Por donde se le vea, hoy en día ya no se le dice “narco” a los narcotraficantes o a lo que tenga que ver con ello, sino -crimen organizado-, sus siglas: CO, como si con eso se aligerara los actos deleznables que cometen; como si al llamarle de otra manera se suavizara el impacto que están teniendo en la vida de muchísimos mexicanos.
Se lee y se habla de ello como si fuera un miembro más del gabinete, como si se tratara de otra institución.
Y es que todo apunta para creer y para comprobar, que el Crimen Organizado en realidad está dentro de las instituciones gubernamentales.
Desgraciadamente, la droga en sí ha permeado en muchos mexicanos, cada vez más. Me tocó conversar con un chico de 16 años a quien le habían ofrecido la droga llamada “Piedra”. Dice que no supo en qué momento lo atrapó, pero que primero se la vendieron en 50 pesos y después ante la demanda de su cuerpo por tener mayores dosis, se la vendían cada vez más cara... Ya no sabía como salirse de ella.
Me contaba que le servía para trabajar sin descanso durante horas sin agotarse y con buen animo... que parecía anestesiado y no había dolor o tristeza. Pero que cada vez hacía cosas más malas para tener el dinero para pagarla. Me estrujo su relato.
La droga en manos del nombradamente fifí CO ha atrapado a cientos jóvenes y adultos. Y todas estas historias de narcos tienen fascinados a los adolescentes, que no ven otra manera de avanzar en la vida y mucho menos en este país mas que a través del narcotráfico. No tienen esperanza en que donde viven puedan tener oportunidades de tener todas estas cosas que se les enseña que da el narco sin involucrarse con el narco: Mujeres bellas, autos de lujo, mansiones preciosas y poder.
Hace unos años los narcotraficantes eran los malos. Y el presidente era el bueno. Hoy ya hay igualdad de condiciones. Amor con amor se paga. Con mucha sorpresa y asombro (por no decir susto) escuché hoy que AMLO en su ya muy amada sección matutina le dió la palabra al secretario de Marina, Rafael Ojeda, para contarnos, cuál anécdota de cantina, que los elementos que tiene bajo su cargo han robado de sus almacenes uniforme y equipo para vendérselos a la delincuencia organizada, pero que no los pueden encarcelar porque hay amor, hay cariño y nada más son destituidos.



Lo dijo así como quien da el clima en un noticiero, sonriente, sereno, impávido. Y esto que dijo pues es gravísimo, porque yo no sé ustedes, pero cuando veo por la calle o en carreteras a gente militarmente uniformada, me daba (porque ya no ahora) un sentimiento de protección y de seguridad.
Pero si hoy, nuestro secretario de Marina nos dice que con la pena pero que los delincuentes ya portan este uniforme para hacer de las suyas, ¿en dónde queda nuestra paz?
Los malos están ganándole a los malos.
Los buenos estamos perdiendo. Perdiéndolo todo. Nuestra paz. Nuestra esperanza, nuestra seguridad, nuestra confianza.
Estamos perdiendo hasta nuestras instituciones y nuestra honorabilidad. Ya ni siquiera siento que el CO, sea el culpable: ellos proponen y negocian; el gobierno acepta y pacta. ¿Quienes son los verdaderos culpables aquí?
Y ya para terminar: El presidente anda muy enojado porque la Alianza Va por México propuso una moratoria constitucional que consiste en que lo que resta de la 65 Legislatura del Congreso de la Unión no se apruebe de inmediato cualquier iniciativa de reforma a la Constitución.
El presidente se nos enojó por ello, diciendo que solo estorban y que nomás se hace lo que ellos dicen... Y bueno en psicología a eso le llaman proyección.
Ahí lo dejo para el análisis Que Dios nos ampare.
Es cuanto