México.- El Observatorio de Arecibo, ubicado en San Juan, Puerto Rico, y de 900 toneladas, se terminó de derrumbar al caer en su plataforma a 120 metros de altura.

El radiotelescopio, considerado el más grande del mundo y crucial para descubrimientos astronómicos del último medio siglo, ya había tenido fallas desde hace meses, por lo que la propietaria, la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos (NSF, por sus siglas en inglés), había anunciado su derrumbe.

En agosto pasado un corte de un cable auxiliar abrió una abertura de 35 metros en el plato de 305 metros de diámetro y dañó la plataforma receptora. El 6 de noviembre se rompió otro cable que sostenían el telescopio de 900 toneladas.

Ingenieros que evaluaron el Observatorio mostraron su preocupación de que otros cables se rompieran con cualquier movimiento y su reparación fuera muy peligrosa.

El 19 de noviembre el NSF decidió desmantelarlo ante el inminente colapso.

“El NSF prioriza la seguridad de los trabajadores, el personal del Observatorio de Arecibo y los visitantes, lo que hace que esta decisión sea necesaria, aunque desafortunada"

NSF

El Observatorio de Arecibo, clave para la investigación del espacio

La Fundación Nacional de Ciencias construyó en 1963 el radiotelescopio con dinero del Departamento de Defensa de Estados Unidos, en medio de las presiones para desarrollar defensas antimisiles balísticos.

Durante sus 57 años el Observatorio de Arecibo sobrevivió a huracanes, humedad tropical y varios terremotos.

Es considerado un aparato primordial en el estudio del espacio, pues con él se pudo localizar asteroides, objetos exóticos en el espacio profundo y determinar si un planeta es habitable.

También contribuyó al turismo de Puerto Rico con unos 90 mil visitantes al año y hasta fue locación de las películas de James Bond "GoldenEye" y "Contacto".

Cuando se supo de la decisión de derribarlo, la comunidad científica y autoridades puertorriqueñas pidieron no hacerlo.

“Yo estaba gritando. Estaba fuera de control... No tengo palabras para expresarlo. Fue una sensación profunda, terrible”, dijo el investigador Jonathan Friedman, quien vive cerca del lugar y escuchó cuando el radiotelescopio colapsó.

Con información de AFP, AP y EFE