Madrid.- La situación de Julian Assange parece abocada a un callejón sin salida que ha abierto una grave crisis diplomática entre Quito y Londres, pero es fundamental preservar el derecho internacional y el derecho a la defensa del acusado, advirtió hoy El País.

El diario español subrayó que sería un grave error que la policía británica allanara la embajada ecuatoriana.

Indicó que en su amenaza de suspender la inviolabilidad de una sede diplomática, Londres ha esgrimido una ley que aprobó en 1987 a raíz de un caso extremo: la muerte de un policía en Londres por disparos desde la embajada libia.

Agregó que, sin embargo, esa legislación, aunque requiere la tutela de un juez, vulnera la Convención de Viena de 1961.

El rotativo anotó que de momento, Assange tendrá que limitar su vida a la embajada ecuatoriana en Londres pues si pone un pie fuera será detenido.

No obstante, dijo, es una situación mucho más confortable que la de Bradley Manning, que fue quien filtró a Wikileaks mucha información sensible.

"Pendiente de juicio, el soldado está aislado en una prisión de Virginia y sobre su suerte también debe centrarse la atención mundial", apuntó.

Para El País, la saga judicial de Julian Assange, el fundador de Wikileaks, se agravó la víspera con la decisión de Ecuador de otorgarle "asilo diplomático" en su embajada en Londres, y la previa amenaza del gobierno británico de sacarle por la fuerza.

Sostuvo que pese a todo, y en medio del enredo judicial y diplomático, conviene recordar que, pese a alguna de las afirmaciones del gobierno ecuatoriano, el país que reclama al activista australiano no es una dictadura, sino Suecia.

Además, el motivo no se refiere a la libertad de expresión o a la filtración de documentos secretos de Estados Unidos, sino a una investigación por supuestas agresiones sexuales.

Resaltó que los fundamentos de esta causa son confusos y todavía no hay formulado cargo alguno contra Assange, pero es la justicia sueca la que ha de resolver.

Aseguró que Suecia es una democracia y uno de los países que más ha hecho por impulsar los valores del Estado de derecho y la protección de las mujeres, por lo que no cabe poner en duda sus intenciones.