Donald Trump lo volvió a hacer, amenazó con un “baño de sangre” si no gana las elecciones de noviembre y calificó a los migrantes como “animales”.

Hace seis años AMLO de igual manera afirmó que no frenaría el descontento popular en caso de un fraude en la elección: “Si hubiera fraude electoral en los comicios, se soltará el tigre y no seré yo quien lo amarre”.

“Tú y yo somos uno mismo”

Son tan iguales, que desprecian la democracia, las instituciones y por supuesto, lucran con el dolor de los seres humanos y, como Trump, que considera a los migrantes como “animales”, AMLO lo hace con los más desprotegidos.

Para Andrés, los pobres son equiparables con animalitos: “¿Qué así se le dice a un animalito que se tiene como mascota?, oye, se le dice a un perrito, [a] cualquier animalito ‘vete a buscar tus alimentos’… No. El dueño, el que quiere a ese animal, lo protege y le da de comer ¿por qué a los seres humanos no?”.

Violencia y miedo como estrategia

Ante la posibilidad de que ni Trump ni AMLO -con su clon, la candidata del continuismo- ganen la elección por la vía de la democracia, su estrategia es la amenaza y la tristemente creíble promesa de generar violencia, uno advierte de un ”baño de sangre” y ya sabemos lo que pasó cuando animó a sus huestes a tomar el Capitolio en 2020 y, el otro, habla nuevamente de “soltar al tigre” y saca las manos de su responsabilidad como jefe del ejecutivo de garantizar la seguridad.

En un sentido hipotético, ¿cuál sería la forma en que AMLO mantendría el poder con una candidata que nada más no prende? Evitando que el 2 de junio existan condiciones para llevar al cabo los comicios, es decir, que el Estado esté rebasado y el gobierno no sea capaz de garantizar la seguridad, ello generaría que se le entreguen poderes excepcionales de represión al gobierno para reducir la violencia y, bajo este escenario, quedarse en el poder.

La violencia y la inseguridad en México son tan evidentes que a nivel mundial, quienes tienen relación familiar, consanguínea o interés por los procesos democráticos y contra el populismo o algún vínculo, hasta religioso con México, muestran su total preocupación.

Voces diversas se hacen escuchar

El pasado cuatro de marzo, el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, hizo un llamado para que el periodo electoral se proteja de la violencia, eso por los numerosos asesinatos registrados en contra de candidatos y funcionarios.

Tanto la derechista Cayetana Gutiérrez como Pedro Sánchez de La Internacional Socialista, alertaron del riesgo por la influencia del crimen organizado en las elecciones y la persecución en contra de los líderes opositores y las instituciones electorales. Gutiérrez consideró imperativo abordar el nexo entre el crimen organizado, la violencia política y la erosión institucional para salvaguardar el futuro democrático de México. La falta de acción dijo, podría socavar aún más la confianza en los procesos democráticos y provocar un retroceso. “Es esencial actuar de manera concertada para contrarrestar las amenazas del crimen organizado y preservar las aspiraciones democráticas de México”.

La iglesia católica en México también advirtió sobre los riesgos de la violencia y de cómo puede influir en el entorno electoral. La Conferencia del Episcopado convocó a los tres candidatos presidenciales a firmar un documento donde se reconozca la terrible situación del país y se comprometan a trabajar en la paz, Xóchitl Gálvez lo firmó sin regateos al igual que Máynez.

Sin embargo, la candidata del continuismo y su jefe, protestaron e increparon la propuesta. El presidente aseguró: “no estoy de acuerdo en que vaya a haber retroceso democrático, respeto ese punto de vista; no estoy de acuerdo, pero lo respeto. Tienen todo el derecho de manifestarse”. Por su parte Claudia, cuestionó el documento y salió a la defensa de su jefe. Rechazó la parte que señala “prevalecen el miedo, la impotencia, la desconfianza y la incertidumbre” y no aceptó que hablen del aumento de la “delincuencia común, alimentada por la marginación y la búsqueda de reconocimiento y justicia social”.

También el gobierno de Estados Unidos ha expresado su preocupación por el deterioro de la seguridad y la penetración del crimen organizado en las esferas gubernamentales en México, país con que comparten la mayor frontera en el mundo y es su principal aliado comercial y político en un mundo convulso.

Lamentablemente, vemos como AMLO se vuelve a “doblar” ante Trump y se muestra dispuesto a comprometer al país y llegar a un “baño de sangre” y a “soltar al tigre” para que el proceso electoral se tiña de rojo y la democracia y la estabilidad se hundan, todo con tal de mantener el poder.

X: @diaz_manuel