El pasado Día Internacional de la Mujer, Astrid Martínez, una joven de 19 años residente de Oteapan, Veracruz, marchó sola contra la violencia de género. Su caso se viralizó por la valentía y el coraje que demostró al ir sola, pero con paso firme. Aquí te contaremos su historia y qué fue lo que pasó.

  •  Amiga, ¿vas a la marcha?
  •  Ya estoy marchando, dijo Astrid al periodista que se le acercó casi al final de su recorrido. Y él le tomó una foto.

La mañana siguiente su rostro ya circulaba por todo Twitter. La gente pensó que Astrid Martínez marchaba sola porque la habían dejado plantada, pero no fue así; ella no convocó. Su madre le pidió no asistir a la protesta de Minatitlán porque podría ser riesgoso que después conviviera con su abuela en plena pandemia de Covid-19. 

Así que decidió marchar sola. Astrid Martínez tenía miedo y nervios, pero se dijo a sí misma "yo puedo". Sin embargo, quizá lo que más la ayudó a encontrar fortaleza fue que precisamente un día antes escuchó una plática de su Universidad sobre mujeres emprendedoras, sintiéndose inspirada.

"Marché 3 horas, me salieron ampollas y se burlaron de mí. Pero también hubo muchas mujeres que me gritaban 'hermana, estamos juntas', y eso me dio fuerza"

Astrid Martínez.

Mientras oía, trabajaba en su cartel: "Juntas, libres y sin miedo", se leía. Pero el camino no fue fácil, en él hubo hombres que se burlaban de ella y le decían que eso no servía de nada. Vaya vueltas que da la vida, hoy Astrid podría convocar a miles de personas si así se lo propusiera.

La historia de Astrid Martínez

Astrid Martínez, quien marchó sola el pasado Día Internacional de la Mujer en Oteapan, Veracruz, creció con tres mujeres. Su abuela, Leonor López Martínez, no tuvo la oportunidad de ir a la escuela, pero hizo un negocio grande con únicamente las ganas que tenía y la preparación que fue agarrando en el camino.

Ella ha sido uno de sus grandes ejemplos, al igual que su mamá, quien siempre la ha defendido. Incluso cuenta que de niña le daba miedo decirle que era acosada por pena a que armara un escándalo: "Hoy lo que le aconsejaría a la Astrid niña es: 'Dilo. Dilo y no importa, tu mamá tiene que hacer lo que tiene que hacer para defenderte".

El Pica Rico que la salvó de un beso forzado

En una ocasión, tuvo que regresar a su salón de sexto de primaria porque se le había olvidado el dinero, y allí se encontró con un adolescente que intentó robarle un beso. Ella tenía un Pica Rico en la boca así que le echó el polvo directo a los ojos. Él la acusó y una de las maestra dijo que seguro Astrid lo había provocado.

"Es una semillita a la que se le tiene que echar agua; será un proceso lento, pero cada paso será más firme"

Astrid Martínez.

También la acosaron en la secundaria y en la prepa. En su lugar de residencia se ha sentido insegura pocas veces, pero la mayoría cuando viaja en la noche. Ahora Martínez está ayudando a crear un colectivo en Chinameca e incluso ya ofreció una charla sobre sus vivencias.

Sobre la sororidad que ha sentido en estos últimos días, Astrid Martínez cuenta que es algo que ni siquiera se había imaginado. Su ejemplo ha llegado hasta Colombia, El Salvador Argentina y, de hecho, un día después del 8 de marzo, un colectivo de Minatitlán la invitó a marchar y en esa ocasión sí se les unió.

"Me han llegado varios mensajes, siento muy lindo, trato de contestar todos. Siento una gran responsabilidad, no soy especialista, pero ahora estoy leyendo todo lo que me mandan. Voy anotando todo, todos los consejos los valoro mucho y los tomo en cuenta porque me han ayudado", dice Astrid

Astrid marchando en Minatitlán