Subsidiar a las élites

Hace no mucho tiempo se informó que cada una de las 20 mil tiendas Oxxo en nuestro país le cuesta al Estado mexicano 26 mil pesos. Estamos hablando de un subsidio de alrededor de 520 millones de pesos por año, “dinero que paga la población mexicana en su recibo de luz”, tal como expresó Manuel Bartlett en un comunicado difundido en Twitter el pasado mes de enero.

Inmoral subsidio el que reciben los Oxxo. En su momento tuvo que salir a explicarlo el director de la Comisión Federal de Electricidad, un político cuyo mayor defecto es su mayor virtud: sabe llamar a las cosas por su nombre, es decir, las formas diplomáticas no son lo suyo. Así, cuando la empresa Oxxo se defendió de las acusaciones de que paga menos luz que una tienda de abarrotes, Bartlett de inmediato calificó de mentirosa a la empresa:

Después de la contundente explicación de Bartlett, los administradores y propietarios de los Oxxo ya no dijeron nada. Maniobran ahora de otra manera, sobre todo en los medios: han convencido a no pocos comentaristas de que la 4T es injusta y se equivoca al pedir que esa cadena de tiendas pague lo correcto.

A esa comentocracia le ha venido como anillo al dedo el reciente debate acerca del T-MEC. Veamos.

El tema de la política energética es complejo. El ejemplo del subsidio a los Oxxo sirve para entender por qué el presidente Andrés Manuel López Obrador la ha cambiado. ¿Que tales modificaciones violentan el tratado comercial con Estados Unidos y Canadá? Depende del cristal con que se mire.

Si se analizan las cosas desde el punto de vista del Oxxo y sus ideólogos, como el diputado Ildefonso Guajardo, hay violaciones graves y le costarán a México alrededor de 30 mil millones de dólares.

Pero si las cosas se analizan en términos de estricta legalidad, mucho de lo que ocurre en México relacionado con la electricidad es, de plano, un robo. ¿Debe el T-MEC proteger a los ladrones?

A ese terreno, el de los principios fundamentales, debería la comentocracia llevar el debate sobre el T-MEC. México puede —y sin duda debe— llegar a arreglos sensatos con Estados Unidos y Canadá, pero respetando la ética.

¿Subsidiar a las élites al permitirles que paguen 11 centavos por el transporte de energía de 1 kwh —sigo con el comunicado de Bartlett de enero de 2022—, mientras que una tiendita paga casi 10 veces más?

De la ópera alemana a Chico Che

Hay mejores y más sanas maneras de subsidiar a las élites. Supongo que a Katherine Chi Tai no le gustó la canción de Chico Che que presentó Andrés Manuel. A mí tampoco: aprecio, respeto y admiro al presidente de México, pero sus gustos musicales no son los míos.

Culta abogada egresada de las prestigiadas universidades de Yale y Harvard, la representante comercial de Estados Unidos debe ser aficionada a la ópera. Seguramente sabe que un boleto para la ópera en Alemania tiene un precio de alrededor de 40 euros, pero el costo real es mucho más alto: 250 euros. Es decir, se subsidia a la gente que asiste a las funciones.

Ese subsidio no está mal, ya que de ninguna manera aumenta las ganancias de un empresario monopolista que haga negocio con el control de toda la ópera de Alemania. No hay un Diablo Fernández que posea la mayoría de los teatros alemanes y se beneficie del subsidio.

En México sí hay varios Diablos Fernández que se apropian de la infraestructura costosísima que la CFE ha construido en muchísimos años de grandes inversiones.

Comprendo que ni Estados Unidos ni Canadá pretendan defender al Diablo Fernández ni a los otros monopolistas mexicanos que se benefician no pagando lo justo a la Comisión Federal de Electricidad. Pero es bueno recordar a las autoridades de esos países lo que verdaderamente hay detrás de los cambios a la legislación eléctrica.

No trata la 4T de dañar a las empresas extranjeras —ni a las mexicanas—; con los cambios a las leyes que regulan el sector eléctrico, y el de los hidrocarburos, el gobierno de AMLO solo ha querido poner orden, de tal modo que los monopolios mexicanos, dice El Bodeguero—, tomen chocolate y paguen lo que deben.

Los acuerdos del T-MEC relacionados con el sector energético deben respetar lo básico, esto es, la legalidad elemental, algo tan sencillo como entender que el robo es un pecado. Y en México grandísimas empresas se han estado robando la electricidad.

A partir de ahí, que florezca la colaboración entre tres países muy importantes. Es lo menos que deberíamos desear todos los mexicanos..

Lo triste es que sobran columnistas, gente de la política, economistas y hombres y mujeres de negocios que parecen estar felices ante la posibilidad de que a nuestra sociedad le vaya mal en el debate de las supuestas —y de ninguna manera demostradas— violaciones mexicanas a una serie de artículos del T-MEC.

Posdata

¿Debería el gobierno mexicano subsidiar a Chico Che, tal como al gobierno alemán subsidia a la ópera? Espero que a nadie se le ocurra. Y, por lo demás, suplico a AMLO elevar el nivel de la música que presenta en las mañaneras que tanta gente sigue..., algo que, confieso, en estos días no he hecho. ¿Por qué? Estas últimas tres semanas he estado más al pendiente del Tour de Francia que de las conferencias de prensa presidenciales. Ni modo, el Tour lo transmite ESPN a partir de las 7 a. m. y pues eso, cada quien tiene sus prioridades. No me arrepiento: he visto el mejor Tour de Francia de muchos años, particularmente la etapa de ayer en los Pirineos. El lunes vuelvo a las mañaneras, pero a partir del 19 de agosto me concentraré en la Vuelta a España. Lo bueno es que está muy bien hecha la versión estenográfica de lo que cada día dice Andrés Manuel, así que la leo en cuanto se publica, horas después de que terminan las carreras. Una ventaja de las versiones estenográficas es que no tengo que escuchar a Chico Che.