Para justificar la contratación de 500 médicos cubanos, Andrés Manuel López Obrador criticó a los médicos mexicanos y descalificó la participación de la UNAM durante la pandemia. Las palabras del Presidente fueron injustas y erróneas. La respuesta de la Universidad fue puntal y dura.

Al respecto digamos que México tiene un gran déficit de personal médico. Algunos hablan de la falta de 250 mil médicos, otros de medio millón, particularmente grave es la carencia de especialistas. Esta situación es vieja. Antes de la pandemia, el tema se debatía con fuerza. La Ciudad de México y Puebla crearon sus respectivas universidades de la salud. La pandemia hizo aún más evidente esta necesidad. Ahora que la peste cede, ¿de dónde obtener los médicos que necesitamos? Hay tres vías. Contratar médicos extranjeros, utilizar mejor a los que tenemos y formar nuevos.

La decisión de contratar a médicos cubanos fue acertada. Es más, si hay médicos ucranianos o rusos dispuestos a trabajar en México, habría que contratarlos. Es verdad que algunos doctores se niegan a ir a comunidades apartadas, así es la condición humana, no por ello debe generalizarse y afirmarse que los médicos mexicanos carecen de sensibilidad social. Lo conducente es utilizar adecuadamente los recursos disponibles y mejorar las condiciones de trabajo para todos los médicos. El gobierno tiene la capacidad de garantizar estas condiciones.

Las universidades de la salud de CDMX y Puebla darán sus frutos en algunos años. A través de apoyos reales y oportunos debe ampliarse la matrícula de las facultades de medicina en la UNAM, la UAM, el IPN y las principales universidades públicas del país. Esta es una gran tarea nacional para éste y los siguientes gobiernos.

La solidaridad de la UNAM con México

Respecto a las declaraciones de AMLO sobre la UNAM y la respuesta de ésta, no abundemos en el pleito. La generalización es un error. Si bien las autoridades y la burocracia universitaria fueron pasivas, no ocurrió así con los profesores, investigadores, trabajadores y estudiantes.

Si el Presidente espera que la comunidad universitaria lo llene de loas, así como apoyo incondicional a su Gobierno, puede esperar sentado, porque no ocurrirá. La Comunidad universitaria es plural y así debe seguir siendo.

Los universitarios apoyaron a Andrés Manuel en lo que correspondía, votar por él en 2006, 2012 y 2018. La solidaridad de la UNAM con México es permanente.

Ha sido el dique principal, en las calles y en el pensamiento, al neoliberalismo. En 1987, cuando AMLO todavía pertenecía al PRI, el CEU detuvo los intentos de privatizar a la UNAM, lo mismo ocurrió en 1992 y 1999; en 1988, los universitarios hicieron triunfadora la campaña de Cuauhtémoc Cárdenas y abrieron la vía de la democracia en el país; en 1994, apoyaron el movimiento zapatista. Justo antes de la pandemia, la mitad de la UNAM estaba en paro en protesta por la violencia en contra de las mujeres, la lucha social más importante en lo que va de este siglo.

No es una cuestión de pleito, sino de reconocimiento. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.

Onel Ortiz Fragoso en Twitter: @onelortiz