Un reporte que reveló la amenaza del presidente del Banco Central de Alemania, Jens Weidmann, de dimitir aumentó la presión sobre el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, para que haga un guiño a Berlín y acceda a que un plan para comprar bonos esté atado a estrictas condiciones.

 

Un portavoz del Bundesbank declinó comentar este viernes sobre un reporte publicado en el periódico de circulación masiva Bild que indicó que Weidmann, quien ha reiterado su oposición a la estrategia, ha considerado renunciar varias veces en las últimas semanas, pero que ha sido disuadido por el Gobierno alemán.

 

En Berlín, un portavoz del Gobierno dijo que la canciller Angela Merkel respalda a Weidmann, pero declinó comentar sobre el informe, que deja al descubierto una profunda pugna dentro del BCE respecto del plan de compra de bonos que se está haciendo cada vez más pública.

 

Aumentando la presión para adjuntar condiciones al plan, el consejero alemán del BCE, Joerg Asmussen, dijo el jueves por la tarde que la entidad sólo debería comprar bonos soberanos si el Fondo Monetario Internacional (FMI) se involucra en el establecimiento de programas de reformas económicas que deberían ser exigidos a cambio.

 

‘La oposición de Weidmann y reservas de algunos otros miembros del Consejo significan que las compras de bonos del BCE sería altamente condicionales, se centrarían en el corto plazo y no buscarían hacer caer los rendimientos tanto como a Italia y España les gustaría ver’, dijo Holger Schmieding, economista de Berenberg.