Cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) afirmó que su gobierno cuida a los integrantes de las bandas, pues “también son seres humanos”, se le vino una avalancha de críticas de sus opositores.

Tras los ataques que recibió, rechazó que haya sido un desliz de su parte, y reiteró que no se retractaría de lo que había dicho, por el contrario, que su administración tiene la obligación de preservar la vida de todos los mexicanos, incluso de los infractores de la Ley.

Luego, cuando el asesinato de los sacerdotes Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar en Cerocahui, Chihuahua, un sector de la Iglesia Católica cercano a organizaciones conservadoras identificadas con el PAN, pidieron al gobierno federal revisar su estrategia de seguridad.

La estrategia de AMLO

El presidente López Obrador reiteró que su estrategia está muy clara, atacar las causas estructurales: pobreza, desempleo, falta de educación y valores cívicos, pero lamentó que un sector conservador de la iglesia haya callado cuando se ordenaron las masacres en el gobierno de Felipe Calderón, para luego preguntarles “¿por qué esa hipocresía?”

Entre los críticos férreos del mandatario resalta la senadora panista, Kenia López Rabadán, quien le exigió a López Obrador “no pactar con el crimen organizado”.

Sin embargo, el mayor número de ataques fueron de organizaciones como Frenaaa, Sí por México; otras de perfil supuesto religioso como el Frente Nacional por la Familia, la Unión Nacional de Padres de Familia, la Red de Líderes Católicos; el Frente Nacionalista por México, Observatorio Ciudadano, Chalecos México, Cambiemos México, México Convoca y la Fundación “Carlos María Abascal”, entre otras muchas.

Un instrumento muy utilizado por estas agrupaciones son las redes sociales y plataformas de mensajería instantánea para amplificar sus mensajes falsos o golpeadores. Fue así que reprodujeron el reclamo de algunos religiosos, como el del sacerdote Javier Ávila de la comunidad jesuita de Cerocahui, en Chihuahua: “Los abrazos ya no nos alcanzan para cubrir los balazos”.

Por fortuna, de inmediato las diferencias se comenzaron a suavizar. Alguien, seguramente César Yáñez, quien acaba de aterrizar como Subsecretario de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, hizo su trabajo.

De inmediato, operaron con la jerarquía católica que está al frente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), organismo cúpula del catolicismo del país, y los hizo reflexionar sobre la propuesta de un sector de la iglesia que pide de manera soterrada regresar a la guerra de Calderón.

Iglesia Católica coincide con AMLO en los “abrazos, no balazos”

Así, la CEM convocó para el 31 de julio próximo a una Jornada de Oración por la Paz, en cuyo mensaje la cúpula religiosa paró en seco a un sector conservador de la Iglesia Católica cercana a la derecha panista, pues en una buena parte de su mensaje, la CEM coinciden con el planteamiento fundamental del Presidente de “abrazos y no balazos”.

El propósito del rezo es pedir por la “conversión de los corazones de narcotraficantes, sicarios y victimarios de sacerdotes”, señala el mensaje donde se pide que, en todas las iglesias del territorio nacional, dedicar una oración por los delincuentes, “tenderles la mano para recibirlos con el corazón arrepentido en la casa de Dios, porque ellos también son nuestros hermanos y necesitan de nuestra oración”.

Por si fuera poco, desde su arribo, la titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Rosa Icela Rodríguez, ha manifestado que el país experimenta una conversión para garantizar, a través de las instituciones, un clima de paz en el territorio mexicano.

Cuando el Papa Francisco visitó México en febrero de 2016 --y al exhortar al gobierno peñista a combatir la desigualdad que “ha engendrado corrupción, narcotráfico y violencia”—, afirmó que “no será con la ley del talión o, la del ojo por ojo, que se detendrá la violencia en el país”.

Todo parece que AMLO, el Papa y la CEM, entonan la misma oración, o ¿no?

Punto Cero

Proyectos y Suministros Interdisciplinarios (PSI-México), que preside Ezequiel Aguiñiga, aplaudió el esfuerzo del gobierno de Claudia Sheinbaum para dotar a las escuelas primarias del servicio de internet, ya que esta acción contribuye a garantizar el derecho de 2.8 millones de menores de edad a la educación pública. Para este fin, recalcó el ingeniero, se han desplegado más de seis mil kilómetros de fibra óptica, que permite distribuir el servicio a personas en barrios, colonias y pueblos de las 16 alcaldías de la ciudad de México.

José Víctor Rodríguez en Twitter: @JoseVictor_Rdz