Hay que reconocerle al presidente Andrés Manuel López Obrador que mantiene su dicho de que “su pecho no es bodega” y ayer en la mañanera develó la verdadera intención detrás de la decisión de militarizar el país en torno a su persona:

“Cuando está constatado que es un Gobierno que apoya al pueblo, ustedes creen que los potentados aunque les estén dando todo como era antes, les daban todo, yo recuerdo que el Presidente Peña les dio a los potentados mucho, mucho, y ya cuando sintieron que no les servía, lo empezaron a ningunear y lo convirtieron en el payaso de las cachetadas, lo traicionaron”.

AMLO

No es la primera ocasión que lo menciona, en marzo de este año dejaba abierta la posibilidad de un “Golpe de Estado”. Aseguró:

“Yo no voy a olvidar cuando me entrevisté con Peña siendo él todavía presidente constitucional y yo presidente electo y en la plática me dice ‘me traicionaron’”.

Y para asegurar que a él no le pasará lo mismo, advirtió:

“No es el que haya un golpe de Estado militar. No, es tener al gobernante que no se les arrodilla en salmuera, a fuego lento, con guerra sucia permanente, con campañas de calumnia, con desprestigio para buscar socavar su autoridad moral y política”.

AMLO con miedo

En otras palabras, él ya se siente traicionado por muchos de los potentados de su círculo más íntimo, desde sus familiares hasta colaboradores, empresarios e integrantes de su partido y por ello, busca “blindarse” a costa de lo que sea, pero mantenerse a salvo por todas sus pillerías y falta de palabra. No quiere, perder como Peña o ser cuestionado como Salinas cuando concluya su presidencia.

Empezando por su hermano Pío López Obrador, a quien debe conocer muy bien y sabe que podría ser traicionado. Pío no quiere ser el Raúl de Carlos Salinas, no parece estar dispuesto a ir a la cárcel y por ello exigió a través de su abogado Pablo Hernández-Romo Valencia, que la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales cite a declarar a su hermano, el presidente Andrés Manuel López Obrador en la indagatoria por los videos en los que se le ve recibiendo dinero para la campaña de su hermano.

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Pío ha asegurado públicamente que su hermano conocía esas entregas. ¿Será que AMLO se sienta traicionado por su hermano?

Dentro de su circulo familiar también están las acciones irresponsables de sus hijos y de su esposa. Mientras AMLO habla y critica a los “potentados” su hijo mayor, José Ramón, se da una gran vida como de fifi y neoliberal, con residencia en Houston, vacaciones en Vail o humildemente en uno de los hoteles más caros y lujosos de Acapulco.

O su esposa, la No Primera Dama, Beatriz Gutiérrez quien decide en temas de educación y cultura, que adora a Cuba, que impuso a Max Arriaga como creador de los libros de texto y respalda a Delfina, pero prefiere enviar a su hijo Jesús Ernesto, como todo hijo de potentado, a estudiar o vacacionara a Londres, Inglaterra, viajando por clase premier y con la embajadora, sobrina de Carlos Salinas, como maletera.

El temor a las revanchas

Pero si hay algo que le quite el sueño, debe ser lo que pueda salir del pleito entre su exconsejero jurídico, Julio Scherer García y el Fiscal Alejandro Geetz Manero.

Al primero, durante mucho tiempo lo consideró como su hermano y se dice que fue un gran operador para lograr alianzas y recursos para sus campañas. AMLO tiene la disyuntiva de si lo apoya o no contra Gertz y si decide que no, atenerse a lo que podría sacar Scherer en su defensa.

Del impresentable Alejandro Gertz, aparte de que no tiene filtro ni límites y que ha usado el poder de su cargo para sus pleitos personales, se habla de su presunta relación con organizaciones criminales y de que fue operador para recabar recursos para las campañas de AMLO.

¿Qué le sabrá y cómo reaccionaría si decidiera apoyar a Scherer, hasta dónde llegaría su venganza? AMLO tiene razones suficientes para preocuparse.

También su amigo Donald Trump lo traicionó, el exmandatario junto con su yerno, Jared Kushner, se han encargado de develar la forma en cómo doblegaron a AMLO a cambio de apoyos políticos personales, tal situación ya pesa sobre la imagen del mandatario mexicano.

Y qué decir de empresarios como Carlos Slim, Ricardo Salinas, Carlos Peralta y el director de sus empresas, Raúl Salinas, Carlos Hank, vamos, la oligarquía o la “mafia del poder” de la que recibió fuertes apoyos, y a cambio terminar con la competencia y regresarles los monopolios.

Lo peor es que AMLO sabe que Morena no lo respalda, que fundó un partido con puro mercenario, escoria de los partidos políticos y oportunistas que se unieron a él con la intención de adquirir poder, negocios e influencia.

Lo qué pasó el fin de semana pasado fue un reflejo de todo ello, cuando armaron violentamente la campal tan solo para nombrar a un puñado de consejeros que disputarán las candidaturas y el poder en Morena.

No hay lealtad para el mesías.

AMLO debe estar aterrado y con justa razón, necesita un blindaje, su futuro es incierto y las venganzas de los que él traicionó a su paso dejarán como un juego de niños las traiciones que, afirma, sufrió Peña.

AMLO ya enfrenta la soledad que les llega a los presidentes al final de su administración.