Estamos a las puertas de que Morena defina quienes serán las mujeres designadas para ocupar 5 de las 9 candidaturas a gubernaturas que se disputan este 2024. Chiapas es una de aquellas en las que existen mujeres competitivas, en contraste de entidades donde cuadros políticos no rebasan un dígito en las encuestas. Ese no es el caso de la senadora Sasil de León, que se encuentra al frente del Power Ranking de Chiapas de Polls MX, una posición que ha mantenido firme en su camino hacia las elecciones de 2024.

Su candidatura incomoda al nivel que, a través del comunicador Hernán Gómez o bajo su interpretación, se ha amagado con una ruptura que nos recuerda a la de Ricardo Mejía Berdeja. En la columna que Gómez Bruera publica en El Universal este domingo destaca que en pleno siglo XXI aún nos enfrentamos a resistencias y oposiciones al principio de paridad de género. Y peor: Evidencia que nos enfrentamos a actitudes retrógradas en las que pareciera imposible para los hombres reconocer que las mujeres construyen trayectoria en política, que haber iniciado una carrera política o haber tenido un empleo con la madre de un servidor público no es una condena de servilismo para toda la vida y que interpretar a una política por sus relaciones y no por sus acciones es machista.

El argumento de que “hacer candidata a Sasil de León Villard abriría un conflicto político de envergadura en Chiapas” es insostenible y carece de fundamento sólido para oponerse a su candidatura. Por el contrario, Sasil de León es una de las mujeres más competitivas y capacitadas para ocupar la gubernatura de Chiapas, y su postulación sería un paso significativo en la promoción de la igualdad de género en la política. De hecho, en un careo de la senadora frente a otras mujeres, Sasil de León supera a las aspirantes de Tabasco, Jalisco y Yucatán.

Uno de los principales argumentos en su contra es que Sasil de León tuvo un empleo hace más de diez años. Esta crítica no solo es infundada, sino que es altamente perjudicial, ya que sugiere que las mujeres deben ser juzgadas por su pasado laboral de una manera que los hombres no lo son. Es esencial recordar que las experiencias laborales anteriores no deberían ser utilizadas como un indicador de la capacidad de una persona para ejercer un cargo público en la actualidad. La idea de que haber tenido un empleo en el pasado hace que una mujer carezca de autonomía es, en última instancia, machista y dañina.

Restarle agencia a las mujeres y borrar su trayectoria profesional es un reflejo de los prejuicios de género arraigados en la sociedad. Sasil de León ha demostrado ser una política competente y dedicada a lo largo de los años, y su historial de trabajo debería ser un activo, no una desventaja. Excluir a las mujeres de la política basándose en su pasado laboral perpetúa la discriminación de género y socava los avances hacia una mayor igualdad de género en la esfera pública.

En lugar de centrarse en cuestiones irrelevantes como su empleo anterior, deberíamos evaluar a Sasil de León por sus habilidades, propuestas y experiencia política actual. Al hacerlo, reconoceremos que es una candidata altamente competitiva que podría beneficiarse de la regla de paridad para la gubernatura y que su elección sería un paso en la dirección correcta hacia una representación más equitativa y justa en la política de Chiapas. Aun así, a menos que el presidente de la JUCOPO en el senador, Eduardo Ramírez, haga propio el amago que extiende el analista Hernán en su columna, no habría lugar a pensar que se violente el pacto de unidad que todos los aspirantes firmaron. De hecho, leer a Hernán advirtiendo el “conflicto político de envergadura” en Chiapas si es que Ramírez no resulta beneficiado por género o por encuesta se parece mucho a Carlos Loret de Mola advirtiendo que, si García Harfuch no compite, “pierde Claudia Sheinbaum al ceder con debilidad monstruosa”.

Por cierto. En la regla de paridad, al igual que Puebla, Chiapas podría ser encabezada por una mujer teniendo en cuenta las altas ventajas competitivas que guarda Omar García Harfuch al ser el abanderado de Morena en la CDMX. Para ello, otras entidades tendrían que impulsar por cuota de género y Chiapas, como Guanajuato, son dos de los favoritos para ello gracias al trabajo de las senadoras que destacaron al frente de su labor, por mucho menosprecio que los analistas den a sus cifras.

Emprendimiento forzado: madres arrancan negocios por crianza en solitario

En México, un país donde el 30% de los hogares son liderados por mujeres y el 41.3% de los padres están ausentes en la vida de sus hijos, el emprendimiento se ha convertido en una necesidad en la que no hay elección. Es una de las triples o cuádruples jornadas que tienen las madres autónomas.

Resulta que México destaca en el escenario internacional con una de las tasas más altas de mujeres emprendedoras en el mundo, ya que por cada 10 hombres que inician un negocio, 19 mujeres crean su propia empresa. Sin embargo, esta tendencia se ve impulsada por la necesidad de generar recursos adicionales para mantener a sus hijas e hijos, especialmente ante la falta de apoyo económico por parte de los padres ausentes y la falta de sanciones efectivas para asegurar el cumplimiento de las obligaciones de manutención.

A pesar de que las mujeres son más exitosas que los hombres a la hora de hacer negocios, muchas de estas mujeres se ven forzadas a emprender porque no alcanza para comer en 6 de cada 10 casos. Esta es la cifra de los negocios medianamente formales. Sin embargo, si contabilizamos la economía informal, encontraremos que se encuentra llena de mujeres vendiendo todo tipo de productos por catálogo, postres, alimentos, bisutería y demás.

Este panorama se refleja en las cifras legales, donde apenas el 3.38% de las personas acusadas del delito de “abandono e incumplimiento de obligaciones familiares” son mujeres, mientras que el 96.62% restante corresponde a hombres. Esta discrepancia pone de manifiesto la realidad de las mujeres en México que, ante la ausencia de los padres y la falta de garantías económicas, asumen la responsabilidad de mantener a sus familias como pueden.

De nuevo, se hace manifiesta la urgente necesidad por exigir la creación de un Sistema Nacional de Cuidados que tenga de por medio la corresponsabilidad del Estado. Al tiempo que contrasta de la agenda programática de quienes aspiran a un cargo público. Más allá de la Ley 3 de 3, nadie plantea soluciones a esta problemática y antes de que vengan los libertarios y capitalistas a celebrar los “incentivos productivos” para el emprendimiento, necesitamos colocar en el centro la idea de que esta sobre-explotación no es un incentivo económico sino un abuso de alguien que no hace su parte, no paga su cuenta, no mantiene a su descendencia y encima, se acoge a un sistema que cómodamente permite que alguien más lo haga.