tenían las semillas de cacao fue tanta, que en los tiempos de la cultura mexica incluso se llegó a “falsificar”; por ello en los mercados había personal que certificaba la autenticidad de las semillas de cacao.

Financieramente podemos decir que la base de la cultura mexica estaba sostenida por estas semillas. La medida de un zontle comprendía 400 semillas, un jiquipil 8 mil semillas -o 20 zontles-, una carga 24 mil semillas, o 3 jiquipiles.

Por ejemplo, adquirir un conejo en el mercado costaba 10 semillas de cacao. El mismo Hernán Cortés terminó pagando con semillas de cacao a sus soldados, de acuerdo con las investigaciones del Museo Histórico y Numismático “José Evaristo Uriburu”, de Buenos Aires, Argentina.

Una vez que se estableció la minería en la Nueva España, las semillas de cacao se vieron relegadas como monedas, pero esto dio paso a su utilización de distintas formas.

Festival “Cacao para Todos”,

Del 2 al 5 de noviembre, o sea ya a la vuelta de la esquina, se llevará a cabo este festival en la capital de nuestro país, donde tendremos una gran muestra del uso maravilloso de las semillas de cacao, ya sea en forma de “agua de barranca” bebida originaria de Tlaxcala o el famosísimo “téjate” de Oaxaca, hasta el “pozol” de las zonas de Tabasco y Chiapas, por mencionar solo algunas.

El chocolate también es un gran ingrediente en la elaboración de los moles, sean negros, rojos o almendrados. También para la elaboración de salsas, que son grandes exponentes de nuestra gastronomía nacional, patrimonio intangible de la humanidad.

Por todo esto, la intención de este festival es ampliar el conocimiento que se tiene sobre la semilla de cacao y del chocolate, a través de productores y chocolateros; tal como lo mencionan los organizadores “demostrando las diversas percepciones e interpretaciones del chocolate que tienen las culturas originarias en la vida contemporánea de México”.

Además de la venta de productos, habrá talleres, conferencias, degustaciones, música en vivo; se contará con la presencia de más de 50 chocolateros especializados, así como de artesanos y productores de diversas partes del país.

Una de las “actividades destacadas” es el seminario que impartirán la Dra. Carla D. Martin y José López Ganem del “Fine Cacao and Chocolate Institute” de Boston, en donde harán una degustación de chocolates peruanos con la finalidad de analizar perfiles sensoriales, y compararlos con los chocolates mexicanos.

Quienes amamos el chocolate, lo podemos consumir en una buena taza de chocolate caliente, en un pastel, en un flan, en galletas, pero también como elemento para la comida salada.

Imaginen un centro de lomo de res a la mantequilla, acompañado de unos espárragos y un puré de papa, algo muy tradicional y clásico, pero como elemento sorpresa una salsa de chocolate amargo, con chile guajillo y mezcal, que de manera voluptuosa bañará nuestra carne en su punto, en término medio, ¿a poco no se le hace agua la boca?

El mundo del cacao y del chocolate es infinito, y si de fondo tenemos el Museo Anahuacalli, cuyo nombre en náhuatl significa, “casa rodeada de agua”, la experiencia sensorial adquiere dimensiones apoteósicas, más si pensamos que el lugar alberga miles de piezas de arte prehispánico, rigurosamente coleccionadas por el famosísimo pintor mexicano Diego Rivera; si eso no es “magia”, se le parece mucho.

Así que agenden este evento en Calle Museo No. 150, San Pablo Tepetlapa “Museo Anahuacalli”, del 2 al 5 de noviembre, de 10 de la mañana a 7 de la noche; y lo mejor: la entrada es libre. Bon appétit!

Cat Soumeillera en X: @CSoumeillera