México.- Ricardo Monreal parece haberse convertido en la piedrita en el zapato para el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), donde ya se analiza cómo deshacerse legalmente de él.

Así lo deja ver Carlos Loret de Mola en su columna, en la que revela que fuentes de primer nivel le aseguraron que en el partido llevan a cabo consultas legales y a sus estatutos para definir qué hacer con el coordinador de los morenistas en el Senado.

¿La molestia?: Dicen en Morena que Monreal Ávila “sí se fue por la libre” en el tema de las comisiones bancarias para asustar a los empresarios, pues la iniciativa de ley para cancelar varias de ellas no la consultó con nadie; no apareció en la agenda legislativa que presentaron los morenistas, ni lo platicó en los 3 encuentros que han tenido legisladores con el presidente electo Andrés Manuel López Obrador.

“El tema de qué hacer con Monreal se ha vuelto una de las prioridades en el partido. El problema es que los estatutos de Morena no son claros sobre los coordinadores de las bancadas legislativas”, señala Loret en su columna “Historias de reportero”.

Los informantes, que, dice, están bien enterados, le comentan que ya se realizaron consultas al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para definir una vía legal que se pueda utilizar para la remoción de Monreal, no obstante, la decisión no se ha tomado.

El TEPJF les dijo que las bancadas son brazos de los partidos, lo que dejaría “en una posición de debilidad cualquier intento de rebelión legislativa, si es que lo hay”.

En el texto llamado “Morena analiza cómo sacudirse a Monreal”, Loret subraya que también pueden decir que la elección de Monreal como coordinador fue amañada, “y hacen una diferencia: mientras Mario Delgado arrasó en una elección interna de su bancada en la Cámara de Diputados, Monreal habría presionado a los senadores morenistas para que firmaran ante notario su compromiso con él”.

Frente a lo que estaría haciendo Morena, falta ver “qué es lo que está haciendo Ricardo Monreal para defenderse y atrincherarse, y saber qué tan popular es realmente al interior de su bancada frente a un posible ajuste instruido desde el partido”.

Y es que, dice Loret, “una cosa es el duelo entre el partido y la bancada, y otra si interviene directamente el presidente electo".