El Parlamento de Japón aprobó hoy una controvertida subida del impuesto sobre el consumo, la primera en 15 años, impulsada por el primer ministro, Yoshihiko Noda, quien para lograr el apoyo de la oposición a esta ley se comprometió a disolver ‘pronto’ la Cámara baja.



La subida, que forma parte de una reforma fiscal más amplia, supondrá el incremento del impuesto sobre el consumo del 5 al 8% para 2014 y al 10% para 2015, a fin de cubrir los costes cada vez más elevados de la seguridad social nipona.



Aprobada a finales de junio en la Cámara baja, la norma obtuvo hoy el respaldo de la Cámara alta con 188 votos a favor y 49 en contra después de intensas negociaciones entre la oposición y Noda, quien apuntó a que disolverá la Cámara baja para celebrar elecciones ‘en algún momento cercano’.



Desde que asumió el cargo en septiembre de 2011, Noda, férreo defensor de la disciplina fiscal, calificó de imprescindible esta subida impositiva para sanear las cuentas del Estado y evitar que el país aumente su abultada deuda pública, la mayor del mundo industrializado al superar el doble del PIB.



El ministro nipón de Finanzas, Jun Azumi, aseguró a su vez que la aprobación de la medida ayudará a fortalecer la salud fiscal de Japón y estabilizar la economía.



En caso de que se convocaran elecciones anticipadas, el partido gobernante, el Democrático (PD), concurriría con unos bajísimos niveles de popularidad debidos en parte a la polémica reforma.



Algunos analistas apuntan a que el propio Noda podría verse expulsado de la cúpula de su formación, ya que parte del grupo político cree que para acudir a unos comicios anticipados necesitarían un candidato con mayor respaldo popular.



A principios de mes el Fondo Monetario Internacional (FMI) animó a Japón a hacer ‘amplias reformas’ para afrontar problemas como la abultada deuda pública, el envejecimiento de la población o la persistente deflación.


El organismo definió la reforma fiscal promovida por Noda como un ‘paso crucial’ que demostrará el compromiso de la tercera economía mundial con el saneamiento de las cuentas públicas, aunque advirtió de que es ‘solo parte del camino para alcanzar los objetivos y más consolidación es necesaria’.