29 de abril de 2024 | 07:27 p.m.
México

VIDEO: Vuelo 1025 de Volaris no pudo aterrizar en el AIFA porque había “perros corriendo” en la pista

El vuelo 1025 de Volaris no pudo aterrizar en el AIFA porque había “perros corriendo” en la pista
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Según reportan en redes sociales, el vuelo 1025 procedente de Oaxaca de Volaris no pudo aterrizar en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) porque había “perros corriendo” en la pista.

De acuerdo con algunos testimonios en redes sociales, el avión de Volaris no pudo aterrizar de manera normal en la pista de aterrizaje del AIFA.

La causa de esto se debe a que, según los reportes de los pilotos, quienes fueron alertados por la torre de control de AIFA, había “perros corriendo en la pista” justo en el momento en el que el avión estaba a punto de realizar su aterrizaje.

¿Qué fue lo que hizo el avión que no podía aterrizar en el AIFA por unos perros que estaban corriendo en la pista?

De acuerdo a un usuario de redes sociales, quien al parecer era uno de los pasajeros del vuelo 1025 de Volaris, indicó que al saber que había perros que estaban corriendo en la pista del AIFAl, su avión tuvo que hacer una maniobra.

En esta maniobra el avión tuvo que volver al aire, y esperar a que los animalitos fueran retirados de la pista.

Hasta el momento se desconoce el estado de los perros que fueron retirados de la pista del AIFA.

El AIFA tiene su propio refugio de animales

A pesar de este incidente en el que había perros en la pista de aterrizaje del AIFA, este aeropuerto cuenta con su propio refugio de animales.

Este refugio se llama “Los Perritos de Santa Lucía” y tiene como propósito atender a los canes que deambulan por la zona.

El refugio de animales del AIFA fue inaugurado en abril de 2021 a petición de los elementos de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena).

En el refugio tanto personal de la Sedena, como miembros de la sociedad civil, son quienes se encargan de darle un lugar y comida a los animales que circulan por el aeropuerto.

“Los Perritos de Santa Lucía” fue construido sobre un predio donde estaba el kínder de la zona 37 militar, el cual fue reubicado y sirvió como un nuevo espacio para resguardar a los perros que ahora viven en este refugio.