Confirmado: la vacuna AstraZeneca contra el Covid-19 sí causa un riesgo de trombosis, aunque mínimo, reveló un estudio del British Medical Journal (BMJ).

De acuerdo con el estudio publicado este jueves, los casos de trombosis fueron más frecuentes tras haber recibido la vacuna AstraZeneca, que la de Pfizer/BioNTech.

En el estudio se analizó el riesgo de trombosis con síndrome de trombocitopenia (TTS) a raíz de las vacunas de adenovirus, Janssen y AstraZeneca, y las de ARNm, como la de Pfizer-BioNTech, en más de 10 millones de personas vacunadas de Estados Unidos y Europa.

De esta manera, se encontró que luego de una primera dosis de vacuna de AstraZeneca, se obtuvo un 30% más de riesgo de trombocitopenia (un tipo de trombosis), a diferencia de una primera dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech.

No obstante, el estudio señala que después de la segunda dosis no hay diferencia entre riesgo por las vacunas de AstraZeneca y Pfizer/BioNTech.

Casos de trombosis por vacuna AstraZeneca son muy raros; estudio detecta 862 entre más de 1 millón

Pese a que se comprobó que el riesgo de trombosis aumenta con la vacuna AstraZeneca, estos son muy raros, pues solamente se detectaron 862 por más de un millón de personas vacunadas.

Cabe mencionar que la trombosis consiste en la formación de un coágulo de sangre en una vena profunda que interrumpe el flujo normal de sangre hacia el corazón y que podría llegar a ocasionar la muerte.

Respecto a la vacuna de Johnson & Johnson, si bien la evidencia indica un cierto riesgo de trombosis, el estudio concluye que no es suficientemente clara como para afirmar que es de consideración.

Desde el auge de las campañas de vacunación en 2021, diversos reportes indicaban de una posible relación entre las vacunas de vectores viales (como AstraZeneca y Johnson & Johnson) y casos de trombosis en distintos países.

La finalidad del estudio fue confirmar que todas las vacunas contra el Covid-19 son seguras y eficaces, lo que se finalmente se comprobó, pues el riesgo de trombosis es muy bajo, refirió la microbióloga Sarah Pitt.